FRANCISCO REYES / TORONTO /
Las reformas introducidas en los servicios sociales de Ontario el jueves de la semana pasada buscan poner fuera del sistema a la mayor cantidad de personas que reciben esos beneficios, con la finalidad de ahorrar billones de dólares al gobierno de Ontario, según han expresado personas no conformes con los nuevos cambios.
Pero ese no es el parecer de Lisa MacLeod, ministra provincial de Servicios Comunitarios y Sociales, quien ha manifestado que el objetivo del gobierno de Ford es “ayudar a las personas (que reciben la asistencia social) para que vuelvan al trabajo”.
Tan pronto como el premier Doug Ford llegó a la casa del gobierno provincial en Queen’s Park, se quejó de que “el Welfare no está funcionando” y agregó que “pagar simplemente a las personas para que se sienten en su casa no es razonable”.
El premier ordenó de inmediato a la nueva ministra de Servicios Comunitarios y Sociales empezar un programa de reformas para producir una reducción en los casi un millón de residentes de la provincia que dependen de la asistencia social, tanto a través de Ontario Works (OW o Welfare) como de Ontario Disability Support Program (ODSP), cuyo costo anual es de $10 billones de dólares.
El anuncio el pasado jueves 22 hecho por la ministra Lisa MacLeod propone una serie de medidas que, según los observadores, harán difícil que muchas personas puedan calificar para la asistencia financiera tanto en el Welfare como en el ODSP.
A las personas que reciben el Welfare (OW) se les requerirá solicitar la ayuda con un plan de acción y los trabajadores sociales del gobierno los ayudarán para que se ajusten a las oportunidades de empleo.
Quienes están bajo el ODSP continuarán calificando bajo la vieja definición provincial de “deshabilitamiento” pero estarán sujetos a un nuevo estándar que hará más restrictiva la definición.
En los últimos 15 años la cantidad de personas que dependen de la asistencia social se ha disparado en un 55%, según cifras dadas a conocer por MacLeod. Pero el sistema penaliza a aquellos que, estando en el Welfare, quieren trabajar, mientras que a los que dependen del ODSP los confina permanentemente a la pobreza.
Eliminar la cantidad de persona que el gobierno provincial se ha propuesto no resulta fácil, a no ser dejarlos sin beneficios, dado que sólo un 1% de las personas en el Welfare abandona la asistencia social cada mes para ir a trabajar y de aquéllos que lo abandonan un 80% regresa a la asistencia social.
La realidad es que quienes están el en Welfare reciben más de $733 dólares al mes, mientras que los que están en el ODSP tienen ingresos de más de $1,169 dólares. Para muchos, esta situación los hace dependientes de los bancos de comida para poder resolver sus problemas de alimentación.
Los nuevos cambios, según la ministra MacLeod, ayudarán a que las personas puedan realizar algún trabajo sin perder los beneficios.
Quienes reciben el ODSP podrán ganar hasta $6,000 al año sin ninguna deducción, mientras que aquellos que están bajo Ontario Works podrán ganar por concepto de trabajo $300 al mes, con una reducción de 0.25 centavos por cada dólar.
Sin embargo, el temor es evidente y hay quienes consideran que esa es una forma de irlos sacando del sistema de la asistencia social.
De acuerdo con Carlos Serrano (nombre cambiado para proteger la identidad de la persona), quien está en el Welfare y recibe $735 dólares al mes, más de la mitad se le va en pago de una habitación en el sótano de una casa. “Apenas me queda para comer, pagar el teléfono y transporte para buscar trabajo, que no encuentro, debido a que paso de los cincuenta años”.
Serrano admitió que “para que me sobre algo, voy a varios bancos de comidas donde consigo algunos alimentos que tienen que ser consumidos de inmediato porque tienen pocos días para su vencimiento”.
Otra persona que se identificó con el nombre de Rosa M. manifestó que también vive en una habitación con su hija compartiendo el sótano con otra señora soltera. “Mi esposo me abandonó y tuve que recurrir al Welfare. Cuando vi la cantidad que me daban para parar renta y mantenerme con mi hija, sabía que las cosas vendrían de mal en peor. Hago lo posible para encontrar un ‘part-time’ pero no lo encuentro”, expresó.
Rosa no estaba al tanto de las nuevas reformas que se están haciendo a los servicios sociales y expresó que “ellos siempre vienen con algo nuevo para crearles más problemas a los que reciben el Welfare”.
Para José Zamora, la definición de ‘inhabilitado’ constituye una preocupación, dado el tipo de enfermedad que sufre y que no quiso dar a conocer. “No es que no quiera trabajar, es que no puedo por mi condición de salud. Muchas veces me amenazan con quitarme la asistencia y tengo que ir a mi médico a llenar nuevos papeles para demostrar que no estoy bien”.
Serrano es de los que piensan que las nuevas reformas lo dejaran en el desamparo “si es que ellos consideran que no califico para ODSP”.