Eso es lo que dice Alejandra Bravo, de origen chileno, Concejal por el Distrito de Davenport en la Alcaldía de Toronto
POR OSCAR VIGIL / TORONTO /
Durante las últimas dos semanas, las actividades en torno a las celebraciones del Día Internacional de la Mujer han estado a la orden del día: foros, conferencias, proyecciones fílmicas, ferias, fiestas y, lo más emblemático, una marcha que congregó a miles de personas y que recorrió las principales calles de Toronto.
Alejandra Bravo, la única concejal de origen latinoamericano que tiene un asiento en la municipalidad de Toronto, y quien prácticamente durante toda su vida ha sido una activista en la defensa de los derechos humanos, y particularmente de las mujeres, ha participado activamente en varias de estas actividades.
Dice que las celebraciones del Día Internacional de la Mujer en Toronto es toda una institución de la comunidad progresista, de los sindicatos, de las organizaciones de mujeres, y de los refugiados. De hecho, explica, la marcha llevada a cabo en las calles Bloor y Yonge la semana pasada es la única marcha que ha continuado sin parar un solo año desde el año 1978.
“Es la expresión de la lucha colectiva en contra del machismo, del patriarcado y también para hacer cambios fundamentales en las vidas de las personas, porque las mujeres, especialmente la mujer inmigrante, y la mujer latina en particular, está sufriendo aquí la falta de vivienda accesible, la falta de trabajo digno, las condiciones de trabajo que resultan en abuso, la falta de guarderías”, apunta.
Pero al mismo tiempo dice con firmeza que las mujeres “vamos a defender a nuestros hijos, a la próxima generación, con la solidaridad de toda la sociedad, porque creo que es un momento para expresar nuestro deseo de Justicia”.
Alejandra Bravo nació en Chile, pero siendo una niña de apenas dos años de edad, en la década de los años 70, se trasladó a Canadá con su familia en calidad de refugiada política. Estos eran los tiempos del sangriento golpe de estado que protagonizó el general Augusto Pinochet, quien se convirtió en dictador del país suramericano y bajo cuyo mandato murieron miles de chilenos víctimas de la tortura y de asesinatos masivos.
Una vez en Canadá, Bravo se integró de lleno a las actividades educativas, estudió Humanidades en la Universidad de Toronto y posee una Maestría en Educación de Adultos y Desarrollo Popular cursada en el Ontario Institute for Studies in Education (OISE). Pero su trayectoria siempre ha estado enfocada en las áreas sociales, tratando de apoyar a la comunidad desde diferentes escenarios.
En las elecciones municipales de Toronto del 2022 ganó la candidatura para ser Concejal en el Distrito electoral 12 Davenport, en Toronto, luego de haber participado sin éxito en elecciones anteriores tanto a nivel municipal como federal.
Al preguntarle cuál es la situación de la mujer en términos generales en Toronto, si están ganando más derechos o si van en retroceso, dice que depende de cómo uno mire la producción de cambios, “porque tenemos una alcaldesa, estamos alcanzando el 40% en el Concejo Municipal, hay mayor representación… (también) se declaró bajo la nueva alcaldesa, Olivia Chow, que la violencia contra las mujeres es una epidemia, lo cual nos va a dar algunas indicaciones de lo que tenemos que hacer en términos de albergue para las mujeres que están escapando de la violencia”.
“Las prioridades están ahí, pero lo que se pierde en el terreno es la parte de la gente trabajadora, de la gente inmigrante, de la gente que está en condiciones de pobreza, es la desigualdad tremenda que afecta mayoritariamente a la mujer, a la familia inmigrante y a la mujer latina sobrerrepresentada. Entonces, las inversiones que se hacen en reestablecer el sistema de buses, que venga el bus cuando la persona tiene que ir a trabajar, de los programas de recreación para los jóvenes, en las guarderías, etc., son fundamentales. Las inversiones que hacemos en la municipalidad, en la alimentación escolar, por la situación de pobreza, son fundamentales en este momento”, apunta.
En este sentido, dice que hay que levantar el perfil a la solidaridad para crear una sociedad más igualitaria y más justa, insistiendo en que eso es absolutamente lo que necesitamos en Toronto y en Canadá en general.
Y en este momento de celebración y de reconocimiento sobre la necesidad de que se igualen los derechos de las mujeres con los hombres, Bravo hizo un llamado de apoyo a todos los miembros de la comunidad.
“La comunidad latina tiene una cantidad de conocimientos, de experiencias, de herramientas para contribuir en esta sociedad, basada en la experiencia que han tenido nuestros padres o nosotros mismos como inmigrantes, para poder dar lo que significa el trabajo colectivo, el trabajo de concientización, el trabajo solidario. Las redes que usan informales a veces inciden en la sociedad masiva, de apoyo mutuo, y esa ética de apoyo mutuo y de solidaridad es algo con lo que podemos contribuir. Es una forma de liderazgo inherente de nuestras comunidades y se necesita hoy más que nunca”.