POR OSCAR VIGIL / TORONTO /
Los noticieros hablan todos los días del alza o la baja de los indicadores macroeconómicos a nivel mundial, de una posible recesión, de aumentos en las tasas de interés para mantener a raya los índices de inflación, del precio del barril de petróleo Brent, etc., etc., etc. Pero ¿qué significan realmente esos números cuando una madre de familia hispana va a comprar carne, frutas y verduras al supermercado?
Un economista muy prestigiado de América Latina explicaba un día que la Macroeconomía es como una cena en un restaurante entre cuatro amigos, en la cual el que tiene mas dinero pide un pollo y se lo come todo él solo mientras que los demás no comen nada. “Macroeconómicamente, decía, los cuatro amigos se comieron ¼ de pollo cada uno”.
Lamentablemente, el Informe de precios de los alimentos de Canadá (CFPR por sus siglas en inglés), que es una colaboración anual entre investigadores de la Universidad de Dalhousie, la Universidad de Guelph, la Universidad de Saskatchewan y la Universidad de Columbia Británica, anunció esta semana que ese ¼ de pollo va a ser aun más caro el próximo año.
“Uno de los temas de conversación más comunes hoy en día es el alto precio de los bienes de consumo, en particular los comestibles. Todo el mundo está sintiendo el pellizco de los precios inflados de los alimentos. Desafortunadamente, los consumidores pueden esperar que esos precios sigan subiendo. El Informe de precios de los alimentos de Canadá de 2023 predice un aumento del precio de los alimentos del 5 % al 7 % en 2023, con los aumentos más sustanciales en las verduras, los productos lácteos y la carne”, dice la investigación.
El informe pronostica que una familia promedio de cuatro personas, incluyendo un hombre (de 31 a 50 años), una mujer (de 31 a 50 años), un niño (de 14 a 18 años) y una niña (de 9 a 13 años) gastará aproximadamente $16,288.41 por año en alimentos, lo que significa un incremento de hasta $1,065.60 respecto a lo observado en el año 2022.
Es como que llueva sobre mojado, porque ya los precios han subido exorbitantemente en relación con el año pasado que aun estábamos en medio del COVID-19 y cuando aún no había iniciado el enfrentamiento bélico, económico y político entre Rusia y los Estados Unidos y sus aliados en Ucrania.
“El informe del año pasado predijo un aumento general de los precios de los alimentos del 5 % al 7 % en 2022. (Pero) la tasa actual de aumento de los precios de los alimentos ha superado esta predicción en un 10,3 % a partir de septiembre de 2022 (según los últimos datos disponibles del IPC). Por categoría, el aumento de precios previsto para los restaurantes fue exacto, mientras que las categorías restantes experimentaron aumentos de precios superiores a los previstos en 2022”, dice el informe.
Y agrega: “En 2022, por ejemplo, pronosticamos un gasto anual en alimentos de hasta $14,767,36 para una familia de cuatro personas, incluidos un hombre (de 31 a 50 años), una mujer (de 31 a 50 años), un niño (de 14 a 18 años) y una niña (9-13 años). De lo observado en 2022, el gasto anual total para una familia con la misma composición demográfica fue de $15.222,80, lo que significa una diferencia de $455,44 para el año”.
Maria Linares, casada y madre de dos adolescentes, originaria de Honduras y quien dice no entender nada de Macroeconomía, explica que cuando iba al supermercado hace un poco más de seis meses gastaba en promedio $150 por semana para comprar alimentos, pero que últimamente compra lo mismo o menos con alrededor de $200.
“Todo está más caro, lo hemos sentido en nuestro presupuesto. Primero, no hallas todo lo que buscas, especialmente frutas y verduras, y lo que hallas, esta mas caro. Por ejemplo, en mi casa nunca falta el apio, pero hoy es más pequeño el ramo y se arruina más rápido, y el precio ha subido entre 10 y 25 centavos. El pollo costaba $7 la bandeja y hoy cuesta alrededor de $10, La margarita para hornear subió de $5.99 el año pasado a $7.99 ahora, los huevos subieron 1 dólar la docena”, explica.
Agrega que también ha subido bastante de precio la carne de res, la bolsa de Maseca que antes costaba $6.99 hoy cuesta $8.99, por lo que solo la compran para ocasiones especiales, y así, prácticamente todos los alimentos se han ido para arriba.
Pero lo que dice que sí le impactó fue cuando una tarde de la semana pasada fue al supermercado NoFrills que queda cerca de su casa, vio a una joven que le decía en inglés a su novio: “Mira, yo nunca había visto esto en mi vida, mira esta cajita de fresas vale $10 y hace unos meses valía nada más $5, no puede ser, no lo puedo creer!”.
Maria dice que para capear la crisis lo que están haciendo en su casa es que han reducido las compras, y por ejemplo, si en la planificación de comidas para la semana no tienen pensado usar tomates, pues esa semana no compran tomates, cuando antes había tomates todo el tiempo. Es decir que compran las cosas solo cuando realmente las van a ocupar.
Pero pollo compran cada dos semanas, explica, un pollo entero para servir efectivamente ¼ a cada miembro de la familia.