FRANCISCO REYES / TORONTO /
No se trata de una cafetería en el sentido propio de la palabra, sino de una idea llevada al plano de la realidad en el Centro para Gente de Habla Hispana, como parte del trabajo de la clínica legal de esa institución comunitaria.
Sophy, Julio Díaz y Daniel Rippes, quienes prestan sus servicios en el centro, son los autores de este inusitado proyecto para atraer a obreros hispanos que requieren asistencia legal, principalmente, en materia de asentamiento y refugio.
La idea se le ocurrió a Sophy, tras una experiencia vivida en el seno de la familia, que envolvía asuntos migratorios legales y en los que descubrió que estaba llamada a hacer un voluntariado para ayudar a personas indocumentadas a resolver su situación. Aprovechando su talento como cantante de “reggaetón” se animó a crear “El Cafecito”.
De acuerdo con Daniel Rippes, otro de los organizadores, “queremos que las personas vengan, tomen asiento y se relajen participando de nuestras actividades artísticas. Si necesitan de nuestros asesores, ellos estarán ahí para darles la asistencia que requieren, sin la presión de una oficina”.
El evento del pasado jueves fue la segunda actividad de El Cafecito, en el que hubo música, poesía y danza aeróbica. Quienes desfilaron por el escenario, lo hacían de una manera espontánea para alegrar el ambiente, en que los presentes se servían café, jugo, sándwiches y golosinas variadas.
Julio es abogado laboral que presta servicios no sólo en el Centro para Gente de Habla Hispana, sino también en otros centros comunitarios, con los mismos objetivos para ayudar a los inmigrantes recién llegados a Toronto.
“Participo en un proyecto para trabajadores que no tienen estatus en Canadá. Voy como itinerante a distintos centros comunitarios para informales sobre los derechos que tienen, sobre todo, tratando de ver si tienen algún accidente de trabajo para que puedan tener alguna compensación, a pesar de su falta de estatus”, dio a conocer a este medio de prensa.
“La creación de El Cafecito obedece a que no había una real participación de los trabajadores aquí en el Centro para Gente de Habla Hispana. La gente venía sólo cuando tenía algún problema legal. Eso no es lo ideal para formar una comunidad, por lo que decidimos hacer algo más creativo para aglutinarlos y que interactuaran entre ellos”, agregó Julio Díaz.
“Si queremos promover reformas laborales y cambios que favorezcan a nuestra comunidad, había que hacer algo más participativo, que no fuera académico, como charlas y conferencias. Entonces se nos ocurrió la idea de El Cafecito, donde la gente viniera por los servicios y al mismo tiempo ofreciera su arte”, amplió.
Mientras lo entrevistábamos, Daniel y Sophy estaban en escena acompañando a Benny Lozano, del Trío Mariachi “Los Inolvidables”, quien amenizó la tertulia, en un atardecer fresco y soleado, apto para el arte y la cultura en la vigilia del fin de semana.
Luego de una tarde como esa en las instalaciones del Centro para Gente de Habla Hispana, cualquiera queda convencido de que los temas sobre las áridas leyes canadiense, la inmigración o los derechos laborales de los canadienses, entre muchos otros, se digieren más fácilmente al calor de un sándwich, una galleta y por supuesto una buena taza de café.