FRANCISCO REYES / TORONTO /
Luego de varias semanas de fuertes debates, los padres de familia hispanos que tienen hijos en las escuelas primarias en Ontario entraron al ruedo. ¿Se debe enseñar sexo en las escuelas y a qué edad? Las respuestas parecieran estar influenciadas por las prácticas religiosas y por el desconocimiento de lo que en realidad contiene la nueva reforma educativa, según revelan varias investigaciones.
Cientos de padres de familias hispanas que tienen hijos estudiando en las escuelas católicas de Toronto y áreas circundantes firmaron la semana pasa un documento de rechazo al nuevo currículo que el Ministerio de Educación de Ontario ha decidido implementar en las escuelas primarias de la provincia.
En conversaciones telefónicas con Néstor Barahona, quien pertenece al equipo de coordinación de la Escuela de Pastoral o de Apostolado de esta ciudad y tiene dos niñas en el nivel primario de una escuela católica local, este medio de prensa confirmó la existencia del documento que circuló entre padres hispanos con hijos en dichas instituciones educativas.
Según Néstor Barahona, los padres y tutores hispanos estamparon sus firmas para rechazar el nuevo currículo, debido a que está sobrecargado de informaciones sexuales que no se corresponden con las edades de los estudiantes en los primeros grados del sistema educativo oficial.
“Nos oponemos al nuevo currículo porque nuestros hijos no están en edad para recibir ese tipo de información sexual que atenta contra su inocencia”, se quejó, agregando que “las autoridades educativas de la provincia han rebasado los límites”.
El pasado lunes 5 de mayo, varios miles de padres de familia de esta ciudad marcharon por las calles, acompañados de sus hijos, con pancartas y consignas para oponerse a la aplicación del nuevo currículo. En otras localidades del GTA también hubo protestas, pero en menor cantidad. En la Región de York, alrededor de 2,000 padres de familia se manifestaron en las calles. En la Región de Peel marcharon unos mil adultos acompañados por los niños.
Al llegar a la oficina del distrito electoral de la premier Kathleen Wynne coreaban consignas en las que condenaban la decisión del gobierno provincial de modificar los contenidos de los programas de educación sexual en las escuelas primarias, argumentando que “matarían la inocencia de los niños.
“El problema no es la educación sexual en sí misma”, se quejó una madre de familia que no quiso dar su nombre. “Lo que pasa es que se quiere enseñar a nuestros hijos cosas que están fuera de sus edades, sobre todo, en lo que respecta a la masturbación, el sexo oral, el sexo anal y la cuestión de un tercer género”.
José Lorenzo Santana, padre que tiene dos niños hispano y francoparlantes en una institución educativa de inmersión en Francés, L’école élémentaire catholique Saint-Noël-Chabanel, en Wilson Ave, al noroeste de la ciudad, dijo que conocía el currículo, con el que se mostró en desacuerdo.
“Como papá de dos niños pre-adolescentes, tras un previo análisis del currículo de educación sexual en las escuelas primarias, en comparación con nuestros principios y valores cristianos, pienso que está fuera del contexto de las edades a las que se refiere el cambio. Por lo tanto, me opongo a toda participación de mis hijos en esta formación”, manifestó José Lorenzo Santana.
Agregó que “es muy temprana edad para mis hijos recibir este tipo de formación y debería tomarse en cuenta un estudio más profundo con el fin de salvaguardar la mente sana de la niñez”.
Concluyó diciendo que no cree que sus hijos “a esas edades estén interesados en temas tales como el del consentimiento sexual”.
Según reseñó la prensa local sobre la manifestación de protesta del lunes, una madre de origen musulmán enfatizó que “en el primer grado los niños deberían aprender el ABC, no sexo”. También cuestionaba “por qué deberían aprender sobre un tercer género en el Grado 1”.
Al conversar con adultos sobre los nuevos programas de educación sexual, este medio de prensa ha podido deducir que hay confusiones, principalmente debido a las malas informaciones que se han esparcido, a nivel de rumor, entre los padres de familias de las diferentes comunidades hispanas, más aún los que practican la fe cristiana.
Lo que más temen, según los rumores, es que los estudiantes sean conducidos a practicar, como ensayo, la masturbación e incluso el sexo anal. Pero esto no se contempla en los programas de educación sexual del nuevo currículo.
Sin embargo, lo que en el fondo subyace y los padres de familias hispanos no se atreven a hablar abiertamente, es la inclusión en el currículo del tema de la homosexualidad, que algunos consideran ha sido disfrazada con el tema de un tercer género y que les preocupa desoriente a sus hijos.
El nuevo currículo ha sido preparado por una coalición de médicos, educadores y expertos en salud mental.
Según ha trascendido a este medio, las protestas continuarán hasta que las autoridades educativas de la provincia y la premier Wynne se avoquen a suprimir el nuevo currículo de educación sexual en Ontario.
Se espera que en los próximos días los padres católicos entreguen a la ministra de Educación, Liz Sandals, el documento firmado en el que muestran su oposición al nuevo currículo educativo de Ontario.
*Francisco Reyes puede ser contactado en reyesobrador@hotmail.com
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