Ecuatorianos en Toronto votaron divididos en plebiscito sobre la reelección indefinida

FRANCISCO REYES / TORONTO /
La nevada persistente durante todo el pasado domingo no impidió que miles de ecuatorianos acudieran a participar en el plebiscito nacional que para los residentes en Ontario tuvo como recinto electoral el plantel de la Escuela Secundaria Católica James Cardenal Mc-Guigan, localizada en el 1440 Finch Ave. West de esta ciudad.

El colegio electoral de Toronto se estableció hace varios años, tras enmiendas constitucionales que amplían las cuatro regiones tradicionales de votantes a una quinta, formada por los electores del exterior, según explico el cónsul general de Ecuador en esta ciudad, Rolando Vera, quien además agregó en la oficina electoral de esta ciudad “en los últimos años se han registrado 4,649 connacionales con derecho al voto”.

Los electores de Ontario acudían en grupos a diferentes horas del día y era notoria la división que manifestaban abiertamente en sus opiniones. Para algunos, el referendo era “inconstitucional” porque sólo buscaba “inhabilitar al ex presidente Rafael Correa y aliados para retomar el poder”. Otros, lo veían como un paso para el ejercicio de la democracia en su país.

Los resultados emitidos el lunes por el Consejo Nacional Electoral del Ecuador indicaban que alrededor de un 67.82% dio el “sí” en favor del plebiscito, cerrando definitivamente la “Era de Rafael Correa”, quien ya no podrá aspirar a ningún cargo político en futuras elecciones.

El referendo constaba de siete preguntas que inciden directamente en la enmienda de la Constitución ecuatoriana, mientras en el país se ahondaba la división entre partidarios del actual presidente Lenín Moreno y del ex presidente Correa, ambos del Partido Alianza País, completamente fragmentado.

Aunque en el orden político el cuestionario no mencionaba directamente el nombre del ex mandatario, era evidente que algunas de las preguntas buscaban inhabilitarlo constitucionalmente sin posibilidad de candidatura en ningún certamen electoral.

Concretamente, el plebiscito buscaba garantizar el “principio de alternabilidad” para que “todas las autoridades de elección popular puedan ser reelectas por una sola vez en el cargo”, dejando sin efecto la “reelección indefinida”.

Otras preguntas hacían referencia a “la no prescripción del delito”, dado que muchos ciudadanos cometen violaciones, sobre todo de tipo sexual, se ausentan del país y luego regresan después de la proscripción del crimen.

En los pasillos del recinto electoral en la referida escuela de Toronto, los asistentes al plebiscito expresaban sus controversias. Los partidarios del ex mandatario acusaban a la actual administración del presidente Moreno de “no querer reconocer todo lo que Correa hizo por el Ecuador”. Los seguidores del presidente Lenín Moreno aducían que “Correa y su grupo querían convertir al país en un feudo, apropiándose de los fondos del Estado en completa impunidad”, de acuerdo con una persona que no quiso revelar su nombre.

Sin embargo, aunque las controversias llegaban un punto álgido, no se produjo ningún altercado violento entre los que vertían sus opiniones, según pudo comprobar este medio de prensa, que consideró “muy elevado” el nivel de civismo mostrado por los ecuatorianos que asistieron al plebiscito en Toronto.

Marianita Diplán Morillo, una votante, expresó que “el referendo no sirve para nada. Yo vine por el ‘no’. Hace 20 años salí del Ecuador y he visto los cambios que Correa realizó por el país. Nos hizo valer. Nos hizo sentirnos orgullosos del Ecuador. Ahora, con este nuevo presidente, por quien me arrepiento de haber votado, porque es un traidor, no valemos nada”.

Carlos Pineda por su parte manifestó no estar de acuerdo con el plebiscito “porque es un gasto innecesario, unos $60 millones de dólares que pudieron ser invertidos para resolver problemas importantes en el Ecuador”.

Sin embargo, María Zambrano de Gando, coordinadora de Alianza País a nivel de Canadá, argumentó que el referendo era necesario, porque “pretende cambiar varios puntos en la Constitución, como por ejemplo la reelección indefinida, que es uno de los puntos más importantes de este plebiscito. Los ecuatorianos no estamos de acuerdo con que un presidente llegue, se quede ahí y se convierta en un dictador. Para que haya democracia tiene que haber períodos en que cada cuatro años se tenga que cambiar la administración gubernamental”.

Otro votante que no quiso dar su nombre estuvo de acuerdo con el referendo, alegando que “la democracia funciona cuando hay alternabilidad en el mandato presidencial”.

Pero las controversias han empezado a disfumarse. La realidad es que el plebiscito puso fin a las aspiraciones del ex presidente Rafael Correa, cerrando un capítulo más en la historia del Socialismo del Siglo XXI en el Ecuador que enarboló durante varios períodos de gobierno.

Ahora, el referendo da luz verde al gobierno del presidente Lenín Moreno, quien había sido un protegido de Rafael Correa, para realizar los cambios constitucionales que considera como una urgencia en su país para colocar a la nación sudamericana a la altura del desarrollo mundial.

Habrá que aguardar las enmiendas constitucionales, que deben ser sometidas a la Asamblea Nacional y aprobadas por mayoría representativa, para ver si el referendo transformará al Ecuador.