Dijo que es sumamente importante que los canadienses de origen hispano participen en los consejos de educación para ayudar a mejorar el sistema
POR MARIELA GOMEZ / TORONTO /
Con el fin de incentivar la participación cívica, el único Trustee de origen latinoamericano en la ciudad de Toronto, Matías de Dovitiis, conversó con los participantes del Programa School4Civic 2023 que organiza el Consejo Canadiense para la Herencia Hispana (HCHC), sobre el rol que desempeñan los Boards dentro del sistema educativo de Toronto y la situación que presenta esta comunidad en el ámbito escolar.
En las instalaciones del Toronto District School Board (TDSB), de Dovitiis explicó que aun cuando para los latinos las figuras del Trustee y los Boards de educación pueden resultar desconocidas, en Canadá estas instancias descienden de las primeras organizaciones fundadas en 1850, mucho antes de la actual conformación del país, y creadas con la finalidad de proteger a los sectores más vulnerables al garantizar un sistema educativo público e independiente.
“En Latinoamérica los Boards (de educación) simplemente no existen. Es posible encontrar algo parecido dentro de alcaldías o departamentos, pero lo que sí hay es un Ministerio de Educación, la burocracia y luego la escuela. De repente hay sub-ministerios o distritos, pero siempre es a nivel de gobierno donde se manejan los temas de administración y conformación de políticas en el sector educativo”, dijo.
Sobre las funciones del Trustee, de Dovitiis mencionó que -en teoría- estas siguen siendo las mismas desde su origen a pesar de que una serie de regulaciones gubernamentales ha disminuido notablemente su competencia en áreas puntuales. Como miembros del Board tienen la responsabilidad de administrar y gerenciar los fondos destinados al sector educativo en los niveles de primaria y secundaria. Asimismo, participan en la conformación de las políticas que rigen el sistema educativo público.
“Nuestra responsabilidad es lograr la aprobación de un presupuesto, hacer los recortes educacionales que el Ministerio dicta y en la práctica nos delega; así como tratar de generar iniciativas de participación a nivel local, mediante la comunicación con todos los actores de proceso, en función de crear una política, una dirección, que logre sustentar un sistema educativo más justo y equitativo, especialmente para los sectores menos favorecidos”, sostuvo.
De Dovitiis agregó que la equidad de oportunidades es un tema especialmente importante para él por el barrio que representa (Humber River – Black Creek), y en el cual se ha detectado un alto nivel de necesidad social de la mayoría de las familias, así como muy baja participación cívica.
Opina que las situaciones de inequidad en el ámbito social se agravan sustancialmente debido a los continuos recortes presupuestarios que el Ejecutivo viene aplicando. “Si para 1985 se destinaban 15 mil dólares canadienses para la educación anual de un niño, actualmente la cifra es de 13 mil dólares”.
Esto se complica ya que se está a la espera de la aplicación de una reducción inflacionaria cercana a los 150 millones de dólares, lo cual afectaría la contratación de entre mil y dos mil cargos dentro del sistema educativo para el próximo año. Algunas contrataciones que podrían verse afectadas serían las de algunos vice-principales, asistentes educacionales especiales, bibliotecarios, aseadores y secretarias.
Nacido en Uruguay y con estudios superiores en Canadá, el Trustee comentó que su trayectoria como activista comunitario comenzó desde muy joven. Refiere que le motivó la disparidad de oportunidades en materia educativa y la emblemática falta de participación de la comunidad hispana dentro de la esfera político electoral canadiense.
Desde 2003 se ha desempeñado como como activista organizador; jefe de Gabinete del Concejal de la ciudad de Toronto, Anthony Peruzza; Director Ejecutivo del área de mejoramiento Comercial de DUKE Heights; presidente de la organización CONOSER; y ahora miembro del TDSB.
“Recuerdo que en 2003 participamos por primera vez en una contienda electoral y perdimos por un estrecho margen. Lo que pude aprender de ese proceso fue que los sistemas anglosajones democráticos también pueden sufrir los mismos problemas que a veces vemos en los países latinoamericanos, como lo son ciertos niveles de corrupción del sistema electoral, métodos poco éticos o poca participación ciudadana”, explicó.
No obstante, rescató la satisfacción personal que supone propiciar la comunicación entre las comunidades y las escuelas, así como generar estrategias para crear una cultura de participación cívica que promueva las oportunidades de trabajo o estudio para los sectores menos favorecidos.
En este último grupo destacan los hijos de inmigrantes latinos nacidos en Canadá, o de segunda generación, quienes en términos relativos conformarían uno de los grupos con la tasa de deserción escolar más alta de toda Canadá. En este extremo se adhieren también comunidades de niños con padres portugueses, otros provenientes de islas del Caribe, de algunos países ubicados en el cuerno de África y de la zona occidental del mismo continente.
Esta tendencia se viene registrando desde hace tiempo atrás. De Dovitiis comentó que un estudio realizado hace 15 años arrojó que el 40% de los estudiantes de origen latinoamericanos no se graduaban del High School; mientras que estadísticas provenientes del Censo de 2016 refieren que los latinoamericanos nacidos en Canadá tienen la tasa de estudio postsecundario más baja entre grupos étnicos diversos.
A juicio del Trustee, esta problemática es muy compleja, pero podría estar relacionada con la visible merma de oportunidades, de recursos, fondos, programas de desarrollo social, la necesidad de establecer una mayor participación cívica de la comunidad hispana, así como fundamentalmente estrechar el vínculo de comunicación entre los padres, las escuelas y los líderes del sector.