“Damiana Kryygi”, el documental sobre una niña indígena objeto de estudio, viva y muerta

DamianaKryygiOSCAR VIGIL / TORONTO /
En alguna medida, el documental es un poco macabro. Trata sobre la historia de una niña indígena paraguaya de tres años de edad, quien sobrevive al asesinato de su familia y es capturada y mantenida como una curiosidad científica durante su breve vida.

Su nombre es Damiana Kryygi, igual que el documental, y una vez que fallece los científicos se apoderan de sus restos para continuar estudiándolos. Su triste historia es reconstruida cuidadosamente por el cineasta argentino Alejandro Fernández Mouja, quien también retrata los esfuerzos que hace la comunidad Ache para honrar la memoria de Damiana una vez que sus restos son enterrados en su tierra natal.
Alejandro Fernández Mouja estuvo en Toronto en el Festival de Documentales Hot Docs, y conversó con Revista Debate:

RD: ¿De dónde sacaste la idea de producir este documental?
AFM: La idea surgió hace mucho. Estoy casado con una antropóloga que es profesora en la Universidad en Argentina, y en el 2001 me contó esta historia que formaba parte de su materia en la Universidad. Pero recién me interesé en el tema cuando me enteré que habían sido encontrados los restos en el Museo de La Plata, que habían estado ocultos durante cien años más o menos, y ahí vi la posibilidad de hacer una película. Fueron cinco años de trabajo entre la investigación y hacer la película, aunque la investigación no terminó nunca porque incluso hoy en día sigo tras de algunas cosas, cualquier pista que surja, cosas que no hayamos hecho a mí me interesa, yo estoy detrás de eso, el tema realmente me apasiona.

RD: ¿Qué tan fácil fue acceder a las fuentes de información?
AFM: No tuve mucha dificultad porque cuando se hace el tema de la restitución de los restos a su pueblo, a los Ache en Paraguay, tomé contacto con el Museo de La Plata, que es donde estaban los restos, y el museo fue abierto, aunque sé que es un tema problemático para ellos porque hay muchos antropobiólogos que trabajan en el museo y devolver restos, que es su material de trabajo y de estudio, para ellos no es tan fácil. También, un grupo de estudiantes universitarios de la ciudad de La Plata ya venía trabajando y denunciando esta situación, porque en ese museo hay más de 10 mil piezas óseas de distintos aborígenes, principalmente de Argentina y de algunos países como Paraguay.

DamianaKryygi1RD: ¿Qué tan frecuente era que los muesos se quedaran con restos óseos?
AFM: Esa era una práctica muy común en el siglo 19, cuando la ciencia antropológica se empieza a interesar en clasificar prácticamente todo, desde una mirada totalmente europea y centrada en Europa. Para ellos era el descubrimiento de un mundo nuevo al que tenían que clasificar. En toda América, Asia y África se dedicaron por un lado a ponerle nombres a las especies vegetales y animales, y también a tratar de clasificar a los humanos que encontraban, los que en algunos casos dudaban si considerarlos humanos o no. Pero fue una práctica muy común capturarlos, medirlos, analizarlos y después de muertos seguir estudiando sus huesos, porque tenían teorías raciales en que creían que las diferencias estaban en el largo de los huesos, en el tamaño de la cabeza y del cerebro, y no que eran diferencias culturales como después se demostró.

RD: ¿Cuál es la importancia del caso de Damiana Kryygi?
AFM: El caso particular tiene que ver con que de alguna manera representa muchos otros casos. Para mí, la decisión también de hacer la película es porque de alguna manera es emblemático y representa muchos casos de muchos otros lugares del mundo. Porque las historias de secuestro y de uso de los cuerpos como objetos para la ciencia se repitió en muchos lugares y eso hace que la historia sea bastante universal. Es una historia que se ha podido seguir a partir de que hay pistas como cuando aparecen los restos en el museo, que aparece su cabeza en Alemania, comienzan a salir pistas para reconstruir su historia. Hay otras historias en que no hay absolutamente nada, ni siquiera están identificados como personas, quienes eran, etc.

RD: ¿Cómo se puede perder el cuerpo y la cabeza?
AFM: Porque en el Museo de La Plata, donde fue llevado su cuerpo después de muerta, el jefe de antropología del museo era un antropólogo alemán que estaba en contacto con la Sociedad de Antropológica de Berlín, entonces, él se dedica a estudiar el cuerpo y le envía a un colega en Alemania la cabeza entera, que está en Berlín y estaba interesado en estudiar los músculos faciales y una serie de cosas. Están las cartas donde le agradece el habérsela enviado, para ellos es un descubrimiento porque los Ache era un pueblo del que prácticamente no sabían absolutamente nada como pueblo indígena, era un pueblo con el que sólo podían hacer contacto violentamente porque no se dejaban, vivía en la selva profunda y no se dejaba contactar, incluso ni las misiones jesuitas en el siglo 17 pudieron contactar a los Ache porque vivían muy profundo en la selva. La única forma de estudiarlos era atacarlos de una forma violenta y quedarse con algunas de sus miembros secuestrado, vivos o muertos, para estudiarlos.