FRANCISCO REYES / TORONTO /
Con temperatura balsámica de primavera, indicando que el mal tiempo atmosférico ha dado paso a los días soleados, más de cien personas altruistas hicieron acto de presencia en Casa Maíz para mostrar su solidaridad con una causa humanitaria. Algo típico de muchos miembros de las comunidades hispano-latinoamericanas de este país, que acuden al llamado filantrópico en circunstancias de tragedias colectivas o personales.
Se trataba de un acto cultural con fines de recaudación de fondos para socorrer al trabajador social de origen salvadoreño Francisco Molina, a quien la desgracia le cayó doble, en una ciudad donde, según ha revelado la policía local, en los últimos meses ha habido un ligero aumento de la delincuencia callejera, con ataques inesperados a personas que nada tienen que ver con la violencia.
Francisco Molina fue atacado por un desconocido que le produjo una perforación craneana, perdiendo parcialmente la vista en el ojo izquierdo. Su situación económica se ha agravado debido a que el centro comunitario donde trabajaba perdió el financiamiento y, en consecuencia, se ha quedado sin empleo.
Al conocerse la difícil situación por la que Molina está atravesando, un grupo de amigos, por iniciativa de la poetisa Ama Luna, decidió organizar una actividad benéfica para aminorar su tragedia. El llamado a la solidaridad fue difundido por las redes sociales y por medios de la prensa hispana de Toronto.
La noche del viernes 21, no obstante haber otra actividad similar en la ciudad para las víctimas del Huracán Irma en Cuba, el salón de actos de Casa Maíz fue abarrotado con personas que hicieron donaciones monetarias. Otras llevaron golosinas, platos típicos y bebidas con fines de recaudación de fondos. Además, cuadros de pintura y obras artesanales para ser subastados, con el propósito de aumentar la ayuda financiera.
Los conductores de la velada artística, primero, el periodista Freddy Vélez, a quien luego se unió la abogada Sandra Lozano, mantenían atentos a los concurrentes, presentando a los artistas que desfilaron por el escenario en una muestra de completo apoyo solidario.
Danza, música, poesía y otras artes escénicas del talento local, tanto a nivel individual como grupal, deleitaron al público presente que de una manera espontánea colaboró de diferentes maneras con la causa filantrópica, en un ambiente completamente artístico.
Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de Rodolfo Molina quien, al enfocar su mensaje basado en la “Parábola del Buen Samaritano”, agradeció a los presentes por el gesto de buena voluntad manifestado en la actividad benéfica.
El grupo de baile infantil “Folclore Latino”, de Hamilton, integrado por niñas, abrió la noche artística con una danza oriental o “belly dance” y otras modernas, con estilo propio.
En forma alternada, Jesús Maya (otro de los organizadores), Lucrecia Ortega, Marcela Zamudio y René Fuentes, mejor conocido como “Juan Don Naides”, recitaron poemas variados.
El escritor salvadoreño Roberto Martins, además de recitar algunas de sus poesías, leyó un mensaje enviado por Francisco Molina, en el que agradecía el gesto de solidaridad que los miembros de las comunidades hispano-latinoamericanas locales estaban mostrando en ese momento.
Algunos concurrentes no pudieron ocultar sus lágrimas mientras escuchaban aquellas palabras que calaban en lo profundo de la sensibilidad humana. Otros hurgaban en sus bolsas para unirse a la colaboración.
Miguel Baggio, Francia Loor, Lucina Monroy y Rossy Cervantes interpretaron canciones propias y de otros autores latinoamericanos, avivando la alegría en los espectadores.
El cantautor Marcelo Puente, guitarra en mano, entonó canciones con aires chilenos y argentinos, que traían a la memoria las composiciones que los grupos “Inti-Illimani” y “Quilapayún” hicieron famosas entre los años de 1970 y 1980.
Entre las agrupaciones musicales que desfilaron por el escenario tuvo actuación destacada participación “Latin Friends” con canciones del folclore cubano.
Las donaciones, individuales y de negocios de la comunidad hispano-latinoamericanas de Toronto, contribuirán para que el trabajador social Francisco Molina afronte las dificultades más inmediatas.
Al final del evento, los organizadores dieron informes sobre las recaudaciones y agradecieron a los participantes su presencia solidaria en un acto en el que las comunidades hispano-latinoamericanas expresaron su altruismo.
HOMENAJE A CÉSAR VALLEJO
Otra actividad artística, no ya con fines de ayuda humanitaria, fue la del Centro Cultural Latinoamericano, el pasado miércoles 18 para celebrar el octogésimo aniversario de la muerte del poeta César Vallejo.
Una noche verdaderamente lirica con poesía, canciones, danza y lectura de poemas de este escritor peruano, fallecido en Francia el 15 de abril de 1938. Se recordó su memoria como el más universal de los poetas vanguardistas de la Literatura hispanoamericana de principio del Siglo XX.
Al hablar de sus rasgos biográficos, Carlos Angulo, conductor del acto y coordinador de grupo literario que se reúne los miércoles en dicha casa cultural, destacó que Vallejo revolucionó el lenguaje poético de la Literatura Castellana o Española, abriendo camino a los poetas que le precedieron en el compromiso social de la poesía.
Entre sus obras se destacan “Los heraldos Negros”, su primer poemario escrito en 1918 y “Trilce”, ambos escritos en su tierra natal, además de sus obras póstumas “España, aparta de mí este cáliz”, en el que muestra el dolor causado por la guerra civil española de 1936, y “Poemas Humanos”.
Vallejo también incursionó en la narrativa con novelas, cuentos cortos y ensayos. Mientras vivió en Europa, se dedicó al periodismo.