POR GILBERTO ROGEL / TORONTO /
Como ha sido la tendencia en los últimos meses, los números no favorecen la gestión gubernamental del Primer Ministro Justin Trudeau y a su Partido Liberal; sin embargo, el liderazgo del Partido de la Nueva Democracia (NDP) sí le tiene cierto nivel de confianza, o al menos así le conviene para lanzarle otro salvavidas político y evitar una elección federal.
Tal como se comprometieron los dos partidos hace exactamente dos años, el NPD con sus votos respaldaría la gestión de Trudeau siempre y cuando esté impulsará y pusiera en vigor un plan de entrega de ciertas medicinas gratis para los canadienses más pobres, y otro plan para atención dental de menores de edad y adultos mayores, entre otros puntos.
Por meses el NDP amenazó con retirarse del llamado “Acuerdo de Suministro y Confianza”, lo cual hubiese obligado a una elección federal, que según las últimas encuestas no le favorecerían a Trudeau. Pero para decepción del partido Conservador, todo se quedó en mucho ruido y pocas nueces, pura verborrea y amenazas.
Lo grave de todo esto es que cada día salen a luz nuevos hechos que ponen contra las cuerdas al frágil gobierno e incrementan el desencanto popular contra Trudeau.
Recientemente se conoció que un par de chavos, expertos en informática, y que trabajaban desde el sótano de un cottage en las cercanías de Ottawa, ganaron sin licitación un contratito gubernamental para crear una aplicación informática en pleno auge de la pandemia del
COVID, y que al final salió costando varias decenas de millones de dólares.
Para todos aquellos que venimos de países latinoamericanos, este tipo de situaciones no son nada extrañas, ya que es muy conocido que aquellos que tienen ciertas palancas (influencias), cuello, conexiones, familiares, conocidos o están en la argolla, siempre tienen más ventajas que cualquier otro simple individuo.
Y precisamente eso es lo que ha pasado bajo la administración liberal y que se repite de manera constante. Funcionarios de segundo nivel que no supervisan, administran y ejecutan proyectos importantes y que terminan siendo el hazme reír a nivel nacional e internacional.
Se pueden ustedes imaginar que una aplicación informática que pudo haberse desarrollado en un fin de semana a un costo de menos de 300 mil dólares, llegará a costar un aproximado de 60 millones de dólares y sin que existan récords de pagos y transacciones, mucho menos de los procesos de selección y adjudicación. También acá se cuecen habas.
Lo cierto de todo esto, es que el desencanto de muchos canadienses hacia la gestión liberal no se detiene, y mientras, por el otro lado, el Partido Conservador y su líder, pese a estar arriba en las encuestas, todavía no logra atraer a la mayoría de indecisos.
Pero dentro de lo malo, hay que ser positivos: al parecer este año no tendremos una elección federal y debemos esperar como se mueve el agua política hasta el próximo 2025.