Por Vilma Filici
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TORONTO. Esta semana recibí un correo electrónico muy interesante de un señor que tiene más de ocho años de vivir de forma indocumentada en Canadá, y quien me dice que ha ido a ver a varias personas para presentarles su caso y tratar de regularizar su situación en el país, pero que lamentablemente por todos lados se le han cerrado las puertas.
El señor me explica que tiene cuatro hijos nacidos en Canadá, que el mayor, de seis años de edad, padece de autismo y que aparentemente parece que otro de los niños también empieza a demostrar síntomas de autismo.
El problema, me dice, es que muchas de las personas con quienes ha conversado le han dicho que el tener a los niños enfermos automáticamente hace que toda la familia sea inadmisible para Canadá.
No sé a quién es que ha ido a ver este señor que le ha dicho esto, ya que los niños nacieron en este país y por el hecho de ser ciudadanos canadienses no pueden hacer a la familia inadmisible, sino que por el contrario, esta familia tiene posibilidades de procesar un trámite por razones humanitarias para ver si le permiten solicitar la residencia en Canadá, basándose precisamente en la situación de los niños.
Porque estos niños son nacidos en Canadá y están enfermos, y según lo que me explica el señor, están recibiendo ayuda médica y ayuda educacional, y tienen acceso a todos los programas que existen en el país para niños con autismo.
Incluso si los niños no fueran canadienses, su enfermedad igual no habría afectado a toda la familia si se procesa el caso por razones humanitarias, dado que en este tipo de casos uno pide que el oficial de inmigración elimine cualquier requisito que sea necesario para poder permitir a una familia procesar el trámite desde dentro del país.
Uno de los factores que se le va a pedir al oficial de inmigración en estos casos es justamente que se le permita hacer el trámite desde dentro de Canadá (porque la ley establece que la mayoría de los trámites tienen que hacerse desde fuera), y segundo, se le va a pedir precisamente que por que los niños tienen este problema médico y dado el desbalance que habría si los niños son sacados de Canadá y enviados al país de origen, se acepte a toda la familia para la residencia permanente.
Hay que tener en cuenta que en situaciones como éstas lo que se procesa es precisamente un caso por Razones Humanitarias y de Compasión, demostrando que no está en el mejor interés de los niños que sean sacados del país. Para ello, se tiene que hacer un balance entre todos los beneficios que estos niños tienen en Canadá en términos de los servicios que mencionamos anteriormente, y por supuesto se debe hacer una investigación para ver qué servicios pueden recibir estos niños si son regresados al país de origen de los padres.
A toda esta investigación se le tiene que sumar también el tiempo que los padres tienen de vivir en Canadá, demostrar que han estado trabajando, que no han sido una carga para la sociedad canadiense, y hay que demostrar también el involucramiento que tiene esta familia con la sociedad canadiense, a pesar de que si se tiene dos niños enfermos lo más seguro es que la mayor parte del tiempo se la estarían dedicando al cuidado de los pequeños.
Obviamente hay países en los cuales podrían recibir el mismo tratamiento que reciben aquí en Canadá y en ese caso por supuesto el oficial de inmigración puede dar una respuesta negativa alegando que los niños no van a ser afectados si los padres son deportados y se llevan consigo a los niños. Y también puede plantear que siempre existe la opción de que los niños se queden en Canadá con un pariente, con un amigo o bajo la protección de los servicios sociales (algo que difícilmente un padre va a aceptar).
Pero la realidad es que en la mayoría de países de América Latina estos niños no sólo no reciben el tratamiento necesario para poder funcionar adecuadamente sino que también son discriminados y tratados como ciudadanos de segunda categoría.
No hay que perder de vista que en cualquier caso donde se pide que se haga una evaluación por Razones Humanitarias y de Compasión, el oficial de inmigración es quien tiene el poder de tomar una decisión, dado que el Departamento de Inmigración le da al oficial la discrecionalidad de decidir cuáles casos ameritan ser aceptados y cuáles no.
En este sentido, obviamente esa es una decisión bastante subjetiva, pero hay que recordar que tuvimos un caso en la Corte Suprema de Canadá donde ésta decidió que cuando se trata de un caso por razones humanitarias donde hay niños de por medio, ya sea niños nacidos en Canadá o nacidos en cualquier otro lugar, cuando un oficial de inmigración está tomando una decisión sobre el futuro de esta familia debe tomar en consideración cómo van a ser afectado los niños. Esta parte de la decisión se convirtió en ley y es parte de la ley de inmigración con respecto a este tipo de caso.
Esto no significa que por el hecho de que hay niños tiene que aceptar el caso, pero sí tiene que hacer una evaluación bien concreta y clara de cómo los niños serian afectados.
Y particularmente en un caso como éste, dado que los niños son nacidos en Canadá y están enfermos y recibiendo tratamiento médico y educación preparada específicamente para ellos, eso es algo que el oficial de inmigración no puede dejar de evaluar y no puede pasarlo por alto. Por eso es muy importante hacer un estudio de cómo el niño está siendo tratado aquí en Canadá y si va a estar en desventaja si la familia es regresada al país de origen.
La clave en un caso de este tipo recae en una combinación de factores que si son presentados de manera adecuada debería llevar a un oficial de inmigración a tomar una decisión positiva, porque cuando se habla del poder de discreción del oficial de inmigración, básicamente la evaluación que éste tiene que hacer es la misma que cómo actuaría una persona común y corriente, qué decisión tomaría ante una situación como ésta.
Y cualquier ser humanos al ver de dos niños enfermos con la posibilidad de ser regresados a un país donde estarían en desventaja y serían discriminados, llegaría a la decisión que los niños deben quedarse en Canadá y hacer aquí su vida normal.
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