Elecciones en Perú y Ecuador: TikTok y Twitter derrotaron a los sectores populares

POR GILBERTO ROGEL* / TORONTO /

Perú y Ecuador son países vecinos que en principio comparten una frontera terrestre que se extiende a lo largo de 1.529 km; de igual manera también comparten siglos de historia, cultura, migraciones, etc.; pero sobre todo comparten que una población mayoritaria en ambos países siempre ha estado marginada de las importantes decisiones políticas y/o económicas que les afectan en su diario vivir, y esto se confirmó una vez más con los resultados de dos importantes elecciones efectuadas el pasado fin de semana.

Curiosamente y tal como apuntan las primeras informaciones oficiales, en ambos procesos electorales las agrupaciones que enarbolaban las principales demandas sociales y que representaban a las y los indígenas, ambientalistas, feministas, etc., quedaron relegados a mínimas expresiones y sin ningún chance de ejercer presión política, otro vivo ejemplo de lo que pasa en nuestros países Latinoamericanos donde la desigualdad sigue marcando el destino de las naciones.

En Ecuador llama la atención como Guillermo Lasso, el candidato de las tradicionales élites económicamente poderosas, alcanzó la presidencia del país en su segundo intento, pese a que hace menos de dos meses su campaña estaba casi moribunda. Lasso logró pasar a la segunda vuelta, solo al agenciarse alrededor de 3,500 votos más que el líder indígena Yaku Pérez, quien denunció serias irregularidades en el conteo de la primera vuelta las cuales al final no pudieron ser comprobadas por la comunidad internacional.

Junto a estas irregularidades y al hecho que el candidato ganador de la primera vuelta, Andres Arauz, no pudo distanciarse de su antiguo jefe y mentor, el ex Presidente Rafael Correa, la explotación de las influyentes redes sociales volvió a ser un elemento determinante para que los ecuatorianos prestaran más atención a los pegajosos mensajes cortos del TikTok y a las campañas sucias en Twitter, y decidieran darle un turno a Lasso, quien desde ya ha adelantado que profundizará el modelo neoliberal, cuyos efectos son más que conocidos en todos los países de la región.

Las campañas electorales en Perú evidenciaron nuevamente la fragilidad y la inestabilidad social y política de este país. Por un lado, se olvidaron de las eternas demandas de los sectores marginados y, por otro lado, elevaron a la cúspide a oscuros y nefastos personajes como la congresista Keiko Fujimori, hija del dictador Alberto Fujimori. Convicta por diversos delitos y abanderada de la derecha tradicional, Keiko, segunda en la primera vuelta, ha hecho campaña con un discurso populista, confrontativo y amenazante contra la prensa inquisidora, actitudes que recuerda a otros líderes Latinoamericanos quienes se sienten con la solvencia divina de arremeter contra todos aquellos que les piden cuentas de sus acciones.

La heredera del clan Fujimori peleará la segunda ronda electoral contra el candidato más votado, un maestro y líder sindical, Pedro Castillo. Carismático como muy pocos y casi desconocido a nivel de las grandes urbes, Castillo tiene sus bases en las regiones del interior del país cuyos seguidores se deleitan con su discurso populista de izquierda y de choque contra las élites que han llevado al Perú a una crisis institucional, con un órgano ejecutivo débil, un congreso fragmentado en micro partidos y un órgano judicial que responde a las decisiones económicas.

Luego de estas elecciones en Perú y Ecuador, queda claro que pese a mínimas diferencias ambos países suramericanos no solo comparten siglos de historia, sino también que ambas clases políticas, ya sea de extrema derecha o extrema izquierda, están tan desgastadas y desacreditadas que miles de ciudadanos prefirieron quedarse en casa o anular su voto y no hacer caso del bombardeo propagandístico, mediante los famosos memes, las rutinas de baile del TikTok o las campanas de los troles en Twitter, que en definitiva únicamente buscaban vender una marca, pero no presentar y discutir los graves problemas que siguen afectando a las grandes mayorías que seguirán estando en la marginación por los años venideros.

*Gilberto Rogel es un periodista de origen salvadoreño radicado en Toronto, quien se especializa en temas de libertad de expresión en América Latina.