El político Hispano Gil Peñalosa ya anunció su candidatura nuevamente para tratar de ocupar el cargo que deja Tory
POR OSCAR VIGIL / TORONTO /
Fue una sorpresa prácticamente para todo el mundo: el alcalde de Toronto, John Tory, quien llegó a poner orden a la municipalidad de Toronto luego de una serie de escándalos provocados por su antecesor Rob Ford, anunció su renuncia al cargo esta semana tras aceptar que había tenido una aventura extramatrimonial con una de sus empleadas.
En estos días es todo un drama en la municipalidad, sobre todo porque John Tory predicaba sobriedad y decencia, y sorprendió a todos cuando llamó a una conferencia, improvisada de última hora, para hacer frente a los señalamientos que horas antes había hecho públicos el periódico Toronto Star.
“Durante la pandemia, desarrollé una relación con una empleada de mi oficina de una manera que no cumplía con los estándares a los que me sostengo como alcalde y como hombre de familia”, dijo en la conferencia de prensa, agregando que “Como resultado, he decidido que dejaré el cargo de alcalde para poder tomarme el tiempo de reflexionar sobre mis errores y hacer el trabajo de reconstruir la confianza de mi familia”.
Pero su salida del cargo no será inmediata, ya que, según miembros de su oficina, lo hará una vez sea aprobado el presupuesto de la ciudad que se está discutiendo esta semana. Así, el todavía alcalde John Tory buscaría garantizar que el presupuesto operativo de $16,200 millones y el plan de capital de $49,300 millones quedaran finalizados antes de su salida.
Hay que recordar que según la nueva legislación provincial, el alcalde puede vetar las enmiendas del consejo al presupuesto hasta 10 días después de que se aprueben esas enmiendas. El consejo tendría entonces 15 días para anular el veto del alcalde con el voto de al menos dos tercios de todos los miembros. Sin embargo, no está claro si Tory permanecerá en el cargo durante todo el proceso presupuestario si esto ocurriera.
Pero como bien dicen en América Latina, “muerto el rey, viva el rey”, por lo que ya salieron a la palestra varios de los posibles candidatos que se deberán enfrentar en una “by-election” para sustituir al emproblemado Tory. Esta votación podría llevar a cabo en Mayo de este año.
El primer político en lanzarse al ruedo fue el excandidato de origen latino Gil Peñalosa, quien quedó en un lejano segundo lugar en las elecciones pasadas con el 18% de los votos en contra del 63% del ganador John Tory.
Gil Peñalosa, poco conocido en la comunidad latina de Toronto, comenzó a sonar cuando se inscribió como candidato para alcalde el año pasado alzando la bandera de mejores políticas urbanas, y los medios de comunicación lo consideraron como el principal contendiente de John Tory en estas elecciones y le dieron bastante cobertura electoral. Junto a él compitieron un total de 31 candidatos para alcalde.
Peñalosa es el fundador en Canadá de la organización “8 80 Cities”, entidad sin fines de lucro que aboga por ciudades accesibles e inclusivas, retomando su experiencia como Director del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) de la alcaldía de Bogotá, Colombia, en la década de 1990, cuando el alcalde era su hermano Enrique Peñalosa.
El problema es que su paso por dicha entidad, y otras relacionadas con la municipalidad durante la administración de su hermano, no son muy bien recordadas, al punto de que incluso, “en julio de 2001 se conoció que la Unidad de Delitos Contra la Administración Pública de la Fiscalía, dictó orden de captura contra Guillermo Peñalosa Londoño, en ese entonces director de Proexport en Canadá y ya conocido como Gil (Peñalosa)”, según cita la revista Cambio Colombia.
Volviendo a Toronto, la lógica política en esta ciudad es realmente extraña. Un alcalde puede continuar gobernando campantemente pese a que existan videos de él fumando crack mientras está en el ejercicio de sus funciones, pero otro alcalde debe renunciar al cargo debido a que tuvo una aventura amorosa fuera del matrimonio durante su mandato. ¿Qué legislación establece quién debe renunciar y quién no?
Realmente el Código de Conducta de la Alcaldía de Toronto no aborda específicamente las relaciones románticas entre miembros del ayuntamiento como el alcalde y el personal que trabaja para ellos. En general, el código establece que “los miembros deben desempeñar sus funciones y organizar sus asuntos privados de manera que promuevan la confianza del público y sean objeto de un férreo escrutinio público”.
En otra parte, indica que “se espera que un miembro del Concejo cumpla con las normas de conducta más estrictas para mantener y fomentar la reputación y la integridad de la ciudad de Toronto. De hecho, Tory dijo que había informado directamente al comisario de Integridad sobre la relación, solicitándole investigar al respecto.
De acuerdo con la política de derechos humanos y anti-acoso/discriminación de la ciudad, que se supone que deben cumplir los miembros del concejo, todos los empleados tienen derecho a un trato equitativo libre de acoso sexual, que según la ley de Ontario incluye cualquier insinuación sexual no deseada de alguien en posición de conferir un beneficio o promoción.
Tampoco existe una ley en Ontario que prohíba los romances en el lugar de trabajo entre adultos que lo consienten, es decir que no son relaciones forzadas, incluso entre jefes y empleados.