FRANCISCO REYES / CALLANDER, NORTH BAY /
Un célebre capítulo de la historia canadiense está vinculado a la famosa “Era de Trujillo” en la República Dominicana: la vida de las Quíntuples Dionne. El presidente Rafael Leónidas Trujillo Molina, quien gobernó en la República Dominicana con “mano de seda y puño de hierro” desde 1930 hasta 196, fue el primer mandatario extranjero en hacer llegar un regalo a las Dionne.
Se desconoce cómo el hombre fuerte del país caribeño se enteró del nacimiento de Annette, Cecile, Emilie, Marie e Ivonne Dionne, cuyas fotos recorrieron el mundo en calendarios, videos y anuncios comerciales. Probablemente a través de la prensa internacional de la época o vía su embajada en Canadá.
Lo cierto es que el mandatario dominicano, recién votado el 16 de mayo de 1934 para un segundo mandato presidencial, al ser informado de que en Canadá habían nacido cinco gemelas les envió juegos de cubiertos individuales labrados en plata esterlina y con el nombre de cada una de ellas. Los de Annette, Cecile, Emilie y Marie están en español.
Esta historia ha sido posible reconstruirla gracias a la señora Altagracita Robbins, residente en Peterborough, a 129 kilómetros al noroeste de Toronto.
“Siendo muy pequeña, mi papá llevó a la casa (en República Dominicana) un almanaque, distribuido por una farmacia, con la foto de las quíntuples. Vivíamos en la Capital, que le habían cambiado el nombre dado por los colonizadores por el de Ciudad Trujillo. Que conste, no fue Trujillo quien hizo el cambio, sino el Senado”, cuenta la señora Robbins.
“En esa foto, estaban vestidas con ropa marinera. Ya eran jovencitas. Cada día yo miraba sus rostros buscando algún rasgo distinto entre ellas. Imposible: eran tan idénticas”, continuó el relato, agregando que con el paso del tiempo se olvidó de las gemelas. “Sin embargo, el dato quedó archivado en lo profundo de mi memoria”.
Dice la señora Robbins que en 1982, años después de venir a residir a Canadá, viajó a North Bay con su esposo, experto en inversiones financieras, para una conferencia de fin de semana sobre el ramo.
“De regreso a Peterborough, en el autobús de la empresa para la que mi esposo Bob Robbins trabajaba, y en el que iban otros financistas del área, pasamos por el frente del Museo de las Quíntuples Dionne, en la entrada de North Bay. Nunca supe que eran canadienses. Bob me confirmó que habían nacido en Corbeil, un área rural del poblado de Callander, próximo al histórico Lago Nipissing, en el Distrito de North Bay.
Las quíntuples eran prematuras. El médico que debió estar en el parto, en lugar de comadronas, pensó que las primeras dos en nacer no sobrevivirían. Se marchó a su casa sin saber que en el vientre de la madre aún quedaban tres más. La comadrona las calentaba con pequeñas dosis de alcohol y puestas en una canasta sobre la estufa.
El doctor Allan Dafoe fue llamado de nuevo, cuando se presentaron los otros partos. Se sorprendió al ver a cinco bebés, en lugar de dos, entre libra y media y menos de tres libras aún con vida. Llamó a Toronto para que el Hospital de niños enviara incubadoras.
Sus vidas cambiaron meses después. Sus padres habían firmado un contrato para darlas a conocer en la Exposición Universal de Chicago, en octubre de 1934. La población canadiense protestó y el gobierno del premier Mitchell Hepburn ordenó despojarlos de la patria potestad de las niñas, al cumplir seis meses de edad. El 27 de mayo de 1935 el gobierno provincial de Ontario las separó de los padres y las pusieron bajo la guía directa del doctor Dafoe.
La película “Million Dollar Babies”, entre toneladas de filmaciones, ilustra la vida desgraciada que llevaron.
“Volví con mi esposo a North Bay en junio del 2000. Mientras él estaba en la conferencia, yo me fui al museo, en la casa original de los Dionne, que fue traída desde Corbeil. Me llamó la atención un juego de cubiertos en plata esterlina. Me acerqué y me quedé pasmada cuando leí que decía: ‘Regalo del Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina, presidente de la República Dominicana’. No podía creerlo. Lamento haber olvidado mi cámara”.
A media mañana y con cielo nublado, el pasado sábado 29 de agosto, viajamos a North Bay en compañía de Altagracita Robbins para conocer el hallazgo. Pero no pudimos dar con el regalo: no estaba en el museo.
Preguntamos a uno de los directivos del museo, quien buscó en los catálogos. Tampoco estaba. Nos dijeron que quizás se hallaban en Callander, en el “Museo del Patrimonio” de esa ciudad, instalado en la que fue la residencia del doctor Dafoe. Allí tampoco dimos con los cubiertos.
“Puedes decir que lo viste con tus propios ojos. Estaban en el museo de North Bay”, dijo la señora Robbins un poco frustrada.
En ambos museos nos prometieron investigar. Quizás fueron vendidos a coleccionistas particulares. Hubo interés en la pesquisa porque es la tercera vez en este verano que preguntan por regalos hechos por mandatarios extranjeros.
De regreso a Toronto, Altagracita Robbins contaba cuánto ha investigado en libros, revistas, periódicos y documentales de TV sobre las quíntuples Dionne. Esto la ha convertido posiblemente en la hispano-canadiense más versada sobre la historia de las gemelas, quienes se despojaron de todos los obsequios, para no recordar nada de su pasado triste, “utilizadas por el gobierno de Ontario”, como habían declarado en ocasiones.
Este lunes recibimos noticias de los directivos del Museo de las Quíntuples Dionne en North Bay. Están investigando ahora que ya saben del valor del regalo de Trujillo, en plata y en dólares.
Tres de las quíntuples Dionne han fallecido. Emilie, a los 20 años de edad, en 1954. Marie, en 1970. Yvonne, en el 2001. Sólo sobreviven Annette y Cecile, quienes residen juntas en Montreal, con 81 años de edad.