FRANCISCO REYES / TORONTO /
Cuatro talentosos músicos mexicanos llegaron a Canadá hace dos semanas embarcándose en una odisea hacia lo experimental: conquistar a los transeúntes de Toronto con un concepto distinto del género conocido como ‘Música de Calle’.
El cuarteto de cámara “Ensamble Silent”, integrado por dos violines, acordeón y teclado, procede de la ciudad de Guadalajara, México, donde muchas veces confrontan dificultades con la policía que los desaloja de los lugares donde actúan, al considerar que obstruyen la vía pública con la variedad de géneros musicales que interpretan por monedas que los peatones arrojan a sus pies.
Dos de ellos habían venido a Canadá, pero no habían tenido la experiencia de tocar en las calles, sino en espacios cerrados. Pero la curiosidad los llevó a plantearse un proyecto aventurero de venir a exponer su arte. Prácticamente no conocían a nadie que los alojara por el tiempo que se pasarían en este país.
Sabel Hernández, director del grupo y pianista, Marcos y Esteban Pérez, violinistas; Roberto Carlos Santana, acordeonista, aterrizaron en el Aeropuerto Internacional Pearson, solicitaron un permiso de la Alcaldía y, aún con el equipaje a cuesta, empezaron a tocar en las calles, donde alguien los identificó como sus compatriotas y los albergó. Asegurado el techo, empezaron a conquistar a los transeúntes de Toronto y a cosechar el éxito que no esperaban.
La razón del éxito se debe a que interpretan toda una gama musical que llama la atención a quienes los ven tocando en cualquier esquina.
“Es la primera vez que salimos de nuestro país en ese plan de difundir la música en tierras extrañas. El querer aventurarnos, de salir de la rutina, fue una oportunidad que se presentó y lo que ha pasado ha sido muy nuevo para todos. No nos imaginábamos que íbamos a tener tanta aceptación del público que nos ha visto cantar en las calles de Toronto. Nos han tratado bien, aunque con algunas limitantes porque no hablamos inglés”, expresó emocionado, en una presentación nocturna después de haber pasado la tarde tocando frente al Royal Ontario Museum.
“Mis otros compañero, Marcos y Roberto habían tenido viajes anteriores, pero en grupo y de ir a tocar de ciudad en ciudad, como artistas urbanos en las calles, en este estilo de cuarteto, ha sido una experiencia única y la gente que nos escucha dice que es novedoso. No sabíamos que tendríamos tanta aceptación en este país”, abundó.
En efecto, los transeúntes de esta ciudad están acostumbrados a escuchar al músico guitarrista. Pero, ver un cuarteto de cámara ejecutando piezas de distintos géneros de transcendencia mundial no es frecuente en las calles de Toronto.
“A la gente le parece muy inusual ver a un cuarteto tocando música mexicana, de Rusia, de otras partes de Europa, un poquito de todo, tango y hasta música gitana, llama mucho la atención y hasta bailan cuando ejecutamos algunas piezas conocidas”, expresó Sabel, quien estudió en la Escuela de Música Sacra de Guadalajara.
“Estoy muy contento y satisfecho de la experiencia que hemos tenido aquí. Es un público maravilloso que nos motiva a seguir haciendo este trabajo, que esperamos repetir en Ottawa la próxima semana”, dijo Marcos.
“Somos artistas urbanos, algo que hacemos en nuestro país, México. Pero nos propusimos este plan. Cuando dijimos ‘Toronto’, fue porque algo nos decía que encontraríamos a una asociación de hermanos latinos que nos darían acogida”, expresó Roberto, quien no se equivocó en su predicción, porque encontraron alojamiento en una institución cultural local.
Esteban, primer violín, es el más silencioso de los cuatro. Apenas habla. “En verdad no encuentro palabras para expresar el gozo que siento de tener una acogida que jamás pude imaginarme que tendríamos en Toronto. Los hispanos aquí son muy especiales”.