REDACCIÓN / TORONTO /
José de Jesús Bermúdez llegó a Vancouver en el año 2006 procedente de Colombia, donde él y miembros de su familia fueron víctimas de la violencia paramilitar. Su solicitud de refugio fue aceptada y posteriormente obtuvo la residencia permanente.
Sin embargo, en el año 2014 las autoridades migratorias iniciaron un procedimiento de cesación en su contra dado que en su solicitud de ciudadanía declaró que había visitado Colombia en dos ocasiones -en el 2008 y en el 2009- para conocer y casarse con su entonces prometida.
Bermúdez apeló ante la Corte Federal, pero el tribunal se puso de parte del gobierno y concluyó que este debía respetar las decisiones políticas del Parlamento y aplicar la ley en su forma actual, a pesar de las consideraciones humanitarias que se podrían plantear debido a las consecuencias de la aplicación de la ley.
“Está abierto para el Parlamento la modificación de la Ley de Inmigración y Protección de Refugiados de tal manera que la condición de residente permanente no se pierda en caso de que una solicitud de cesación sea favorable”, dijo la corte en una decisión en abril.
Cesación es el nombre legal que se da al proceso de eliminación del estatus de residente permanente a un apersona por haber, por ejemplo, viajado a su país de origen en el cual dijo que su vida corría peligro y que por lo tanto le fue otorgado el estatus de refugiado.
Bermúdez no está solo en esta situación. El número de solicitudes de cesación hechas por el Departamento de Inmigración se ha disparado de 30 en el 2012 a 256 en el 2015. Pero, aunque los oficiales han dirigido sus baterías contra antiguos refugiados a quienes se les concedió el asilo en Canadá, los refugiados reasentados como los sirios que han llegado recientemente tampoco son inmunes al procedimiento.
Obaidullah Siddiqui, originario de Afganistán, sufrió esta situación en carne propia cuando fue despojado de su derecho a permanecer en Canadá porque cometió el error de regresar a su país de origen tres veces para visitar a sus ancianos padres.
Después de vivir en el exilio en Pakistán durante dos décadas, Siddiqui y su familia fueron reasentados en Canadá como residentes permanentes a través de un grupo de patrocinio privado en enero del 2011.
Pero cuando su matrimonio comenzó a desmoronarse en medio del caos del reasentamiento, este hombre de 49 años de edad viajó a su tierra natal en busca de ayuda para salvar su matrimonio.
En noviembre del 2013, los funcionarios de inmigración iniciaron una “solicitud de cesación” y luego despojaron de la residencia permanente a Siddiqui con el argumento de que “se constató que se había re-acogido a la protección de Afganistán” y por lo tanto su vida ya no corría peligro.
Como resultado, Siddiqui se convirtió en el primer caso en que un refugiado patrocinado llegando como residente permanente fue despojado de su estatus, y enfrentó a la remoción bajo los cambia a la ley que los conservadores introdujeron en el 2012, con los cuales se pierde la residencia permanente automáticamente en tales circunstancias, sin ningún margen de discrecionalidad.
Con el nuevo gobierno liberal en el poder en Ottawa, el Partido Nuevo Demócrata ha presentado una propuesta de ley que busca derogar las disposiciones de cesación de la ley y la suspensión de estos casos hasta que se apruebe una nueva legislación. La propuesta está en discusión.