Monet, Pissarro, Degas y Van Gogh muestran sus paisajes a los amantes del arte en Toronto

OSCAR VIGIL / TORONTO /
Ver un cuadro original de Monet, Pissarro o Van Gogh es prácticamente imposible en la mayoría de los países de América Latina, sin embargo, aquí en Canadá, es un lujo que prácticamente cualquier persona puede darse. El único requisito para ello es tener el gusto por el arte.

Centenares de personas están desfilando estos días por las salas de exhibición de la Galería de Arte de Ontario (AGO, por sus siglas en inglés), entre ellos muchos de origen latinoamericano, con el objetivo de apreciar la exhibición de arte denominada “Impresionismo en la edad de la industria: Monet, Pissarro y más” (Impressionism in the age of industry: Monet, Pissarro and more).

La exhibición, que está abierta al público desde el pasado 16 de febrero y durará hasta el próximo cinco de mayo, ofrece la oportunidad de apreciar obras maestras de Claude Monet, Camille Pisarro, Edgar Degas, Vincent Van Gogh, Mary Cassatt y Georges Seurat, entre otros.

Estas obras artísticas están enmarcadas en la segunda mitad del siglo XIX, cuando Francia acababa de salir de una guerra más y estaba conformando la llamada Tercera República. Atrás habían quedado ya los tiempos de las monarquías, y se encaminaba al conocido régimen republicano en el que comienzan a prevalecer los conceptos de identidad democrática que llevan consigo los derechos de asociación, a la huelga, a la educación y la laicidad que dominan las democracias actuales. Era el momento, dicen otros, en que la burguesía comienza también a florecer en la antigua Europa.

Cuentan las anécdotas que, como producto de las guerras, los franceses habían tomado lecciones claves de protección, entre las que apuntaban la construcción de grandes bulevares que impedían el ocultamiento de tropas enemigas, así como también la distribución lineal de calles y sus respectivos bloques de viviendas, siempre con objetivos militares.

Mucho de lo que había sido Paris había sido destruido por las guerras, y otras partes más por las nuevas construcciones, entre las que se incluían ya los sistemas de alcantarillas.

Llega también en este momento la industrialización de las grandes ciudades, como París, y el arribo de la locomotora para transportar los productos. La construcción de puentes, de puertos y de mercados contribuyen al florecimiento del comercio, en momentos en que florece también el arte.

Se desarrolla así el movimiento artístico de la pintura impresionista que se caracteriza “por el intento de plasmar la luz y el instante, sin reparar en la identidad de aquello que la proyectaba. Es decir, si sus antecesores pintaban formas con identidad, los impresionistas pintaban el momento de luz, más allá de las formas que subyacen bajo este”.

La exhibición de la AGO presenta así más de 120 obras de arte que incluyen pinturas, fotografías, grabados, dibujos, esculturas y películas de época, y que muestran paisajes exuberantes, bulevares, catedrales y vistas al mar, así como también escenas de la vida cultural cotidiana y, particularmente, del florecimiento de la era industrial con su respectiva proliferación de chimeneas.

Es obligatorio detenerse y apreciar en detalle las obras “La Gare Saint-Lazare”, “Charing Cross Bridge” o “The Coalmen”, de Claude Monet; “Pont Boieldieu in Rouen” o “The Pork Butcher” de Camille Pissarro; “La plage de Trouville”, de Eugene Bouding; o “Factories at Clichy”, de Vincent Van Gogh; entre muchas otras.