POR OSCAR VIGIL / TORONTO /
Una vez más, decenas de organizaciones defensoras de los derechos humanos se tomaron las calles de la capital del país para pedir al gobierno liberal del primer ministro Justin Trudeau que establezca un programa especial a través del cual se le otorgue la residencia permanente a centenares de miles de personas que viven sin estatus legal en Canadá.
La marcha de las organizaciones, que luego de recorrer varias de las principales calles de Ottawa concluyó frente al Parlamento Federal, fue acompañada por centenares de trabajadores temporales que buscan ser beneficiados si el gobierno decide implementar una medida como la solicitada.
Porque los manifestantes explicaron que sin un estatus migratorio permanente, tanto las personas indocumentadas como también los trabajadores temporales, los solicitantes de refugiados y los estudiantes internacionales, no pueden tener acceso a todos los derechos laborales básicos, a la atención médica completa y a la educación.
Según datos proporcionado por la organización Migrant Workers Alliance for Change, al menos 1 de cada 23 personas en Canadá (es decir más de 1,6 millones) son residentes no permanentes que viven en el país gracias a permisos de estudio, de trabajo o humanitarios, o simplemente carecen de documentación y caen en la categoría de indocumentados. Y explican que muchos de estos migrantes están excluidos de la atención médica universal, del acceso a ayudas económicas de emergencia y del trabajo decente, además de estar, muchos de ellos, separados de sus familias.
En una conferencia de prensa luego de la marcha, la organización Migrant Workers Alliance for Change rechazó también el aumento de rechazos de solicitudes de residencia por razones humanitarias y de compasión que se ha estado dando en Canadá desde el 2019.
La organización hizo sonar la alarma al publicar datos que muestran que los rechazos de solicitudes humanitarias y de compasivas en Canadá se duplicaron del 35% en 2019 a casi el 70% en el primer trimestre de 2021, e hicieron ver que este tipo de procesos conocidos como “H&C application”, son la única oportunidad de residencia permanente a la que tienen acceso muchas personas. Los rechazos aumentaron sin ningún cambio de política anunciado, al mismo tiempo que los niveles de inmigración en Canadá experimentaron una recesión histórica en 2020, explicaron.
Según los datos proporcionados, Canadá duplicó sus rechazos de solicitudes de residencia permanente por razones humanitarias y de compasión, pasando del 35 por ciento (de 10,600 solicitudes) en el 2019 al 57 por ciento (de 11,000 solicitudes) en el 2020, y a casi el 70 por ciento (de 9,000 solicitudes) presentadas entre enero y marzo de este año 2021. Esa tendencia, dijeron, es una preocupación muy grave ya que afecta de manera desproporcionada a los migrantes racializados y de bajos ingresos.
“En este momento, Canadá necesita inmigrantes, y con el COVID-19 lo primero que hay que hacer es regularizar y dar residencia permanente a todos los migrantes que ya están en el país, incluidas las personas indocumentadas. En cambio, vemos a los funcionarios de inmigración haciendo arbitrariamente lo contrario”, dijo Syed Hussan, de la Secretaría de la organización.
Agregó que “el estatus de residencia permanente es el único mecanismo para garantizar que los migrantes tengan los mismos derechos. Al duplicar los rechazos, el primer ministro Trudeau está duplicando el potencial de explotación”.
Vilma Filici, catedrática de temas de inmigración en Seneca College y consultora en el tema, dice que efectivamente los trabajadores indocumentados y temporales están llenando espacios importantes para el desarrollo y el mantenimiento de la economía canadiense y que cada uno de estos trabajadores juega un papel esencial y debería ser reconocido con darles la tranquilidad de tener su residencia.
“La regularización de los indocumentados y las personas con estatus temporales es la mejor solución que pudiera dar el gobierno en estos momentos a la acumulación de casos de refugio atrasados que están sobre los cien mil. Creo que ha llegado el momento de que el gobierno canadiense implemente un programa especial de regularización para las personas indocumentadas y sin estatus. Lo más importante para tener en cuenta es que estos trabajadores han demostrado ser esenciales para la economía canadiense, que están bien establecidos, que son capaces y que son honestos”, explicó.
Filici recordó que hace ya varios años, una coalición de organizaciones dio a conocer una investigación acerca de las personas indocumentadas que vivían en Canadá. “La investigación, que fue financiada por la Labour International Union of North America, LIUNA Local 183, y que fue publicada en el año 2005, llegó a la conclusión de que en el país había entre 300 y 500 mil personas indocumentadas. A la fecha de hoy, diversas fuentes plantean que ese número puede andar un poco arriba del millón de personas”.
Agregó que lo que suele suceder es que muchas personas que llegan con visas de turista, una vez que esta se les vence, deciden quedarse en el país. Lo mismo pasa con personas que después de haber perdido su caso de refugio decidieron quedarse, y también es el caso de estudiantes internacionales que se quedaron tras haber terminado su carrera.
FOTO: Dylan Penner