FRANCISCO REYES / TORONTO/
Lo que estaba programado para ser un recital poético a dos voces, se convirtió en una noche espectacular de poesía colectiva uruguaya. Graciela Mantero y René Fuentes formaban el dúo invitado por “Poesía en Color’ para leer versos la noche del sábado pasado en Casa Maíz. Pero, al margen del programa, se les unieron las versificadoras Norma Maya, ex profesora de Literatura en su país de origen, y su compatriota Melba Agosto, activista comunitaria de largos años en esta ciudad.
Sin embargo, informado erróneamente de que era un recital sólo de Graciela Mantero, este medio quiso conocer más de cerca a quien en ocasiones ha pasado casi desapercibida ante un público que quizás conoce superficialmente a esta escritora tímida, emprendedora de negocio, luchadora política y ferviente voluntaria de la comunidad uruguaya de Toronto.
“Llegué a Canadá en agosto de 1978 por razones económicas y de militancia política”, fue su nota introductoria.
“En el preparatorio donde estudiaba había muchos fascistas armados que me ubicaron. Cerraron el Liceo por mucho tiempo. Obviamente, me casé y debido a la dictadura tuve que salir hacia acá”, continuó su historia, agregando que vino con tres ‘chiquilines’ y con siete meses de embarazo.
Su primer choque cultural fue el clima, “cuando el invierno era invierno”. Dada su condición de embarazo no podía trabajar. “Mi esposo encontró trabajo al año de estar aquí a través de una organización de futbol, porque allá fue jugador profesional y lo conocían bien. Acá tenía que conformarme con militar entre la gente de mi comunidad. Empezar a luchar por los derechos humanos del Uruguay, bajo la dictadura”, expresó con cierta nostalgia, destacando que desde los catorce años ha estado envuelta en la acción comunitaria.
“El año pasado trasladamos hacia Uruguay los archivos de 13 años de trabajo en favor de los derechos humanos para depositarlos en el Museo de la Memoria. En estos momentos están clasificando esos documentos que serán digitalizados y luego ponerlos a disposición del público”, precisó.
Su activismo social se extendió después al plano político propiamente dicho. “Integramos el Frente Amplio” (que llevó a Tabaré Vásquez al poder, siendo el primer gobierno socialista de Uruguay, desplazando a la derecha).
“Como consecuencia, para agrupar a los uruguayos de Toronto en una organización que no reflejara la militancia política. Formamos la agrupación ‘Mano con Mano’ en la que todos cabían”, expresó, añadiendo que “a través de esa entidad del Ministerio de Desarrollo Social, realizamos recaudaciones de fondos para ayudar el gobierno del Frente Amplio a solucionar algo de los tantos problemas que encontró después de la dictadura”.
“Luego fundamos el grupo Ibiray para ayudar a los expresos políticos enfermos por las torturas. El gobierno no podía socorrerlos a todos, hacía falta una organización que los ayudara a paliar sus necesidades”. Las recaudaciones “eran enviadas a esos compañeros en necesidad, hasta que el gobierno empezó a asistirlos. No sólo recibían apoyo económico, sino también moral y familiar para poder superar los traumas que les produjo el encarcelamiento durante la dictadura”.
Agregó que, “como los gobiernos del frente pudieron hacerse cargo de la situación, el Grupo Ibiray ahora se dedica a recaudar fondos para niños discapacitados. La semana pasada, Raúl Agosto, presidente de esta organización, viajó a Uruguay a entregar fondos”.
Graciela Mantero ha sabido combinar su voluntariado con el negocio propio que ella y su esposo abrieron hace cuarenta años en Wilson Ave de Toronto, conocido como ‘La Pasiva’, en cuyo sótano se reúne el Grupo Ibiray y también se realizan pequeñas actividades culturales. “Somos un grupo chiquito que hace lo que puede”, acotó.
Al ser cuestionada sobre su incursión en la poesía, dijo que “yo no sé si llegué a la poesía o ella llegó a mí. Yo escribía, pero no le daba importancia. Un día empecé un curso de escritura creativa en la universidad. Pensé que era sobre poesías, pero se trataba de escribir cuentos y lo tomé. De hecho, gané hace años el primer lugar en el concurso de narrativa breve de la Revista Caña Santa”.
El título del cuento es de por sí llamativo. “Los Héroes Regresan en Valijas”, y se enfoca en la repatriación de soldados canadienses muertos en la invasión a Afganistán.
Dijo que su poesía está relacionada con temas circunstanciales de la vida diaria, que busca expresarlos por medio de versos, abarcando temas diversos y caracterizados por la llaneza del lenguaje, pero con mucha profundidad en la búsqueda de imágenes.
Cuenta que a la pintura llegó porque un día ofrecieron un taller para niños. “Como tenía que permanecer allí tres horas esperando por mis hijos, decidí tomarlo. Aprendí las técnicas y me dedico a los temas abstractos. Eso no significa que no puedo pintar paisajes y otras realidades del mundo”, explicó.
“A veces una misma situación puedo expresarla tanto en pintura como en poesía. Tengo algunos cuadros y poemas relacionados, como los exhibidos en la celebración del Día Internacional de la Mujer, este año”, dio a conocer. En sus obras hay expresiones de creación literaria genuina, contrapuesta a su vida dedicada a los negocios, ‘que produce monotonía”.