FRANCISCO RICO-MARTÍNEZ: ¿Por qué nuestros medios no hablan de nosotros mismos?

TORONTO. ¿Sabía usted que entre todos los medios hispanos escritos de Toronto se producen “nominalmente” más de 100,000 ejemplares mensuales (entre periódicos, revistas y portales electrónicos), para una comunidad hispana de más o menos 350,000 habitantes en el GTA (incluyendo niños y adolecentes que no son tan diestros en la lectura del español)?

¿Cuántos de ustedes gastan unos 10 dólares semanales en publicaciones en español? Si no son ustedes… sino soy Yo, sino conozco a nadie que gaste sistemáticamente en ejemplares hispanos, entonces ¿quiénes son los que compran estos ejemplares? ¿Que acaso no hay regulaciones en este país que obliguen a los medios escritos a decir la verdad con respecto al número de ejemplares que producen?  ¿Qué pasa con el periodismo objetivo? ¿Que acaso no comienza con la verdad en nuestra propia casa?

¿Sabía Usted que en Canadá no hay regulaciones o restricciones sobre los niveles de publicidad que los medios escritos deben contener por publicación?  En un análisis cuantitativo de la relación entre página de información y espacio publicitario de diez medios escritos hispanos (5 periódicos y 5 revistas), la media de publicidad por página informativa es del 40%.  El rango está entre un 73% de publicidad por publicación (El Centro Americano, Semanario);  y un 19% (El Popular, Diario). ¿No les parece una relación muy onerosa? ¿Que acaso nuestra comunidad hispana tiene un poder adquisitivo muy por debajo del canadiense y por eso, los medios hispanos se ven forzados a vender más y más espacio publicitario a precios subsidiados por el deseo de nuestros periodistas de seguir siendo periodistas, de seguir escribiendo, de ser reconocidos como tales?

Todos sabemos que la mayoría de dueños de dichos medios hispanos no logran subsistir de los ingresos por publicidad y venta de los ejemplares.  Los grandes perdedores de este “negocio” son los periodistas o colaboradores, porque la mayoría de medios, si es que les pagan, les pagan una miseria por producir las notas propias. Por esta misma razón, no cuesta creer que una gran mayoría de notas consideradas propias son re-cocinadas de otros medios escritos en ingles.

La comunidad hispano-canadiense, en su gran mayoría, es una comunidad de inmigrantes. Una comunidad que es afectada por las políticas migratorias: por los cambios en la ley de migración y refugio; por deportaciones, por la no emisión de visas, por la separación familiar; por las barreras a la integración, etc. ¿Sabía usted que los medios canadienses escritos publican más información sobre problemáticas migratorias de las distintas comunidades de migrantes, incluyendo a la comunidad hispana, en un rango de 2 por 1, que los medios escritos hispanos? ¿Sabía usted que en la gran mayoría de medios escritos hispanos, la información sobre política o comunidad no se cuenta por páginas, sino por notas?

¿Sabía usted que la información sobre política o comunidad hispana en Toronto, en la gran mayoría de los medios hispanos, no pasa del 15 % del espacio informativo de cada la publicación? ¿Por qué nuestros medios no hablan de nosotros mismos? Si nuestros medios no hablan de los temas que nos importan y no hablan mucho de nosotros mismo, entonces ¿de qué hablan? A lo mejor de lo que pasa en la sociedad anglosajona que nos rodea.  A lo mejor, nuestros periodistas siguen totalmente dominados por los sucesos en sus respectivos países de origen. A lo mejor eso es lo que quiere leer nuestra comunidad… que sigue pegada al satélite y no se entera de lo que pasa a su alrededor en Toronto.   Estas preguntas solo buscan iniciar el debate.

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