¿Qué le espera a Canadá y a América Latina con el nuevo gobierno de Joe Biden en los Estados Unidos?

OSCAR VIGIL / TORONTO /

La política en los Estados Unidos continúa siendo una montaña rusa luego de las elecciones del pasado 4 de noviembre. Sin embargo, todo mundo da por sentado que Donal Trump se va de la Casa Blanca y que su lugar será ocupado por Joe Biden. Pero ¿es esto bueno o malo para Canadá y para America Latina?

La respuesta obviamente depende de con quien se hable, pero a juicio de dos periodistas de Toronto conocedores de la materia, el nuevo régimen vendrá con cosas muy buenas, pero también con otras no tan buenas.

La periodista Luisa Moncada, quien ha estado analizando el evento para varios programas de radio en la ciudad, dice que “la derrota electoral de Donald Trump es la primera buena noticia del 2020. Estados Unidos decidió deshacerse de un demagogo, egomaníaco, racista y xenofóbico que gobernó alimentando el odio, el desprecio a la ciencia y prevaleciendo la desinformación, y que, con su ejemplo, empoderó a líderes populistas con tintes autoritarios en Latinoamérica”.

Por su parte, Gilberto Rogel, periodista que se dedica al estudio de la política y los medios de comunicación en el continente, reaccionó con sarcasmo diciendo que conocer la noticia “inicialmente fue de mucha tristeza… tristeza porque se acabó el circo al que durante los últimos cuatro años nos tenía acostumbrada la Casa Blanca, en donde el mayor payaso del mundo dictó la agenda mundial”.

Pero ya más en serio, dijo que se alegra por el hecho que “una mujer terriblemente capaz y extremadamente educada, cuyos padres fueron migrantes, haya llegado como segunda al mando de este gobierno, además porque desde ya se perfila como la figura clave que dirigirá gran parte de este gobierno, de cara a las próximas elecciones en cuatro años”.

En relación con el impacto en Canadá, Rogel plantea que esencialmente las relaciones se volverán a fortalecer. “La historia ha demostrado que el Partido Demócrata es más afín a negociar con el Partido Liberal de Canadá, y por supuesto este gobierno se sentirá cómodo haciendo tratos o buscando alianzas con el nuevo gobierno, aun y cuando tenga que ceder en muchos temas espinosos, principalmente el tema del petróleo y la protección al medio ambiente”.

Moncada coincide, y dice que la relación Biden/ Trudeau sin duda será más dócil. “En términos económicos creo que habrá cambios en las formas, más no en contenido. Y donde sí veremos cambios será en el trabajo conjunto en temas migratorios consensuados, la lucha contra el cambio climático y creo que Canadá pasará de cuidarse de Estados Unidos frente al COVID19, a trabajar en conjunto para enfrentar la pandemia”.

Pero el impacto más fuerte de este cambio de gobierno ambos lo ven en América Latina.

“Sin lugar a duda, la administración Biden tendrá que dar un par de regalitos a la comunidad Latinoamérica, que lo apoyó con los millones de votos en muchos estados claves. Para ello deberá impulsar reformas migratorias, de igual manera dará más ayuda los países del área para temas sociales, pero tengo grandes dudas de que todo será ‘color de rosa’ en temas como las deportaciones y la lucha contra la violencia social, originada con los programas de ajuste económico que los Estados Unidos obligó a muchos países a seguir, y cuyas consecuencias se pueden ver ahora en la desintegración política que se vive en muchos países de la región”, dice Rogel.

Por su parte, Moncada explica que Donald Trump “gobernó bajo el lema de ‘America First’, no prestó importancia a Latinoamérica, solo la usó como una herramienta discursiva para sembrar temor e imponer restricciones económicas. Esto creo que se terminará con el gobierno de Biden, que ha prometido dar TPS a Venezolanos que huyen del régimen de Maduro y continuará la reapertura económica con Cuba, pero no habrá grandes cambios en cuanto a la política migratoria”.

Sobre Cuba, Gilberto Rogel dice que el nuevo presidente estadounidense volverá a ablandar las restricciones, al mejor estilo de su excompañero Barack Obama. “No dudo también que Venezuela volverá a ocupar un lugar especial porque no lo veo respaldando a Nicolas Maduro y su grupo de amigotes, pero tampoco lo veo dándole una palmadita en el hombro a Juan Guido y a su desintegrada oposición. Lo más esperable es que buscará un enfoque intermedio, para tratar de quedar bien con todo mundo y empujar por  una salida negociada en donde los militares venezolanos no terminen tan afectados.

Con relación a Bolivia, asegura que Biden le apostará por un camino menos confortativo, “primero porque no tendrá tiempo suficiente para esos ‘issues’  en vista de la necesidad de alcanzar resultados positivos en su tierra, y segundo porque las naciones latinoamericanas no son una prioridad, a excepción de México  y los países del Triangulo del Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) donde sí tendrá que meter plata para que no le siga haciendo ruido en la frontera del sur”.

Precisamente sobre el Triangulo del Norte, Luisa Moncada considera que específicamente en el caso de Nicaragua la política de presión y de sanciones se mantendrá intacta y “será la única relación con los países del triángulo norte que no tendrá mayores cambios. Recordemos que la NicaAct fue aprobada por demócratas y republicanos de forma unánime”.

En el caso de El Salvador, sostiene que la administración Trump ha consentido los exabruptos de poder e irrespeto a la libertad de prensa que han caracterizado al gobierno del presidente Nayib Bukele. “El motivo es claro, su relación se ha enfocado exclusivamente en cerrar los flujos migratorios hacia Estados Unidos al costo que sea. Sin duda alguna, Biden pondrá fin a este silencio cómplice y este será el mayor cambio en la relación bilateral; sumado con una eventual promesa de beneficiar a los ‘Dreamers’ y gestionar una vía de regularización a los ex TPS”. Pero apunta que en ningún escenario cree que las deportaciones paren. 

Finalmente, con relación a las relaciones bilaterales con México, Moncada considera que el presidente Andres Manuel Lopez Obrador, conocido como AMLO, comenzó con pie izquierdo su relación con Biden al no reconocerlo de inmediato como presidente electo de los Estados Unidos, sim embargo espera que Biden no perderá el tiempo sanando heridas políticas porque los intereses actuales entre México y EUA son sencillos: comercio, migración y seguridad.

“Trump y AMLO convirtieron a México en el tapón de la migración que huía del triángulo norte, Biden promoverá cambios en la política migratoria que dejaran en evidencia la complicidad de México para violentar los derechos de los migrantes. Se trabajará en conjunto por responder con dignidad a la crisis humanitaria en la frontera norte, pero siempre sobre los intereses estadounidenses”, asegura.