GABRIELA GONZÁLEZ / TORONTO /
El lunes 25 de noviembre hubo elecciones federales en cuatro circunscripciones en Canadá, dos en la provincia de Manitoba, una en Montreal y otra en nuestra propia ciudad de Toronto.
Como se esperaba, los Liberales de Justin Trudeau ganaron en Montreal y Toronto, mientras que los Conservadores apenas mantuvieron la guardia en Manitoba. La provincia de Manitoba es considerada como un bastión del partido conservador. Sin embargo, el candidato Conservador en una de las circunscripciones de Manitoba, sólo ganó por 393 votos sobre el candidato Liberal. El objetivo de estos votantes está bien claro: enviarle un mensaje de descontento a Stephen Harper, Primer Ministro de Canadá. Hay mucho que hablar sobre la política del gobierno federal y el escándalo del Senado, pero eso será para otra columna, hoy mi objetivo es platicarles sobre un tema que traspasa ideología política, etnia o religión: la participación cívica.
Los resultados de estas cuatro elecciones federales tienen un tema o lazo en común: la falta de participación de los votantes. En promedio entre la cuatros circunscripciones, la participación promedio de los votantes fue de aproximadamente 36%. A pesar que el voto es uno de los ejes principales de nuestra sociedad socio-demócrata, cada vez menos de nosotros nos interesamos en votar y esto es una tendencia muy preocupante. Nosotros como Hispanos no estamos inmunes de este mal síntoma. Conscientemente, sabemos que deberíamos votar, que es importante y que es nuestro deber una vez que somos ciudadanos de este gran país que es Canadá. Sin embargo, muchos no llegamos a la urna el día de votar. ¿Cómo nos aseguramos de que cuando llegue el momento de votar nosotros y las próximas generaciones de hispanos-canadienses tendremos las herramientas necesarias para ejecutar nuestro derecho?
La primera herramienta es sin dudas la educación. En mi opinión, es importante que todos alcancemos un nivel adecuado de educación ya que estaremos mejor preparados para triunfar en la vida y antes los retos y desafíos que se nos presentes. La educación nos ayuda a comprender los complejos temas sobre los cuales los partidos políticos toman diferentes puntos de vista y temas sobre los cuales deberíamos basar nuestro voto.
Por experiencia personal, sé que la educación en Canadá crea una igualdad de condiciones y nos abre las puertas para triunfar. La educación es de suma importancia para nuestra comunidad ya que estadísticas muestran que un alto por ciento de nuestros jóvenes no termina la escuela secundaria. Esto es inmensamente preocupante porque en muchas casos, nos estamos auto-limitando de oportunidades futuras e igualmente disminuyendo nuestra posibilidad de participación cívica y política.
Segundo, tenemos que estar informados de lo que sucede en nuestra sociedad. Tenemos que leer los periódicos, escuchar las noticias y ser miembros activos de nuestra comunidad. Nosotros no solo somos taxpayers, como un líder municipal le gusta llamarnos, a nosotros sí nos importa si el terreno de futbol o la pelota está en buenas condiciones, si la calle esta arreglada y limpia, si los niños tienen libros en las escuelas y si la biblioteca es pública y gratis. Tenemos que hacernos oír cuando los temas que nos afectan directa o indirectamente están en juego. Si nos mantenemos al tanto de las noticias y planes de los políticos, tendremos mejor idea de cuándo y porque tomar acción.
Esto me recuerda a la exitosa ejecutiva y autora Sheryl Sandberg que en su libro Lean In sugiere algunas medidas para que las mujeres tengan mayor voz: ten un asiento en la mesa donde las decisiones se toman. Esto es igual de aplicable para nuestra comunidad, si queremos que seamos tomados en serio, que los temas que nos afectan directamente sean considerados, pues tenemos que estar en la mesa donde esas decisiones se toman. Hay muchos ejemplos: participar en el consejo de padres de la escuela de nuestros niños, en las consultas del presupuesto de la ciudad, en los eventos que nuestros representantes políticos organizan. Hay diversas maneras de involucrarse y ser miembros activos de nuestra sociedad – escoja la suya e involúcrese – en lo que le afecte e interese a usted. Yo por ejemplo conocí a mi esposo haciendo voluntariado en una campaña política. Como mujer joven e inmigrante, mi voz ha sido apreciada en muchas ocasiones y muchas puertas se me han abierto solo por estar presente, sentarme en la mesa y trabajar con tenacidad.
Así que no espere, busque a su representante político en internet, agréguese a la lista de correos de él/ella, participe en los eventos en su barrio, mejor aún – organice un evento usted e invite a sus vecinos y la próxima vez que le toque votar, lo veo en la urna.
Manténgase al tanto de mis opiniones y actividades. Sígame en Twitter: @GabrielaGS_
*Gabriela González completó recientemente su maestría en Políticas Públicas en York University, está involucrada en varias organizaciones sin fines de lucro y es asesora de la Primera Ministra de la Provincia de Ontario.
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