POR OSCAR VIGIL / TORONTO /
¿Qué es el jazz? preguntaba un amigo, y la respuesta de esa noche fue que todo lo que sonaba en esas 15 cuadras de la calle Queen, entre las avenidas Woodbine y Beech, al este de la ciudad, era jazz. Si, música andina, pop latino, samba brasileña o ritmos afroamericanos, e incluso rock ligero, obtenían el pasaporte de jazz en el Festival Internacional de Jazz de Beaches.
Y el jazz latino sonó en abundancia en esas cuadras, con un publico que, luego de la pandemia, estaba ávido por escuchar y bailar con sus grupos de preferencia, o quizás hasta con la música de cualquier grupo que animara el festival.
Las calles fueron cerradas de 6pm hasta la media noche, y el show se desarrollo de 7pm a 11pm los días jueves 27, viernes 28 y sábado 29, con la participación de 35 bandas musicales distribuidas a lo largo de casi dos kilómetros.
El 35º Festival Internacional de Jazz Anual de Beaches, cuya entrada es gratuita para todas las actividades, retornó a la ciudad este año luego de haber hecho una pausa durante la pandemia. Y pareciera que llego con mucho mas ritmo y sabor.
Desde el jueves en la noche era enorme la multitud que se agolpaba para ver, escuchar y bailar al ritmo de su música a las decenas de artistas que deleitaron noches de agradable calor literalmente en medio de las calles.
Jóvenes, adultos, parejas, familias con niños, residentes del GTA y de ciudades más lejanas, así como también turistas de diversos países, se confundían en una multitud que pese a la cantidad se desplazaba de forma ordenada por las calles y aceras, ante la mira atenta, eso sí, de un buen numero de oficiales de policía que daban seguridad a la festividad.
Toronto vivió nuevamente tres noches de jazz en la calle, y durante esas tres noches los ritmos latinos deleitaron a la audiencia, un ritmo que los conocedores califican como jazz latino, pero que cualquiera identifica también como salsa, cumbia o merengue.