MYRNA KAHAN / TORONTO /
El alcoholismo no es un ‘deporte’ con espectadores; al final, toda la familia entra en el Juego. No es problema del matrimonio es problema de familia. El 60% de los alcohólicos tratados no pueden curarse. Convivir con un enfermo alcohólico es una de las experiencias que más desgaste emocional puede causar a una pareja, ya que te pone ante situaciones sin ningún control de manera constante. La familia debe darse cuenta de que es muy frecuente que el alcoholismo haya calado en la propia estructura familiar. Nuestro apoyo puede ser contraproducente, pues somos ese punto medio entre nosotros y el abismo donde desarrolla esa zona de confort. Tanto la familia como la compañera tienen que estar unidos en el proceso.
“Mi vida en pareja fue ‘un dulce amargo’. Aún recuerdo nuestros comienzos maravillosos. Todos aquellos momentos de viajes a Cuba, recibir un poema de amor, reuniones, fiestas en la piscina, irnos de pesca con un bote que adquirí pensando disfrutaría de su deporte favorito, pero siempre la botella de ron llegaba a ser prioridad. nunca pensé sería algo incontrolable. Aquel hombre a quien amaba mucho admiraba, reíamos y bailábamos toda la noche, se transformaba por completo. Recuerdo el día que me dio un anillo de compromiso y me ofreció matrimonio. Todo esto desarrollo un estado de Confort en su vida, siempre el centro de atención no tenía control. Era difícil para mi entender que con una familia maravillosa en Cuba que siempre llevo en mi corazón, no pudiera rescatarlo. Recuerdo las palabras de su madre ‘si logras que mi hijo deje de beber tendrás un gran marido’, ‘ya en una ocasión dejó de beber por 9 meses cuando se separó de su ex esposa’. Donde hay amor hay esperanza. Como familia hispana algunos, ven como costumbre cultural coger una borrachera.
“Pues me decidí a hacerlo cambiar, y estaba dispuesta a rescatarlo. Las preguntas comunes son ¿debemos seguir esforzándonos sin importar nuestra desesperación? ¿Nos corresponde detenerlos? Le prestaste dinero, le pagaste abogados, Accidentes, choques, Problemas legales repetidos relacionados con el alcohol (arrestos por comportamiento escandaloso, peleas). Problemas sociales continuos o problemas interpersonales causados por los efectos del alcohol (discusiones acerca de las consecuencias de la intoxicación, o violencia física).
“La familia de mi pareja está en el exterior, por lo que para ellos es un problema matrimonial, no familiar, y hace más difícil, casi imposible, el diario vivir. El alcohólico puede perder muchas cosas en el camino, trabajo, relaciones, salud. Pero las pérdidas son las oportunidades para tocar fondo. Recuerdo mi primera terapia en Al- Anon – se empieza cada jornada con este pensamiento: ‘El tortuoso proceso de adaptación para poder sobrevivir emocionalmente a la realidad que estás viviendo’. El alcohólico lo será durante toda la vida y el 60 por ciento de los que reciben tratamiento durante años no dejan la bebida.
El verdadero éxito no termina cuando toque fondo y esté sobrio; será el comienzo del principio, dijo el Dr. Pedro Rivera. “Tienes que trabajar el circulo bipolar de tu pareja. Tienen las emociones secuestradas. Milagrosamente pueden mantener un trabajo durante años, saben perfectamente qué gotas poner en los ojos para que estén blancos y cuál es el enjuague bucal que esconda el olor a alcohol y aparente que todo es normal, pero algo simple o de inseguridad puede motivar una depresión. Viven en su propio mundo y saben exactamente qué mentira decir a su familia y obtener credibilidad para mantener la zona de confort y aparentar que todo está bien. Promesas que nunca cumplirán, para luego fracasar de nuevo. Aunque te haya dicho que no va a beber más, que está yendo a un psicólogo, o asiste a la iglesia, lo cierto es que el proceso con la ayuda de su pareja y familia lleva mucho tiempo. Tiene que tratar las causas que hay detrás de su enfermedad. Aunque la persona insista que está realizando todo tipo de cambios, cuando vea que pierde a la persona que está comprometida emocionalmente tocará fondo. No pueden Amar, solo sufrir, engañar, dramatizar, disimular”, dijo el Dr. Rivera, que lleva realizando terapias durante 20 años.
“Cuando este proceso de adaptación tiene éxito, la pareja no alcohólica ha desarrollado una enfermedad denominada codependencia. Aprenderás a vivir convertida en un vigilante permanente. Te sentirás ansiosa, desesperada, observando todo el tiempo a tu pareja, descuidando tu propia salud y tus prioridades y metas personales. Apuntando mentalmente sus horarios de salida, turnos y actitudes sospechosas con la esperanza de no encontrarlo bebiendo y poder conseguir el compromiso de renunciar a la bebida.
“Recuerdo buscarlo por los bares cerca de su trabajo a su salida a las 4 de la tarde, con el miedo le pasara algo. Un día su rostro lleno de golpes, al preguntarle contó que fue una pelea con su ex esposa, cuando en realidad fue uno de sus mejores amigos que le dio un botellazo y varias bofetadas pues ya ni ellos podían soportar su comportamiento en una fiesta. Toda una actuación estelar y yo creía en sus palabras. Recuerdo llamar a una de sus hermanas ‘’estamos lejos, me cansé de aconsejarlo, prefiero no meterme en problemas de matrimonio’.
“Sin ayuda de su familia estaba determinada a que toque fondo, pues ya había aprendido siendo sponsor de un joven en el programa de Caritas, rehabilitación de alcohólicos, que yo era la que permitía que él no tuviera ningún compromiso y dijera no al alcohol. Lamentablemente, con los años se convirtió en un total desconocido para mí: agresivo, macho, controlador, necio, prepotente. Sólo él tenía la razón. Entendí claramente por qué 3 divorcios anteriores y me hicieron pensar que la tarea sería difícil.
El promete y no cumple y yo esperando a fuerza de repetición durante años, que ocurra un regalo de amor. Ambos vivimos atrapados en un círculo vicioso de reproches, dolor decepción, y la problemática mayor se produce con agresiones físicas y emocionales que te marcaran toda la vida. Los hijos vienen a convertirse en personajes secundarios pues tus esfuerzos, mente y corazón están dirigidos a la enfermedad. Puedes llevar el caballo al rio, pero no lo puedes obligar a tomar el agua.
“Fue muy traumatizante pensar que abandonar mi pareja y sacarlo de la casa, después de ocho años y quitarle su zona de confort era la mejor decisión, por lo que las terapias me ayudaron a entender lo que tenía que hacer. No podía seguir aparentando una familia feliz. Comencé sacando las maletas a la calle y terminaba colocando nuevamente su ropa en el closet. Hay que entender que la persona que tenemos al lado está dominada por una enfermedad y no bebe para hacernos daños, tampoco somos las responsables de su curación. Recordemos no es nuestro enemigo, es la persona que amamos. La pareja alcohólica vive en la búsqueda de vivir el mundo del deseo, la ansiedad, el vacío y la necesidad externa, un mundo cuyos parámetros son totalmente opuestos a la persona no adicta. Si alguien sano se preocupa por su prioridad, cultivar valores y mejorar su calidad de vida y planificar su futuro, a tu pareja sólo le interesa su zona de confort para poder beber tranquilamente y ser el centro de atención de su familia. Lo demás deja de pasar a un segundo plano y deja de ser importante incluyendo tú. Tuve que concentrarme en retornar a las actividades abandonadas, más tiempo con mi familia, concentrarme en mi trabajo y en lo bello de la vida. Además de escribir mi historia. Esto me ayudó a salir de un circuito cerrado en el que se habían escondidos mis pensamientos y mis sentimientos. El 60 por ciento de los alcohólicos que tratan de dejar de beber regresan. Después de todo las esposas y mujeres enamoradas solo podemos dar un regalo de amor”.
Este poema de Facundo Cabral te hará pensar “No estás Deprimido, Estas Distraído”: https://youtu.be/5TxpWWkCnxA, y el libro “the nice girl syndrome”, parar dejar de ser manipulada y abusada.
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