OSCAR VIGIL / TORONTO /
Las grandes manifestaciones que desde octubre del año pasado se vieron en las calles de Chile, y también más discretamente en las de Toronto, exigiendo cambios en el sistema de gobierno, se tradujeron en números electorales el fin de semana: el 80 por ciento apoyó la redacción de una nueva constitución política contra un 20 por ciento que la rechazó.
En Canadá la diferencia fue aún mayor: El 89.26 por ciento votó por la creación de la nueva carta magna, en contraste con apenas un 10.74 por ciento que votó en contra, una votación que va en consonancia con la tendencia política que se refleja en este país desde que Chile aprobó el voto para sus ciudadanos en el exterior.
El plebiscito en Toronto fue numeroso y ordenado en medio de la pandemia. Los canadienses de origen chileno llegaron hasta un hotel ubicado en el centro de la ciudad en el cual se habilitaron las mesas de votación, ya que la única forma de votar es en persona, tanto en Chile como en el exterior.
Felix Mora, el único canadiense de origen latinoamericano que funge como Juez de Paz en Ontario, fue el presidente apoderado general para Ontario y Winnipeg de la votación, en representación de la coalición que apoyaba en la aprobación en del referendo, y debía certificar que las elecciones se realizaran adecuadamente. Y su reporte fue precisamente que las votaciones fueron limpias, democráticas y sin contratiempos.
“Me emociona haber aportado con un grano de arena al pueblo de Chile. Soy refugiado político, una persona que trabajó en el gobierno del presidente Salvador Allende, y tras el golpe de estado fui reprimido, torturado y tuve que salir hacia el exilio”, explica. Y es obvia la razón por la que se emociona con el resultado favorable.
“Estamos abriendo un camino donde el 80 por ciento de la población chilena dijo ‘no’ a una constitución creada por una dictadura a sangre y fuego, y ahora por primera vez en la historia de Chile se va a hacer una constitución basada en una realidad social, ese es un triunfo de la democracia”, asegura.
La lógica de quienes salieron por miles a protestar en las calles del Chile y alrededor del mundo, y que son quienes lograron la realización del plebiscito, es que su país, a pesar del enorme desarrollo económico que le es reconocido a nivel social, posee una de las disparidades sociales más grandes del mudo.
Porque la actual constitución política fue escrita en base al neoliberalismo, donde los derechos humanos fueron conculcados, aseguran. Y explican que en Chile el derecho al agua, a la salud, a la educación y a una pensión digna, entre muchos otros derechos, pasaron a convertirse en servicios. “O sea que el que tiene dinero puede comprar la salud privada, tiene acceso a mejor educación, puede optar a mejores pensiones, es el dueño de su destino, y ese es solamente entre el 10 y 15 por ciento de la población, porque el resto vive con sueldos miserables, vive endeudado, las grandes mayoras viven con muy pocos recursos, situaciones que no deberían pasarle a un pueblo con la riqueza que hoy día existe en Chile. Esos derechos que no están en la actual constitución hay que colocarlos como corresponde, para que todos los chilenos tengamos los mismos derechos”, dice Mora.
Una vez que en el plebiscito del domingo fue aprobada la creación de una nueva Carta Magna, la población chilena debe ahora proponer candidatos para que conformen la Convención Nacional que será la encargada de redactar la nueva constitución política, la cual va a estar conformada por igual numero de hombres y mujeres y que será elegida en una nueva votación. En esta convención no pueden participar los actuales diputados, senadores y líderes políticos.
Foto: Apoyamos Chile – Toronto Canada