El gobierno federal también restringirá la entrada de trabajadores extranjeros temporales que llegan a laborar con salarios bajos
POR OSCAR VIGIL / TORONTO /
El panorama no pinta muy bien para las comunidades inmigrantes en Canadá. Esta semana, durante el retiro del gabinete del Partido Liberal en Halifax, el Primer Ministro Justin Trudeau anunció que está considerando la posibilidad de reducir sus objetivos anuales de residencia permanente.
Esto constituye un cambio sumamente importante en la política de inmigración del Partido Liberal, el cual en los últimos años ha tenido una política bastante favorable hacia la inmigración en general. Sin embargo, el encarecimiento de la vivienda debido supuestamente a la inmigración, las denuncias de explotación laboral que realizan algunos empleadores, así como también la pérdida de popularidad que tiene el tema migratorio en la población últimamente, pareciera estar llevando al gobierno a cambiar de política.
El primer ministro también instó a las empresas a contratar canadienses, ya que anunciará nuevas restricciones para limitar el número de trabajadores extranjeros temporales con salarios bajos en el país.
En respuesta a las crecientes críticas por la reciente afluencia de trabajadores extranjeros temporales, el gobierno federal está recuperando las normas previas a la pandemia que dificultaban a las empresas contratar trabajadores extranjeros con salarios bajos.
El Primer Ministro dijo que su gobierno flexibilizó las normas para ayudar a las empresas que enfrentaban escasez de mano de obra a recuperarse de la pandemia. Pero la situación económica es diferente ahora, apuntó, y Canadá “ya no necesita tantos trabajadores extranjeros temporales”.
“Necesitamos que las empresas canadienses inviertan en capacitación y tecnología y no aumenten su dependencia de la mano de obra extranjera de bajo costo”, dijo Trudeau, agregando que “no es justo para los canadienses que luchan por encontrar un buen trabajo, y no es justo para esos trabajadores extranjeros temporales, algunos de los cuales están siendo maltratados y explotados”.
Cuando los periodistas le preguntaron si el gobierno federal también está considerando restringir el número de residentes permanentes, el primer ministro dijo que esas eran “conversaciones en curso”.
Su anuncio de esta semana ha sido el último esfuerzo de los liberales para limitar el número de personas que ingresan al país en respuesta a las críticas a sus políticas de inmigración. Entre las nuevas medidas destacan:
A partir del 26 de septiembre, el gobierno rechazará las solicitudes de trabajadores extranjeros temporales de bajos salarios en regiones con una tasa de desempleo del seis por ciento o más.
Los empleadores podrán contratar un máximo del 10 por ciento de su fuerza laboral del programa de trabajadores extranjeros temporales, en lugar del 20 por ciento anterior.
Los trabajadores contratados a través de la corriente de bajos salarios podrán trabajar un máximo de un año, en lugar de dos años.
Solo habrá algunas excepciones a las reglas para sectores específicos como la atención médica y la construcción.
“A quienes se quejan de la escasez de trabajadores, este es mi mensaje: no hay mejor momento para contratar e invertir en trabajadores canadienses”, dijo Trudeau.
El ministro de Inmigración, Marc Miller, se hizo eco de los comentarios de Trudeau sobre la posibilidad de reducir los objetivos del país para los residentes permanentes: “Todas las opciones están sobre la mesa”, dijo Miller.
“He escuchado directamente de los canadienses sobre hacia dónde ven que va la dirección de la inmigración, y creo que nos están pidiendo que nos ajustemos”, agregó.
Miller dijo que el gabinete aún no ha discutido la reducción de los objetivos de inmigración, pero que en las próximas semanas considerará una amplia gama de opciones.
Actualmente, Canadá está preparado para recibir a 500,000 residentes permanentes tanto en 2025 como en 2026, frente a los 485,000 de este año.