DUBERLIS RAMOS / TORONTO /
La noche del 31 de octubre llegó a su fin la celebración de nuestra cultura, la historia y la comunidad en este mes conocido oficialmente como el mes de la Herencia Hispano Latina. Este importante referente de la comunidad tuvo su origen a principios de 1992. Para ambas comunidades, latinoamericana e hispánica en Canadá surgió entonces una dialéctica contemporánea en busca de su resolución particularmente en cuanto a una denominación inclusiva.
En 2006, siguiendo conversaciones y discusiones, estuvimos de acuerdo en el principio fundamental de que éramos una comunidad con un cierto destino en común pero de muchos orígenes. A saber, desde nuestras naciones originarias, experiencias coloniales y hasta nuestra coexistencia en Toronto. De hecho, esta ciudad es nuestro espacio seguro dentro del cual nuestra comunidad nace.
En efecto, las raíces de nuestra comunidad en Canadá, esta celebración, y la conmemoración colectiva, nacieron de las desigualdades, luchas civiles y políticas; opresiones económicas, las luchas indígenas por los derechos: la tierra y los ecosistemas ancestrales y represiones mayormente ignoradas en las que la historia de nuestra América se yergue. Tampoco podemos dejar de destacar nuestra experiencia colectiva con la guerra civil y el fascismo en España como historia definitoria.
Nuestra identidad nace y es síntesis de la expresión de nuestras propias culturas, filosofías, valores políticos y diversidades religiosas. Quiénes somos y cómo nos llamemos depende colectivamente en cómo nos conectemos entre y con cada uno/una de nosotros, más la praxis cultural. De esta relación y de las experiencias vividas nació nuestra huella en Canadá, comunal, progresista y solidaria.
Como miembros de esta comunidad, sabemos el alto orden de nuestra tarea, pero también sabemos que tenemos las herramientas para lograr nuestro objetivo. Tenemos colectivamente nuestras culturas, lenguajes, historia y patrimonio cultural.
Tenemos nuestros filósofos, ancestrales cronometradores que nos inspiran, mujeres y hombres de ciencias y personas conocedoras que pueden iluminar nuestros necesitados diálogos en paz y con sabiduría, y por supuesto tenemos nuestros artistas, quiénes nos alimentan el espíritu, nos motivan, y les agradecemos también por su presencia particularmente en este mes.
Llegamos al final de nuestro mes 2015. Hemos crecido a través de este trabajo. Es ahora el tiempo de crear y practicar nuestra historia en Canadá, todos y para todos hacia el futuro. En este particular momento hacemos votos por que los conflictos y malentendidos puedan ser trascendidos… que en el futuro el conocimiento y la sabiduría sean fortalecidos más allá de cualquier dogmatismo revisionista y espurio bajo la simple realidad de que esta comunidad somos todos nosotros.
El primero de Octubre fuimos bendecidos por el sagrado fuego de nuestros ancianos ancestrales en el Parlamento Provincial. Esta ofrenda nos entregaba parabienes de salud, inteligencia, prosperidad y que podamos adquirir colectivamente la paz, bondad y amabilidad para todos nosotros, nuestros hijos, nietos y todos aquellos alrededor de nosotros…
*Adaptación del discurso de cierre del Mes de la Herencia Hispano-Latina 2015 pronunciado en la Alcaldía Municipal de Toronto.