HORACIO TEJERA / TORONTO /
Corría 2009… y la comunidad hispanohablante debió enfrentarse a una realidad que ya no podía pasar desapercibida. El Censo 2006 del TDSB había puesto en evidencia que la tasa de estudiantes de origen latinoamericano que habían abandonado sus estudios antes de haberse graduado en Grado 12 estaba entre las dos más altas de todas las comunidades consideradas.
A casi una década, en 2018 y 2019, se irán conociendo los datos del Censo 2017, pero nos ha parecido pertinente comenzar a reavivar el debate acerca de este tema ya, repasando las últimas cifras oficiales –publicadas entre 2014 y 2015- que, si bien muestran algunos avances respecto a las conocidas en 2009, son igualmente preocupantes.
Latinos en la High School ¿avance o estancamiento?
Las cifras de 2009 mostraban un abandono escolar del 36% entre los estudiantes de origen latinoamericano. Para contextualizar la gravedad de la situación basta con decir que esa cifra de abandonos estaba sólo 4 puntos por debajo de la peor (40%), 13 puntos por encima de la media de todas las comunidades (23%) y a casi 20 puntos de las cifras de la comunidad mejor situada (13%).
A partir de aquellos resultados, desde el TDSB se instrumentaron una serie de cambios en los planes de estudio y en los criterios de evaluación, que significaron una mejora general de todos los grupos estudiados (el latino entre ellos). Y, por otro lado, desde nuestra comunidad, se implementaron varias iniciativas dirigidas a mejorar el desempeño de los y las estudiantes.
Tras esos cambios, en 2012, las cifras de abandono de los estudiantes de nuestra comunidad habían retrocedido significativamente, al 20%. Si se comparan las cifras fríamente, ese cambio podría ser visto como un avance importante.
Sin embargo, si se le suma a esa cifra la de quienes no se habían graduado en los tiempos debidos y por lo tanto no estaban en situación de alcanzar los créditos necesarios para ser aceptados en instituciones de enseñanza postsecundaria, el porcentaje total ascendía al 30%. Comparando esa cifra con el 36% de 2009, es posible relativizar el éxito obtenido y estaríamos frente a un virtual estancamiento.
A esa interpretación de las cifras como un estancamiento contribuye el hecho de que las tasas de graduación de los y las estudiantes de nuestra comunidad (67%) siguen estando en el segundo peor lugar, a 12 puntos de la media (79%) y a 20 puntos de la tasa de graduaciones la comunidad mejor situada (87%).
Latinos tras la High School ¿avance o retroceso?
Todos lo sabemos, pero no está de más recordar, que la empleabilidad de los jóvenes y por lo tanto su futuro, está directamente relacionado a su formación para el trabajo.
Una década atrás, sólo el 40% de los puestos de trabajo de Toronto requerían estudios postsecundarios. Hoy en cambio la situación es muy diferente y en los próximos años, de acuerdo con Deb Matthews, Ministra de Advanced Education and Skills Development, el 70% de los nuevos trabajos que se creen en Ontario requerirán algún tipo de certificación de ese tipo.
Por lo tanto, en el futuro de un o una joven ya no importa si ha completado sus estudios de High School, sino cuál será su formación posterior.
Por esa razón, el avance obtenido por nuestra comunidad en cuanto a la tasa de jóvenes que se gradúan en High School, no sólo puede ser visto como un estancamiento ya que nos deja, con respecto al resto de las comunidades en una situación similar, sino que es, en la perspectiva de largo plazo, un retroceso.
Veamos por qué podemos decir que estamos frente a un retroceso, analizando las cifras de no-aplicación o no confirmación de aplicación a una institución de enseñanza postsecundaria por parte de graduados o graduadas de High School pertenecientes a la comunidad de origen latinoamericano.
Si sumamos las cifras de no-aplicación y no aceptación de aplicación, es decir el porcentaje de quienes no han ingresado al College o a la Universidad tras haber finalizado sus estudios secundarios, nos encontramos con un 61%. Nuevamente, uno de los dos peores desempeños cuando se comparan todos los grupos étnicos de Toronto.
En un contexto como el que definía la ministra Deb Matthews, en el que desaparecen los viejos trabajos y se crean incesantemente nuevos trabajos que requieren nuevas y más avanzadas habilidades, las personas jóvenes que por la razón que fuere dejan sus estudios al terminar la High School están comprometiendo sus vidas futuras y se están arriesgando a caer en ciclos de reproducción de la pobreza.
Pero eso bien puede ser el tema de la próxima nota en la que podremos analizar de qué modo se vinculan los contextos familiares y el género con el éxito escolar.
Para ello seguiremos el análisis de la Webinar ¿Para qué futuro educamos? del proyecto Conéctate, financiado por el Ministry of Seniors Affairs de Ontario y apoyado por el Departamento de Español de la Universidad de Toronto y el Hispanic Canadian Heritage Council.
El material estará disponible a partir de marzo en www.latinasentoronto.org.