Protestan recortes a salud para refugiados

OSCAR VIGIL / TORONTO /
Un año ha pasado ya desde que el Ministro de Inmigración y Ciudadanía, Jason Kenney, anunció severos cambios al programa de salud que ampara a los solicitantes de refugio que año con año llegan a Canadá, muchos de ellos provenientes de los diversos países de América Latina. Y en el transcurso de estos doce meses, la salud y por ende la calidad de vida de todas estas personas ha ido en un claro declive, aseguran activistas defensores de los refugiados.

Es por ello que miles de refugiados, médicos y trabajadores de organizaciones comunitarias realizaron una jornada de protestas que incluyó 19 ciudades a lo largo y ancho del país. En Toronto, la manifestación se centró en las oficinas del Ministerio de Inmigración y Ciudadanía ubicadas en el 25 de St. Clair Avenue East, intersección con Yonge St.

“Es innegable que el cambio fue negativo, una cosa impensable en un país como Canadá, donde supuestamente todas las personas que habitamos el territorio nacional deberíamos tener acceso a los servicios básicos, como es la salud”, dijo Eusebio García, un trabajador comunitario que diariamente atiende a solicitantes de refugio acongojados por esta problemática.

Agregó que antes de los cambios la cobertura de salud para estas personas ya era mínima, y que a un año de haberse implementado los recortes, definitivamente hay un montón de gente que han sufrido las consecuencias y por lo tanto las quejas abundan.

“En general los recortes han tenido un impacto muy negativo no sólo en la población que está haciendo solicitudes de refugio sino que también en la población en general, porque al final del día todos vivimos en la misma sociedad”, explicó.

Hay que recordar que en junio del 2012, el gobierno de Canadá cambió la forma en que proporciona atención de salud básica a los refugiados en Canadá bajo el Programa Federal de Salud Provisional (Interim Federal Health Program, IFHP), por lo que “a algunos refugiados que han llegado a Canadá en busca de protección ahora se les niega atención médica básica, de emergencia y tratamientos de vida o muerte”, según un reporte de Amnistía Internacional.

De acuerdo con esta organización, los cambios en el IFHP han creado muchos problemas, dado que ahora hay cinco categorías diferentes de cobertura de salud para los refugiados, lo que causa confusión tanto para los refugiados como también para los proveedores de atención médica. Esto porque los refugiados son tratados de manera diferente según el país de donde provengan, de en qué momento se  encuentren en el proceso de refugio, y de cómo llegaron a Canadá.

“Esto significa que algunos refugiados no pueden ver a un médico y a algunos se les niega el tratamiento, ya que no está claro si son elegibles para recibir atención médica o no”, acota.

La jornada de protestas, a la que asistió regular cantidad de refugiados y activistas hispanos, fue coordinada por la organización  “Médicos Canadienses para la Atención de Refugiados (Canadian Doctors for Refugee Care), entidad que agrupa a decenas de doctores que trabajan en el sistema de salud del país, quienes se han opuesto a los recortes al considerar que estos afectan la salud de la sociedad canadiense en su conjunto.

“El anterior programa IFH proporcionaba el acceso a la atención médica, servicios de diagnóstico y pruebas de laboratorio muy similares a lo previsto por los planes de salud provinciales. También proporcionaba acceso a los medicamentos, a la atención dental de emergencia y al cuidado de la vista similar a lo que está disponible para la gente en los planes provinciales de asistencia social”, explicaron los galenos.

Sin embargo, tras los cambios, ahora todos los refugiados (excluyendo los refugiados traídos al país directamente por el gobierno) perdieron el acceso a la cobertura de medicamentos, a la visión y a la atención dental a través de IFHP.

De igual forma, los solicitantes de refugio que llegan al país provenientes de alguno de los países designados como DCO (Designated Countries of Origin, entre los que se encuentra México, Chile y España), ya no tienen acceso a ningún tipo de cobertura de salud, incluida la atención de urgencia o esenciales.

Las únicas dos excepciones por las cuales todos los refugiados tienen derecho a cobertura médica es por problemas de salud en los que haya preocupación de que sean enfermedades infecciosas y que estén incluidas en la lista de enfermedades de la Agencia de Salud Pública de Canadá como de posible transmisión o propagación. Pero estas no incluyen las infecciones comunes tales como neumonía, pielonefritis, etc., o incluso enfermedades como la malaria.

La segunda excepción es para situaciones de preocupación de seguridad pública, que son definidas como condiciones psicóticas donde una persona ha sido identificada como un peligro para los demás (no incluye la intención de suicidio).

Es por ello, dijo García, que para todas aquellas personas de la comunidad que ven esto como problemas ajenos a ellos, es una oportunidad para que se involucren en el esfuerzo de lograr servicios de salud para todos sin importar el estatus migratorio.

“Porque hoy vemos las cosas a distancia, pero de repente vamos a tener un amigo, un familiar, alguien a quien queremos y apreciamos, vivir esa tan mala experiencia. Por eso tenemos que involucramos, porque creo que no estamos haciendo lo suficiente para parar este tipo de cosas que está haciendo el gobierno y que no son buenas para toda la población”, aseguró.

 

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