FRANCISCO REYES / TORONTO /
Estamos en medio de las celebraciones del Mes del Idioma Español y del Día Internacional del Libro, con actividades en Toronto, entre ellas, publicaciones de obras literarias y peñas artísticas y literarias, para resaltar la importancia mundial de nuestra lengua.
Estas actividades de abril son indicadores del interés de los hispano-canadienses de preservar las raíces de nuestra identidad lingüística y cultural en esta nación norteamericana.
En torno a dichas celebraciones se reviven las viejas polémicas inconclusas sobre el lugar de Hispanoamérica y España donde se habla perfectamente nuestro idioma, y si es correcto llamarle Lengua Española o Lengua Castellana.
Empiezo por lo segundo precisando que, en sentido propio, no hay un sólo idioma español, sino una serie de lenguas españolas cuya existencia se remonta a la antigüedad, como fueron las lenguas de los celtas y de los íberos, y las que evolucionaron a partir del Latín impuesto por el Imperio Romano, como el Castellano, el Catalán, el Aragonés, el Navarro, el Vasco, el Gallego, el Galaico-portugués, entre otras.
Por su origen, la lengua que hablamos los hispanoamericanos es la Castellana, surgida en Castilla por evolución del Latín, cuando se separaron las provincias del antiguo Imperio Romano.
Del Latín proceden las principales lenguas romances que hoy son oficiales, como los idiomas Italiano, Francés, Portugués, Rumano y Castellano.
El Idioma Castellano fue impuesto por casi toda España por los Reyes Católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, cuando fusionaron sus dos reinos, que terminaron avasallando los territorios circundantes, pocos años antes de la gran empresa conquistadora del “Nuevo Mundo”.
Hubo regiones como La Vascongada y Cataluña que no aceptaron la imposición y aún se mantienen luchando por su identidad lingüística, con la secuela de problemas políticos generados por grupos como la ETA, organización política y militar vasca, con sus actos terroristas en España bajo el lema de “Patria Vasca y Libertad”.
Por extensión, el Idioma Castellano ha sido llamado Español. Pero son tan españolas las demás lenguas regionales del país.
Al difundirse por el mundo, empezando por la América colonial, el Castellano se conoce oficialmente como Idioma Español, pero lo propio sería denominarlo Lengua Castellana o Idioma Castellano, obedeciendo a su origen.
¿Dónde se habla perfectamente nuestro idioma? La pregunta ha generado tantas discusiones en las que no dejan de manifestarse el chauvinismo, la arrogancia y la pedantería de muchos hispanohablantes. El hablante perfecto no existe, sino el hablante ideal, al que se aspira en cualquier lengua. No es la lengua oral sino la escrita la que más se aproxima al ideal de idioma perfecto.
No porque nuestro idioma se originó en España, son los españoles quienes lo hablan mejor. La lengua hablada está plagada de vicios de dicción característicos de cada comunidad de hablantes.
A millones de hispanoamericanos molesta el ceceo exagerado de los españoles, mantenido incluso en algunas zonas de nuestro continente, como a los españoles les molesta que pronunciemos la C y la Z como S (seseo), y la V como B.
Un vicio propio de Navarra, España, es pronunciar la D como Z al final de sílabas. Bastante curioso. Pero les agradezco que castellanizaran, hace muchos siglos, mi segundo apellido de origen inglés, Goodman, y lo convirtieran en Guzmán. Fue lo mejor que hicieron, porque me desagrada la rigidez del idioma sajón.
En el empeño de lograr la pronunciación correcta juega un papel importante el nivel educativo de los hablantes. Aun así, hay profesionales con mala dicción, condicionados por los vicios y los acentos propios del habla de la comunidad lingüística a la que pertenecen.
Existen niveles de la lengua que inciden en la buena o mala pronunciación del idioma; que nos acercan o distancian del hablante ideal.
El nivel literario o figurado, propio de los literatos, es el más elevado, porque, además de emplear las palabras castizas del idioma, se vale de imágenes o símbolos para producir belleza.
El nivel científico o conceptual, para definir términos propios de una ciencia e incluye el argot de los profesionales.
El nivel coloquial o familiar, en el que los hablantes se expresan de forma llana y que, dependiendo de los niveles educativos, harán un uso más apropiado, o no, del léxico.
Y el nivel popular, lengua del pueblo como pueblo, que emplea modismos y refranes, entre otras expresiones campechanas.
Existe un último nivel, el marginal, propio de los grupos aislados de la sociedad, como las pandillas o maras, y los que pertenecen al hampa, con palabras y claves que sólo ellos descifran.
De modo que, en conclusión, no existe ningún país donde se hable perfectamente el idioma cervantino, con todo el respeto a los puristas de nuestra Lengua Castellana y a los que consideran que “el vino de casa es el mejor”.