OSCAR VIGIL / TORONTO
Dice un amigo que, en Cuba, uno levanta una piedra y aparece un músico, o un poeta, que de alguna forma viene a ser lo mismo. Eso mismo sostienen, pero con diferentes palabras, Israel Rojas y Yoel Martínez, las piezas claves del grupo cubano Buena Fe, que el fin de semana estuvo de visita en Toronto, Montreal y Vancouver.
Israel Rojas es el compositor de todas las canciones y la voz líder, mientras que Yoel Martínez toca la guitarra acústica y es la segunda voz de un grupo que llena estadios en su tierra natal y que últimamente también está llenando teatros en el exterior, como fue el caso de Toronto.
Al preguntarles el por qué del nombre, Israel dice que comenzó como un sueño, como una idea. “Yo estudie derecho del año 90 al 95, y siempre se me ocurrió que, si algún día hacia algún proyecto musical o alguna cosa así, le iba a poner Buena Fe, porque buena fe, como categoría jurídica, siempre supone las cosas buenas, las consecuencias positivas”.
Pero el nombre en realidad va mas allá de lo jurídico y de lo musical y se adentra en lo político, dado que el grupo Buena Fe es muy conocido por sus melodías con fuerte crítica social, incluso hacia adentro de su propio país, Cuba. Pero todo lo hacen con buena fe, aseguran.
“Cuando haces crónica social, aun cuando critiques, aun cuando en ocasiones tengas una mirada y una perspectiva digamos discrepante o de disenso, o una canción de amor, una canción del porte que sea, definitivamente se hace desde la buena fe, se hace desde la intención de construir, de unir, unificar, de que las cosas vayan a mejor. Nunca es con una intención destructiva de convocar a que la gente sea peor. Por el contrario, la idea es que la música nuestra, siempre pensamos eso, puede ser una especie de puente espiritual, absolutamente subjetivo, entre los seres humanos, de que la gente puede, alrededor de la canción, puede encontrar una manera de unirse y de crecer juntos, y creo que tenemos un público que ha cumplido con eso”, plantea Israel.
Conversamos un día antes del concierto y me explicaron lo que está sucediendo hoy en día con la tradicional música de la Nueva Trova, de la cual ellos son considerados sus nuevos, jóvenes y talentosos exponentes.
“En Cuba pasan cosas realmente muy curiosas con la música”, dice Joel, para continuar con que, exceptuando a Silvio Rodríguez y a Pablo Milanés, dos de sus mentores que son definitivamente consagrados en la música, “hay muchos creadores que siguen apostando por el arte, que siguen intentando hacer un buen trabajo sobre la música a pesar de lo que esté de moda, cosa que es muy difícil porque es muy complicado apostarlo todo, darlo todo por el arte cuando lo que está de moda precisamente no es eso. Hay muchísimos creadores muy jóvenes que están apostando por hacer un arte diferente, están dando todo por hacerlo”, asegura.
Israel asiente diciendo que “hay mucha música saliendo de nuestro país, música de todo tipo. Por suerte yo creo que la marcada diferencia entre la buena y la mala música también hoy ha acortado el camino y puede encontrar lo peor de nuestras creaciones lidiando con lo mejor de nuestras creaciones. Pero hay un movimiento de jazz maravilloso, hay música sinfónica de primera calidad, hay hip hop de primera calidad creo yo, también canción de autor como la que nosotros hacemos y como la que hacen otros muchos creadores no solamente de la Habana sino del resto del país, música popular bailable ¡ni hablar!, sigue siendo Cuba una de las capitales mundiales de la música para bailar, ya sea reguetón, ya sea salsa, o sea lo que sea”.
Les pregunto cómo definen su género musical. ¿Son Nueva Trova o son Nueva Trova 2.0?
“Lo que hacemos nosotros es canción de autores, música de autor, realmente no podríamos enmarcarnos en un género especifico porque hoy te dijimos que pop rock y mañana nos vamos a despertar y vamos a decidir hacer una rumba y no somos rumberos tampoco, depende mucho del espíritu, depende mucho de las ganas de…” decía Joel, y lo interrumpe Israel para agregar que “somos hijos de este tiempo, de la globalización, o sea, nuestra música suena como suena una isla del caribe que esta permeada por muchas influencias pero que trata de mantener su esencia y sus puntos de vista”.
“Nuestra música es un reflejo de eso, todavía probablemente no hay una etiqueta para ponerle a nuestra música, ya la habrá cuando seamos unos viejitos y la gente a lo mejor tome como referente lo que hoy hacemos nosotros o lo que hacen otros creadores, pero ya un estado puro por llamarlo de alguna manera es muy difícil que te encuentres algo en Cuba. Todo está muy fusionado, y gosp se mezcla con ritmos tropicales y con bits americanos y con cosas brasileñas, entonces está todo muy compactado, muy fusionado. Y eso es lo que nosotros necesitamos hacer, pero teniendo en cuenta que la canción de autor, o sea que la poesía, que la canción que se acerca a la poesía sigue siendo lo que rige nuestro destino”, apunta Israel.
En Toronto, la audiencia cantó con ellos, gritaron a todo pulmón y bailaron a mas no poder. Difícil saber con exactitud quién era la audiencia de un grupo que tanto en Miami como en Venezuela logra aglutinar simultáneamente a gente tanto de derecha como de izquierda, gracias a la misma canción, a una canción hecha con buena fe.