Hispanos vs. Latinos, ¿Cómo nos debemos llamar?

CIRO ALQUICHIRE V. / TORONTO
A simple vista parece un tema trivial que va más con un estilo de vida que con el concepto, pero tiene mucho más de fondo y de historia, porque este apelativo que se utiliza a la ligera para identificarnos puede generar serios enfrentamientos, forjar rivalidades, discriminaciones, o en el peor de los casos profundizar aun más la desintegración de una población de inmigrantes que carecen de una identidad, creando una confusión que merma el poder que se puede tener al

Para los indígenas y los afro descendientes puede ser todo un insulto que los llamen hispanos por las humillantes secuelas que les dejó la conquista de América, por el contrario para los criollos, hijos de hispanos nacidos en el continente, era todo un orgullo llevar esta etiqueta como identificación, y para los mulatos, mestizos, zambos y en fin todas las combinaciones de razas y culturas que se dio en nuestra tierra, resultaba ser denigrante o la gloria, dependiendo del momento de la historia en que le tocó vivir.  

“Es de una completa ignorancia que nos llamen latinos, sí así fuera seríamos la comunidad más grande que tiene Canadá, porque a los hispanos súmele los italianos, los portugueses y los franceses que son los que conforman los verdaderos latinos, nosotros somos hispanos no sólo porque hablamos Español, sino también por nuestras raíces culturales”, dijo Fernando Valladares, un canadiense de origen hispano (como le gusta que lo llamen), creador del Hispanic Fiesta  y de otros grandes eventos culturales, quien aseguró además que debería ser todo un orgullo llamarnos hispanos porque “eso de ser latino está totalmente prostituido”.

Pero el término “latino” también tiene sus seguidores y defensores, que lo ven como el apelativo que los separa de la barbarie que significó para los nativos la denominada conquista española. “Latinos es lo que enmarca nuestra identidad cultural, venimos del sur del continente, podemos hablar español pero somos latinoamericanos, no tenemos nada que ver con España o con  Europa, somos mucho más latinos en la práctica que hispanos”, manifestó Luis Granados, quien trabaja en desarrollo comunitario en Canadá.  

Para aclarar de donde nace la división remontémonos a la historia: en los años 20 y 50 el término “América Latina” se hizo popular en el mundo para identificar a todos los que vivían en América pero en una región diferente a Estados Unidos, porque los estadunidenses ya habían generado un error garrafal  que aun continua en la historia, y es el considerar que  ellos son los únicos americanos.  En ese entonces, de acuerdo a los historiadores, las personas de descendencia mexicana preferían que los llamaran latinoamericanos, para no ser identificado como mexicanos, por el mal trato que les daban y los insultos que recibían. De ahí se genera el diminutivo “latino”, que cobró fuerza gracias a la música, las películas, el denominado “latin lover”  y las expresiones artísticas que le dieron realce y orgullo a una comunidad lejos de sus países de origen.

Por su parte la palabra hispano se acuñó y recorrió tierras a raíz de lo que han denominado la Conquista de la Corona Española, pero en realidad su origen tiene más pasado, porque nace precisamente de una de las decenas de conquistas de que fueron víctimas los españoles, la de los romanos que decidieron llamar esta zona de Europa  “Hispania”, que es de donde realmente proviene el término hispano.

Para Valladares el vocablo hispano es el que realmente agrupa a todos, nos diferencia de otras culturas y no se puede confundir con la palabra españoles, que identifica a los que  nacen en España,  “es un follón lo que han armado, por falta de educación y cultura, no saben ni de geografía ni de historia los que nos dicen latinos”, y responsabilizó de ello a gran parte de los medios de comunicación de habla hispana que siguen cometiendo el mismo error.

En la diatriba hay quienes creen que hablar español no es suficiente para decir que somos hispanos y por ello salen a defender el ya acuñado latinoamericano que recorre con salsa, ritmo y sabor todos los lugares del mundo, representando una cultura en la que se mezcla el indio, el afro descendiente, el español, el italiano, y todo aquel que aportó con su sangre y su cultura una identidad a un grupo que va desde México hasta la Patagonia, pasando por el Caribe y metiendo a los casi 50 millones de hispanos que viven en Estados Unidos y Canadá.  

Ante el enfrentamiento, Marco Guzmán, un boliviano líder de las comunidades indígenas en Canadá, manifestó que lo importante es unificar criterios y poner fin a las divisiones que afectan a todos por igual, por lo que propone se realice un gran debate en donde los académicos, los medios de comunicación  y especialistas en el tema determinen qué es lo mejor para nuestra comunidad, “porque para bien o para mal hablamos español”.

El trasfondo del tema es todavía más importante. Para nadie es un secreto que los hispanos seguimos creciendo como población en Estados Unidos y Canadá, pero menos para los organismos estatales, especialmente en Canadá donde somos una minoría en gran parte por culpa del mal uso del término. Estadísticas Canadá y organizaciones como el Congreso Hispano Canadiense  han intentado contabilizar a los hispanos, pero para la mayoría de la  gente la palabra no los identifica y no la marcan dentro las encuestas, dando como resultado que en algunos censos en vez de ir creciendo como población vamos bajando, con sus consecuencias en aportes económicos a programas de ayuda para nuestra comunidad.

El término hispano se empezó a utilizar administrativamente en la década de 1970 cuando el Gobierno de Estados Unidos quiso identificar a la población de inmigrantes de Latinoamérica, quitando otros apelativos que para mucha gente resultaban ofensivos como,  “chicano” y “espaldas mojadas”, especialmente utilizado para identificar a los mexicanos y “sudacas” como llaman a los inmigrantes suramericanos en Europa.

Seguramente en el mundo seguirán identificando nuestra raza con la salsa de la vida, la buena rumba,  lo mejor de la comida típica, posiblemente con las culturas Maya, Inca o las precolombinas, con la sangre mestiza, la raza de bronce, las mujeres bellas, las caderas de Shakira, la figura de Ricky Martín, el legado español, el tango, las grandes jugadas de Maradona, los libros de García Márquez, el folclor, las artesanías, los lugares exóticos y en fin toda una gama de elementos que nos identifican. Y eso será independiente de ser llamado hispano o latino, pero hay que definirnos por nuestro bienestar.  

Si tuviéramos que crear un término para reflejar nuestra verdadera herencia debería ser algo así como “hispanolatinoafroindio”, porque todos llevamos en mayor o menor medida algo de todas estas razas pues somos un crisol donde se fundieron todas ellas, pero desde el punto de vista de unión, participación y fortaleza, es  necesario establecer un sólo y verdadero término. Para usted cuál debería ser ¿hispano o latino?

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