La política dominó la agenda nacional canadiense en el 2019 y podría continuar igual en el 2020

OSCAR VIGIL / TORONTO /

Dicen muchos periodistas que Canadá es un país sumamente aburrido en materia noticiosa porque usualmente no pasa nada relevante que conlleve a noticias de última hora, a no ser, por supuesto, en el área política, donde los vaivenes partidarios, no necesariamente ideológicos, sí mueven con frecuencia las salas de redacción.

La noticia más destacada del 2019 fue sin duda la reelección del Partido Liberal como el partido político que deberá gobernar el país por los próximos años, o por los próximos meses, dependiendo precisamente de esos vaivenes partidarios que definirán hasta donde va a llegar el gobierno minoritario del Primer Ministro Justin Trudeau.

Contra todos los pronósticos, y en una elección que estuvo marcada por diferentes momentos, pero en los que prácticamente siempre apareció como seguro perdedor el Partido Liberal, a último momento el equipo de Justin Trudeau remontó en las encuestas y logró posicionarse al frente del país. Perdió la mayoría absoluta al pasar de 184 diputados con los que ganó las elecciones del 2015 a 157 obtenidos en las elecciones de octubre del año pasado (se necesitan 170 de los 338 escaños para tener un gobierno de mayoría), pero retuvo el poder.

El Partido Conservador, lidereado por Andrew Scheer, y quien se había convertido en el favorito de prácticamente todas las encuestas electorales, ganó el voto popular (Partido Conservador: 34.4%, Partido Liberal: 33.1%, NDP: 15.9%, Bloc Québécois: 7.7%) pero se quedó corto en el numero de diputados necesarios para acceder al poder: 121.

Muchos analistas consideraron que las posiciones demasiado conservadoras de Scheer en temáticas como el aborto y las comunidades LGBTQ, así como también su falta de posicionamiento claro en el área del cambio climático fue lo que decimó sus posibilidades. Esta situación desembocó al final del año, ya pasadas las elecciones, en la renuncia de Scheer al liderazgo del Partido Conservador, el cual va a elegir a su sustituto en su convención nacional que se va a realizar en el mes de junio en Toronto.

Pero el triunfo de Trudeau no se debió únicamente a los errores políticos de sus contrincantes, sino también a un repunte del último momento que logró el Partido Liberal, al motivar a que más simpatizantes acudieran a los centros de votación el día de las elecciones. Esa subida súbita de simpatizantes liberales definitivamente cambió los números, así como también contribuyó el llamado “voto estratégico” realizado por muchos simpatizantes del NDP y otros partidos políticos, que a último momento votaron por los liberales al dar por descontado que era la única opción para poder evitar un gobierno conservador.

Durante la campaña electoral, el líder del NDP, Jagmeet Singh, logró captivar momentáneamente la simpatía del electorado al llevar un mensaje fresco y claro a lo debates políticos, elevando aparentemente los números del NDP en las encuestas. Sin embargo, al final todo fue una simple ilusión dado que más que mejorar sus resultados, Singh y el NDP perdieron 20 diputados, así como también bajaron en porcentaje global de votos. En esta legislatura el NDP cuenta solamente con 24 diputados de los 44 que tenía en la legislatura anterior.

Así, el NDP pasó de ser la tercera fuerza política en el Parlamento Federal y se ubicó en la cuarta posición, dado el buen resultado del Bloc Québécois que se consolidó en la tercera posición con 32 diputados. El Bloc Québécois, que en las elecciones del 2015 prácticamente había sido declarado en peligro de muerte (solo obtuvo 10), fue una de las sorpresas en las elecciones de octubre pasado.

¿Qué significa ser un gobierno de minoría? Básicamente que el Partido Liberal necesita de otro partido político (matemáticamente solo necesita 170 de 338 diputados) para poder aprobar las legislaciones importantes del país, es decir aquellas que requieren de mayoría calificada. Esto lo puede lograr estableciendo alianzas específicas con cualquiera de los tres partidos mayoritarios de oposición (Partido Conservador, NDP y Partido Liberal), algo que esta haciendo muy bien hasta el momento.

El problema mas grave de esta situación minoritaria del gobierno liberal es que si no logra el apoyo necesario en esas votaciones, que son consideradas como votaciones de confianza, pierde el apoyo para estar en el poder y debe convocar a nuevas elecciones.

Muchos analistas coinciden en que a pesar de que el gobierno de Justin Trudeau implementó medidas muy importantes a favor de la población en general, y particularmente a favor de las comunidades inmigrantes, la perdida de simpatías se debió al famoso escandalo con la empresa constructora con sede en Montreal SNC-Lavalin.

Hay que recordar que la Ministra de Justicia y Fiscal de Canadá, Jody Wilson-Raybould, denunció a mediados del año pasado que la oficina del Primer Ministro la presionó para que le buscara una salida negociada al proceso judicial que se había emprendido en contra de la empresa constructora con operaciones a nivel mundial, por estar acusada de haber sobornado a las autoridades libanesas a cambio de que le concedieran contratos millonarios en la reconstrucción del país.

El Primer Ministro negó que estas acusaciones fueran ciertas, en un escándalo que duró meses en las portadas de los medios de comunicación y que culminó con la salida de Wilson-Raybould del partido de gobierno. Esta situación generó muchísimo desgaste en la credibilidad de Trudeau, lo cual definitivamente se manifestó en los resultados electorales. Pero al final, ya pasadas las elecciones y luego de un largo proceso criminal, el sistema judicial llegó a un acuerdo con la empresa SNC-Lavalin que prácticamente es similar al que hubiera llegado Wilson-Raybould de haber escuchado las recomendaciones del gobierno que la nombró como Ministra de Justicia.

Otro de los elementos que entró en juego para las elecciones federales de octubre pasado fue sin duda el tema del cambio climático. Mientras el Partido Liberal elevó esta temática como la más importante con la que se debe lidiar en los próximos años, el Partido Conservador la relegó a su mínima expresión.

La temática es sumamente importante porque día a día tanto la población canadiense como a nivel mundial van tomando conciencia de que este es el principal reto que tiene el mundo, y por tanto el nivel de importancia que los partidos políticos le den a esta temática en sus plataformas electorales incidirá en el número de votos que obtengan. Y el Primer Ministro Justin Trudeau se ha convertido en uno de los principales abanderados a nivel mundial en la lucha contra el cambio climático.