LUISA MONCADA / TORONTO /
El domingo pasado, 19 personas fueron asesinadas a tiros en Nueva Escocia, Canadá, en el que ya es reconocido como el peor tiroteo masivo en la historia del país. La masacre, que duró aproximadamente 12 horas, se extendió por más de 50 kilómetros entre los pequeños pueblos de Portequipe, Truro, Milford y Enfield.
La Policía local ha procesado 16 escenas de crimen a lo largo del rastro de muerte que dejó este hecho.
Poco a poco se revelan las identidades de las víctimas: dos trabajadoras del área de salud, una agente de la Real Policía Montada de Canadá, una familia completa y un matrimonio de maestros, todos, presuntamente asesinados por un dentista de clase alta de 51 años.
Los rostros de las víctimas
Lisa McCully. Fue una de las primeras víctimas identificadas por su hermana. En una devastadora publicación en su cuenta de Facebook, la mujer escribió la terrible noticia sobre su hermana, una maestra de la Primaria Debert Elementary School en la ciudad de Portapique.
El sindicato de Maestros de Nueva Escocia (NSTU por sus siglas en inglés) describió a McCully no solo como “una maestra apasionada”; sino también, como alguien que inspiró “un amor brillante en sus vidas”. A McCully le sobreviven dos hijos.
RCMP Cst Heidi Stevenson. Murió abatida a tiros en el complimiento de su labor como miembro de la Real Policía Montada de Canadá. En una entrevista concedida este lunes a CTVNews, Toronto, el Sargento Joe Taplin calificó la perdida como una tragedia sin precedentes y describió a Stevenson como “una mujer impresionante y muy cuidadosa con los demás”.
En palabras de Taplin, Heidi “estaba locamente enamorada de sus dos hijos y su esposo”, a quien describía como “su mejor amigo para siempre”.
“Heidi hablaba con la gente y sonreía todo el tiempo, era un alma maravillosa”, dijo Taplin evidentemente afectado por la noticia.
Stevenson tenía una carrera de 23 años en la Real Policía Montada de Canadá y le sobreviven dos hijos de 10 y 13 años.
Jamie y Greg Blair. Eran una pareja de esposos que tenían una pequeña compañía de gas propano en la zona rural de Nueva Escocia.
El matrimonio Blair deja a 4 hijos en la orfandad. Sus dos hijos menores están por el momento bajo el cuidado de sus abuelos maternos.
Heather O’Brien y Kristen Beaton. Dos trabajadoras del sector salud que hasta el día anterior estaban en la primera línea de defensa frente a la pandemia del SARS-COVID19 y su única preocupación era evitar la ola de contagios en Nueva Escocia, fueron también abatidas a tiros durante el fin de semana.
Ambas mujeres trabajaban para la Orden Victoriana de Enfermeras de Canadá (VON Canadá por sus siglas en inglés).
En un comunicado de prensa, VON Canadá informó que Kristen Beaton “era una asistente de atención continua y una joven esposa y madre”. Kristen será recordada como “una mujer solidaria y compasiva”, según sus colegas.
Heather O’Brien. Era una enfermera con más de 17 años de labor en la ciudad de Truro, Nueva Escocia. Sus allegados manifiestan que O’Brien era una “esposa, madre y abuela abnegada”.
En una publicación en Facebook, Darcy Dobson, confirmó que a su madre la había asesinado un “monstruo”. Dobson dijo que su mamá envió un mensaje al chat de su familia a las 9.59 am y que solo 19 minutos después “ya se había ido”.
“Quiero que todos recuerden lo amable que era. Cuánto le gustaba ser enfermera. La forma en que sus ojos brillaban cuando hablaba con sus nietos y la forma en que simplemente amaba la Navidad”, concluyó la apesadumbrada hija.
Jolene Oliver, Aaron Tuck y su hija Emily Tuck (17 años). Eran una familia de 3 que hasta el domingo habían usado sus redes sociales para demostrar a sus seguidores que podían divertirse, aun estando en cuarentena por el COVID19.
El sábado, un día antes de ser asesinados, se fueron a dormir luego de invitar a sus amigos en las redes sociales a que se mantuvieran seguros en sus casas. Paradójicamente, fueron asesinados horas más tarde en el mismo lugar desde el que enviaron los últimos mensajes a sus amigos. Así lo dijo a un medio local la hermana mayor de Oliver, Tammy Oliver-McCurdie.
Emily de 17 años, es hasta ahora la víctima más joven de este atroz crimen.
Sus amistades y familiares pidieron que se les recuerde con un video que su orgulloso padre, Aaron, compartió hace unos días en un grupo de Facebook, en el que junto a los habitantes de esta ciudad trataban de acompañarse virtualmente en medio del encierro por el COVID19.
En la publicación, se ve a una talentosa y sonriente Emily dando un concierto con su violín.
Alanna Jenkins y Sean McLeod. Estos esposos de la ciudad de Wentworh son parte de la lista de víctimas de este crimen. Sus decesos fueron confirmados por el hijo mayor de McLeod, Taylor McLeod.
Sean y Alanna eran oficiales correccionales fuera de servicio. Al momento de su muerte, Alanna trabajaba en la Institución Nova para Mujeres en Truro, NS. La pareja deja en la orfandad a una bebe.
Tom Bagley. Era un vecino que caminaba el domingo por la mañana en West Wentworth, Nueva Escocia.
El hombre vio la escena de la explosión provocada por el asesino en Hunter Road y se detuvo a tratar de auxiliar a las víctimas.
En ese momento, el pistolero lo abatió. Era domingo por la mañana y la esposa de Bagley aguardaba a que su esposo regresara a casa, para ir a comprar comida al supermercado del pueblo.
La hija de Bagley, Charlene Bagley, dijo en Facebook que su padre era un alma hermosa que “murió tratando de ayudar, y si lo conocías, sabías que era quien era él todo el tiempo. Sé que él significaba algo para tanta gente”.
En esto coincidió su amigo Joe MacLean, quien trabajó durante 30 años con Bagley en la brigada de bomberos en el Aeropuerto Internacional Halifax Stanfield.
“Bagley te daría su camisa, no hay duda al respecto. Si lo llamaste y fuiste a verlo, te daría lo que necesitaras sin pensarlo” sostuvo el hombre ante los medios de comunicación.
Más víctimas. En el mismo hecho las autoridades también confirmaron los asesinatos de Gina Marie Goulet, Frank y Dawn Madsen, Lillian Hyslop, Corrie Ellison y Joey Webber.
La Real Policía Montada de Canadá aun no cierra las investigaciones, por lo que no se descarta que la cifra de fallecidos continúe al alza.