POR GILBERTO ROGEL / TORONTO /
Los grandes líderes políticos mundiales debaten intensamente la posibilidad de prohibir uno de los mayores pasatiempos de la era moderna. El argumento central es el temor a que el gobierno Chino nos esté espiando desde el momento en que nos vamos al baño en la mañana hasta cuando hacemos cosas privadas más noche en nuestras camas.
Que conste que no estamos hablando del deporte rey, el fútbol o el hockey en Canadá, sino del hobby del momento: ver los adictivos videos del Tik Tok; ese singular pasatiempo que según los expertos nos brinda satisfacciones inmediatas pero que nos aleja de nuestras crudas realidades inmediatas, como la falta de vivienda accesibles, salarios bajos, o las guerras.
Y precisamente una de esas realidades se vive a miles de kilómetros de distancia, especialmente en el oriente medio, en donde los políticos derechistas han utilizado los sangrientos eventos del pasado 7 de octubre del año pasado para avanzar con sus intereses ideológicos sin importar los daños que están ocasionando en la población civil palestina.
Como lo hemos escrito en un par de ocasiones anteriores, el conflicto Israelí-Palestino ha puesto al descubierto los mezquinos intereses que se mueven alrededor de cualquier conflicto bélico. Está comprobado que los intereses Israelíes han filtrado, censurado y condicionado la escasa información pública sobre el conflicto.
Es por ello por lo que una vez más traemos a colación este tema. Personalmente fue chocante ver al Presidente Joe Biden lamentar los violentos actos contra la población civil palestina por parte de las fuerzas militares Israelíes. Biden incluso ordenó el envío de ayuda alimentaria desde el aire y la construcción acelerada de un puerto para llevar más ayuda a los palestinos afectados, pero continúa vendiéndole armas a Israel.
Como lo ha demostrado la historia en los últimos tiempos los políticos creen o asumen que la gente es tonta, por usar una palabra bastante polite. El caso del Presidente Estadounidense y porque no incluir también al Primer Ministro Canadiense, ilustra perfectamente la doble moral que se ha manejado sobre el conflicto Israelí-Palestino.
Por un lado, las potencias occidentales, los Estado Unidos en especial, han defendido a capa y espada al Estado Israelí y le han dado millones sino billones de dólares en asistencia militar por muchos años. Al mismo tiempo se han hecho del ojo pacho de las continuas violaciones a los derechos de la población civil, pese a recurrentes pruebas en su contra.
Curiosamente en los últimos días hemos visto un significativo cambio de discurso de estos líderes políticos. Ahora si han tenido el valor para decir que Israel se ha extralimitado con sus acciones militares, pero no han tenido los suficientes pantalones para condenarlo por estos mismos hechos.
En definitiva, es evidente que esta doble moral únicamente afecta a una parte de este conflicto: la población civil. Es por ello por lo que la búsqueda de una solución consensuada al conflicto debería ser una prioridad por parte del gobierno que encabeza Justin Trudeau y de esta manera devolver a Canadá el lugar que tuvo en el pasado como un guardián de la paz y democracia.
INFOGRAFICO: ALJAZEERA