Elecciones municipales: Una oportunidad para la integración cívica y política

POR ADRIANA SALAZAR / TORONTO /
El lunes 27 de octubre de este año, más de 1.6 millones de personas en la ciudad de Toronto tendrán la posibilidad de ir las urnas para elegir alcalde, 44 concejales y miembros de las juntas escolares. Estas elecciones, que se realizan cada cuatro años, nos brindarán en los meses siguientes la oportunidad de reflexionar en torno a lo que significa hacer política en Toronto, es decir en torno al cómo se construye el debate público y se participa en la toma de decisiones en una de las ciudades más diversas del mundo.

Si bien en muchos de nuestros países los períodos prelectorales no son particularmente atractivos, y en general, la experiencia que tenemos de ellos no es del todo positiva, sí creemos que promover una conversación informada y crítica sobre este proceso político en Toronto es fundamental en la integración de nuestra comunidad inmigrante en la vida Canadiense.  Esto debido a que aunque tradicionalmente el “éxito” del proceso de inmigración ha sido medido a través de importantes variables como el acceso al mercado laboral, el dominio del idioma (inglés/francés), o el ingreso anual; desde hace varios años, hemos venido documentando cómo la participación y directo involucramiento de los (as) inmigrantes en los procesos políticos e institucionales a cualquier nivel gubernamental favorece enormemente la construcción del sentido de inclusión a su nuevo país.

Es así como hemos encontrado que el ejercicio de los derechos políticos, que van desde tener y expresar un opinión, ser miembro de un partido o donar a una campaña, hasta elegir y ser elegido – de acuerdo al estatus migratorio que se tenga-,  significa ser parte activa de la comunidad política; esa, que pide acciones concretas a demandas de interés común y que es protagonista en la toma colectiva de decisiones.  Consideramos que la integración política de las comunidades inmigrantes va más allá de celebrar la diversidad y requiere promover un dialogo inter-cultural sobre lo político y las prácticas democráticas en Canadá.

Con el fin de iniciar ese diálogo, empecemos por conocer algunos datos sobre el proceso electoral en Toronto.

De acuerdo al censo 2011Toronto tiene hoy una población aproximada de 2’615.060 habitantes, de los cuales cerca del 66% son ciudadanos (as) mayores de 18 años y podrían ejercer el derecho al voto.  Sin embargo, establecer cuántos de ellos efectivamente votarán en Octubre próximo es difícil dado que los niveles de participación han variado significativamente desde la amalgamación de la ciudad en 1997. Por ejemplo, en las elecciones del 2010, el 50.55% del potencial electoral votó. Esto parecería desalentador. Pero en realidad no lo es  si se compara con los bajos niveles de participación de años anteriores: 39% en el 2006 y 38% en 2003.

La participación también ha variado considerablemente de acuerdo al distrito electoral (ward). Si bien en el 2006 la baja participación se extendió a lo largo de Toronto, en el 2010 ésta fue significativamente más alta en las áreas centrales de Toronto y relativamente baja en los distritos que se ubican en los límites de la ciudad. Vale resaltar que las áreas en donde se conoce hay una mayor concentración de población que declaró como su lengua materna el español en el censo del 2006, reportaron uno de los más bajos índices de participación electoral de todo Toronto, incluida la Ward 17, que eligió un concejal de origen latinoamericano.

Un dato que diferencia a las elecciones municipales en Toronto de las provinciales o federales, es que de acuerdo a la ley de elecciones municipales de Ontario, los(as) candidatos (as) a cargos de elección popular se postulan como individuos sin expresar explícitamente afiliación a algún partido político.  Esta restricción ha sido analizada en extenso y argumentos a favor y en contra han sido públicamente debatidos en el pasado. En estas elecciones del 2014 este tema muy probablemente será retomado dado la evidente conexión partidista de algunos(as) candidatos (as) a la alcaldía.

Finalmente, avanzando un poco en el ámbito financiero de las campañas, la ley electoral también limita los montos y las fuentes de contribución. En el caso de candidaturas para la alcaldía de Toronto se establece que el máximo sea de alrededor de $7.500 dólares más $0.85 centavos por cada potencial votante. Por ello se proyecta que para estas elecciones el gasto por campaña no exceda el límite de $1.367.500 dado que el potencial electoral es de aproximadamente 1.6 millones de personas. Lo máximo que una persona puede contribuir a una campaña es $2500, y este monto debe ser individual, y nunca provenir de una corporación o sindicato. Obviamente, los partidos políticos también tienen prohibido hacer contribuciones a las campañas. Sin embargo, no hay límite en la cantidad de dinero que el candidato(a) y su cónyuge pueden aportar a la campaña.

Este ejercicio de promover el debate público sobre las elecciones municipales en Toronto sólo comienza. No duden en sugerirnos temas y reflexiones que puedan alimentar este diálogo. Es una forma sencilla pero importante de empezar a ser parte de esta, nuestra comunidad política.

*Adriana F. Salazar es la Coordinadora del Programa de Participación Comunitaria del Centro Menonita Nueva Vida de Toronto. asalazar@mnlct.org

 

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