OSCAR VIGIL / TORONTO /
El camino ha sido largo, pero finalmente parece estarse viendo la luz al final del túnel. Los cambios que buscan revertir las políticas introducidas por el gobierno conservador a la Ley de Ciudadanía fueron aprobados la semana pasada por el Senado y ahora solo falta la ratificación de estas por parte del Parlamento Federal.
Sin duda, el cambio más importante que se avecina es la eliminación de la posibilidad de que el gobierno federal le quite la ciudadanía a las personas que tienen doble nacionalidad, una posibilidad que fue introducida por el pasado gobierno conservador y que se ha traducido en la deportación de muchos ciudadanos canadienses hijos de inmigrantes, entre ellos de las comunidades latinoamericanas.
Otra de las medidas incluye bajar nuevamente a tres años (en un periodo de cuatro años) el tiempo de espera que deben tener los residentes permanentes para poder solicitar la ciudadanía canadiense, luego que el gobierno del ex Primer Ministro Stephen Harper lo subiera a cuatro años en un periodo de seis años.
La nueva legislación que busca revertir el endurecimiento de las políticas migratorias que realizaron los conservadores fue introducida por el gobierno liberal en junio del año pasado, sin embargo, no fue sino hasta principio de este mes que el Senado la aprobó, pero incluyó también algunas modificaciones, las cuales ahora el Parlamento Federal deberá ratificar para que la iniciativa se convierta en ley.
Vilma Filici, profesora y asesora en temas de inmigración, dice que los nuevos cambios serán de mucho beneficio para las comunidades inmigrantes, y particularmente para las de origen latinoamericano que fueron bastante afectadas por las políticas del anterior partido conservador.
“La ley de ciudadanía, felizmente, después de mucho tiempo, ha sido cambiada por el Senado. Las recomendaciones del Senado ahora van a ser revisadas por el Parlamento Federal, y esperamos que van a ser implementadas antes del fin del año, aunque todavía no sabemos la fecha exacta”, aseguró.
Explicó que la mayoría de los cambios que la ciudadanía esperaba se hicieran a la legislación efectivamente fueron sugeridos por el Senado, tales como que se baje el tiempo requerido para poder solicitar la ciudadanía canadiense a tres años en cuatro años (el gobierno conservador lo había subido a cuatro años en seis años) y otorgarle un bono de un año a las personas que estuvieron en Canadá durante dos años antes de obtener la residencia permanente (se les otorgará medio día por día vivido aquí hasta un máximo de un año).
En términos concretos, por ejemplo, si a una persona le dieron la residencia permanente en octubre del 2016, podría estar solicitando la ciudadanía en octubre del 2019, pero sí estuvo viviendo en Canadá por lo menos dos años antes de obtener la residencia permanente, va a poder solicitar la ciudadanía en octubre del 2018.
No obstante, hay que tener en cuenta que cualquier tiempo que la persona pasó fuera de Canadá va a ser descontado, porque es presencia física en Canadá la que exige, algo que se mantiene en la nueva legislación.
“Pero probablemente la parte más importante de estos cambios es que se va a eliminar la cláusula que establece que el gobierno tenga el poder de quitarle la ciudadanía a las personas que sean encontradas culpables de ciertos delitos dentro de Canadá, particularmente la sección que permitía que si una persona nacida en Canadá que tuviera doble ciudadanía (como es el caso de la mayoría de jóvenes nacidos en Canadá de padres extranjeros) era encontrada culpable de ciertos crímenes, se le podía quitar la ciudadanía canadiense”.
No obstante, probablemente no todos los cambios propuestos en la iniciativa van a ser del agrado de todo mundo, siendo uno de ellos particularmente que la edad para que los solicitantes de ciudadanía hagan los exámenes de idioma y de conocimientos sea entre 18 y 60 años (el gobierno conservador lo había establecido entre los 14 y 64 años de edad). Esto significa que la propuesta es subirlo de 55 (como era antes de los cambios del gobierno conservador) a 60.
Pero al margen de estos cambios, y teniendo en cuanta que al entrar en vigencia las nuevas políticas en el tema muchas personas van a comenzar a realizar sus trámites, Filici advirtió que las personas que son refugiadas, que se les dio la residencia permanente por ser refugiadas y que han salido a visitar el país del cual pidieron refugio, que han usado el pasaporte del país del cual pidieron refugio, o que han ido al consulado de su país a pedir una extensión de su pasaporte, deben tener en cuenta que se está usando el programa de ciudadanía y de renovación de residencia permanente como filtro para quitar la residencia permanente.
“A través de la renovación de la residencia permanente y de las solicitudes de ciudadanía están agarrando a las personas que han regresado a su país de origen, que han ido a su consulado o han usado el pasaporte de su país de origen, se les está reabriendo su caso y en la mayoría de ocasiones se les está quitando el estatus de refugiado y la residencia permanente”, advirtió.