OSCAR VIGIL / TORONTO /
Con la llegada de los primeros 1,321 trabajadores mexicanos: 980 a Ontario, 211 a Columbia Británica, 49 a Alberta, 38 a Isla Príncipe Eduardo, 35 a Quebec y 11 a Manitoba, arrancó el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales México–Canadá 2016.
El Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales México–Canadá (PTAT) se remonta al año 1974, cuando los gobiernos de Canadá y México firmaron un Memorándum de Entendimiento mediante el cual México se comprometía a proveer trabajadores del campo a los pequeños y medianos granjeros canadienses. En esa ocasión Canadá recibió 203 trabajadores agrícolas temporales de México, y desde entonces la cifra ha ido en ascenso.
Para este año, según reportes del Servicio Nacional de Empleo de México (SNE), que es la entidad que opera el PTAT, se estima que Canadá recibirá a 22,000 trabajadores agrícolas temporales de México. En el año 2014 llegaron 19,829 y en el año 2015 llegaron 21,499, la mayoría de ellos a la provincia de Ontario.
Según datos proporcionados por el gobierno de México, más del 80 por ciento de los trabajadores que este año participarán en las labores agrícolas en suelo canadiense tienen más de dos años participando en el Programa.
“Como dato preliminar, de los 21 mil 499 trabajadores agrícolas mexicanos colocados en Canadá durante 2015, 17 mil 607 generaron remesas por 183 millones 899 mil 601 dólares canadienses; se estima que el total de remesas una vez concluido el reporte de retorno, podría ascender a más de 224 millones 500 mil dólares canadienses”, plantea el reporte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de México.
Los trabajadores agrícolas temporales provenientes de México se dedican a trabajar en centros de cultivos de legumbres, frutas y flores, así como en invernaderos, viveros y apiarios, la mayoría de ellos ubicados en la zona suroeste de Ontario, particularmente en la localidad de Leamington.
Sin embargo, no todo es color rosa. Diversas organizaciones sociales critican que este programa de trabajadores agrícolas temporales no le brinde todos los beneficios completos que deberían recibir los trabajadores en Canadá.
“Los trabajadores temporales son forzados a soportar unos sacrificios increíbles en Canadá. Deben llevar a cabo un trabajo rural riguroso y a menudo peligroso que muy pocos canadienses quieren hacer. Con dolor se deben separar de sus familias para ir a vivir, aislados, en áreas rurales. La mayoría de los trabajadores que participan en el programa son campesinos que han sido desposeídos de sus tierras o pequeños granjeros, en lucha por mantener su situación, de regiones rurales pobres que son forzados a migrar para poder ganar un salario que les permita sobrevivir”, plantea la organización Justice for Migrant Workers, la cual tiene su base en las ciudades de Toronto, Vancouver y México.
Agrega que, por el otro lado, Canadá ha obtenido un provecho inmenso del apuro en el que se encuentran los campesinos del sur. “Los bajos salarios que cobran los trabajadores migrantes han hecho proliferar una industria agrícola multimillonaria en Canadá. No obstante, la importancia de los trabajadores migrantes para nuestra economía y producción de alimentos, éstos se encuentran entre las fuerzas laborales más marginadas de Canadá. Los trabajadores migrantes deben enfrentarse a cuestiones y problemas que el programa PTAT no resuelve apropiadamente. Muchos trabajadores son reticentes a plantar cara por sus derechos porque es más fácil para los patrones regresarlos a sus países (viaje que debe ser pagado por los trabajadores mismos) en vez de tratar las preocupaciones y los problemas que ellos les plantean”.
Agregan que entre las preocupaciones más importantes que han encontrado entre los trabajadores migratorios están las siguientes:
-Trabajar de 12 a 15 horas diarias sin cobrar ni por las horas extras ni por los días festivos.
-Denegación de los descansos necesarios.
-Uso de productos químicos y pesticidas peligrosos sin ninguna protección o equipo de seguridad y sin haber recibido formación sobre cómo usarlos debidamente.
-Estar embutidos en habitáculos no habilitados para la vivienda de humanos, con un sistema de alcantarillado deficiente y con unos servicios inadecuados.
-La aguda discriminación salarial que sufren los trabajadores agrícolas migratorios en comparación con los no-migrantes por realizar el mismo trabajo.
-Deducciones injustas del cheque salarial, como el EI Seguro de Empleo y otros servicios a los que los trabajadores migratorios no tienen acceso.
-Atención y servicios sanitarios inadecuados.
-Prohibición de negociación colectiva y de sindicación.
-Imposibilidad de pedir la residencia o de obtener oportunidades educacionales para sus hijos, a pesar de haber trabajado en Canadá por muchos años (ya que gran parte de los trabajadores vienen año tras año).
-Inexistencia de un proceso de recurso de apelación contra la repatriación de los trabajadores promovida por los patronos.
-Existencia de barreras para acceder a servicios esenciales por impedimentos lingüísticos y situacionales (por el aislamiento en el que se encuentran).
-Imposibilidad de acceder a una formación básica de inglés como Lengua Extranjera (ESL, en sus siglas en inglés).