POR GILBERTO ROGEL / TORONTO /
Como lo habían pronosticado los expertos, la sociedad canadiense está llegando a un punto delicado y que podría ser determinante para los próximos años, como es la falta de mano de obra calificada. Cientos, sino miles de puestos laborales no se han podido llenar a los niveles que se encontraban antes de la terrible pandemia del COVID 19 y todo parece indicar que una fuerte crisis laboral está a la vuelta de la esquina y con consecuencias drásticas.
Para aquellos que le damos seguimiento a este tipo de noticias, resulta difícil de creer que lugares vitales para el país, como muchos hospitales a nivel nacional, se hayan visto obligados a reducir sus horas de atención a pacientes debido a la falta de personal calificado, mientras los gremios de enfermeras y enfermeros están gritando que necesitan más recursos y más incentivos.
Es por ello que me llamó la atención como el gobierno provincial de Nova Scotia anunció en días pasados un programa de retención de enfermeras con bonos o incentivos económicos de entre 10 y 20 mil dólares para aquellos profesionales que se comprometan a permanecer en sus puestos de trabajo por lo menos un par de años. Esas son acciones prácticas y efectivas que podrían ser copiadas en muchos lugares si se pretende atacar la escasez de trabajadores calificados en el sector médico hospitalario, uno de los más cruciales en el país.
De manera curiosa, pero también asombrosa, en días pasados conocimos por las autoridades encargadas de verificar las estadísticas oficiales que por primera vez en la historia del país, el año anterior la población canadiense creció en más de un millón de habitantes gracias primordialmente a la llegada de inmigrantes calificados y estudiantes internacionales.
Sin discusión estas son buenas noticias. Más hombres y mujeres con educación post secundaria están arribando a suelo canadiense en búsqueda de un mejor nivel de vida, si se compara con el que pueden aspirar en sus países de origen. Por desgracia ciertos países como muchos latinoamericanos solo pueden observar como muchos de sus profesionales escapan cada día, debido a la corrupción y a políticas cortoplacistas, populistas y amañadas de ciertos gobernantes que se sienten todopoderosos, y se promocionan en el extranjero como los super cools y amos del social media.
Muchos de estos profesionales altamente formados en sus países de origen llegan a estas tierras con la esperanza de recibir un mejor trato que el que reciben con los vecinos del Sur, pero por desgracia a partir de los últimos días esta esperanza comienza a desaparecer luego de un acuerdo entre los gobernantes de Canadá y Estados Unidos, que modificó en horas el llamado Acuerdo del Tercer País Seguro. Con este cambio, miles de buscadores de refugio en suelo canadiense tendrán cuesta arriba sus posibilidades de tratar que sus casos sean escuchados por las autoridades migratorias respectivas. Si de por sí ya es complicado imagínese lo que será en el futuro.
Bueno, de regreso a nuestro tema central, es evidente que la escasez de mano de obra calificada es un problema gigantesco y amerita soluciones integrales y no de parche. Mientras tanto, miles de inmigrantes debidamente formados en muchas áreas profesionales que ya se encuentran en suelo canadiense siguen en la búsqueda de un empleo digno que les permita alcanzar un nivel de vida decente y ser productivos para esta sociedad.