POR GILBERTO ROGEL / TORONTO
La reciente y trágica muerte de un familia completa, más otras cuatro personas tratando de cruzar el Rio San Lawrence, en la frontera entre Canadá y Estados Unidos, ha puesto en el ojo público la efectividad o incapacidad de nuestro sistema de inmigración y las causas que han llevado a muchas personas a tomar este difícil camino.
Luego de conocer la noticia sobre el fallecimiento de estas ocho personas, hecho que se une a otra serie de situaciones parecidas ocurridas en los últimos meses, surgen muchas dudas acerca de las causas que obligan a muchas personas a buscar un nuevo camino, pero no en Canadá sino en los Estados Unidos, pese a que yan han pasado por un largo proceso burocrático solo para llegar a estas tierras.
Particularmente me llamó la atención el caso de esta joven familia, que luego de conocer que habían perdido su petición de refugio y que deberían ser deportados a su país de origen, India, tomaron la decisión de buscar un camino ilegal para cruzar la frontera sin imaginarse que perderían la vida de manera trágica.
Es claro que lo poco que se conoce del caso y que ha aparecido publicado por los principales medios informativos no permite profundizar en las razones o motivos, ni en las expectativas que estas personas tuvieron para abandonar Canadá, pero sí es claro que el país no está respondiendo de manera efectiva a las aspiraciones que muchos inmigrantes buscan acá.
Recientemente lo explicamos en este mismo espacio de cómo las estadísticas oficiales están diciendo que Canadá necesita urgentemente millones de nuevos inmigrantes cada año y no solo para llenar los cientos de puestos de trabajo en el ramo de la construcción, limpieza o servicios, sino que hay una razón mucho más importante.
Muy pocas veces logramos entender que la llegada de estos nuevos inmigrantes viene a ser la solución a un gran problema de proporciones alarmantes y que debido a muchos factores políticos urgentes de cada gobierno de turno ha sido dejado de lado. Estamos hablando que estos recién llegados, principalmente aquellos que logran cotizar al sistema de pensiones, deberán reemplazar a los cientos de canadienses que a diario alcanzan la edad de retiro, pero el problema es que muy poca gente está entrando al mercado laboral para ocupar sus lugares.
Adicional a esto, esta misma semana escuchamos los datos de una nueva encuesta que detalla que más de la mitad de las personas en edad de jubilarse dice que no han ahorrado lo suficiente para poder disfrutar de este nuevo periodo, es decir, en otras palabras, deberán continuar otros años más si quieren gozar su jubilación.
En definitiva, más inmigrantes llegan cada día a suelo canadiense y muchos serán productivos, sin embargo esta no es la regla y seguirá siendo un punto débil para cada gobierno federal garantizar que cada persona logre ingresar al sistema de pensiones, lo cual implica un estatus legal, y de esta forma garantizar que cuando usted se retire alguien más lo pueda ayudar y no se vuelva una carga al estado, como muchos cientos de canadienses que se encuentran en esa disyuntiva en la actualidad.