$90 millones llegarán a las arcas de Toronto, que en las últimas semanas prácticamente abandonó a su suerte a los afectados
POR OSCAR VIGIL / TORONTO /
Son literalmente historias de terror. Familias enteras durmiendo a la intemperie en las calles de una de las más importantes ciudades del primer mundo; solicitantes de refugio abandonados a su suerte a pesar de que Canadá es firmante del Acuerdo de Ginebra que garantiza protección a las personas perseguidas en el mundo. ¿Qué es lo que está generando esta crisis con los refugiados?
Todos los expertos coinciden en que el alto número de solicitantes de refugio que está cruzando la frontera canadiense desde los Estados Unidos en estos meses de calor, así como también arribando a los aeropuertos gracias a las exenciones de visa, está a la base de la crisis. Sin embargo, no se ponen de acuerdo en dónde está la falla logística para que las personas deban continuar con su sufrimiento ya una vez que supuestamente han llegado a un país seguro.
El problema está en que mientras los tres niveles de gobierno se tiran “la papa caliente” entre ellos, son niños, mujeres, ancianos y hombres perseguidos por los regímenes de sus países de origen, por grupos del crimen organizado, por sus parejas o por crímenes de odio, quienes viven la pesadilla canadiense de estos días. Por suerte es verano, dicen algunos.
Tras una serie de protestas, llamados de atención y controversia, finalmente el gobierno federal tomó las cosas en serio esta semana y anunció que proporcionará $210 millones adicionales para financiar viviendas provisionales para los solicitantes de refugio, y que aproximadamente la mitad de ese dinero será destinada a Toronto, donde decenas de refugiados han sido obligados a acampar en la acera frente a un refugio, y que precisamente gracias a la intervención de un empresario privado están siendo transportados a una iglesia en el norte de la ciudad.
El ministro de Inmigración, Sean Fraser, dijo que se han destinado $97 millones para ayudar a los refugiados de Toronto que no reciben apoyo de los programas federales.
“Esto nos pondrá en una posición en la que la ciudad de Toronto no tendrá ninguna preocupación sobre la parte federal de los costos para garantizar que puedan brindarles vivienda, en caso de que decidan volver a extender el acceso al sistema de refugio en Toronto para solicitantes de refugio, a quienes hasta hace poco se les había negado ese acceso”, dijo el ministro Fraser.
Las autoridades de la ciudad de Toronto han argumentado que su sistema de refugios ya está demasiado lleno y que no puede acomodar el aumento de la demanda. El problema está en la decisión que tomaron: enviaban a los solicitantes de refugio a buscar ayuda de vivienda en Service Canada, oficina en la que de antemano sabían que los recién llegados no obtendría ninguna respuesta favorable.
La ciudad de Toronto ha dicho que necesitan al menos $100 millones más en fondos federales para mantenerse al día con el aumento de refugiados, explicando que en mayo había 2,900 solicitantes de refugio en el sistema de alojamiento de Toronto en comparación con los 537 solicitantes en septiembre de 2021.
El anuncio de Fraser parece ser una respuesta directa a esta solicitud, semanas después de que los solicitantes de asilo quedaran atrapados en medio de esa discusión cruel sobre financiamiento entre los tres niveles de gobierno.
El Premier de Ontario, Doug Ford, por su parte, eludió una pregunta al respecto sobre la financiación provincial adicional para ayudar a apoyar la afluencia de refugiados que llegan a la provincia, diciendo que ha hablado con los solicitantes de refugio y que lo que realmente quieren son trabajos.
“Todos están sanos, todos quieren trabajar, por lo que los federales tienen que acelerar los permisos de trabajo”, dijo, agregando que “Cada una de estas personas sentadas durante, qué es, literalmente cuatro meses, cuatro o cinco meses más, eso es inaceptable”.