REDACCIÓN / TORONTO /
En medio de la campaña en contra de la inmigración ilegal que está en curso actualmente en los Estados Unidos, y de la retórica de línea dura de la administración Trump, el gobierno canadiense hace esfuerzos para evitar que el país se llene de más solicitantes de refugio, en estos momentos particularmente de centroamericanos que viven en el país vecino.
Más de 13,000 personas cruzaron ilegalmente a Canadá sólo en el 2017, según datos del gobierno canadiense. Eso es más de cinco veces el número interceptado por la Real Policía Montada de Canadá en el 2016.
La afluencia creó un atraso masivo de solicitantes de refugio y, este año, el gobierno canadiense quiere evitar una repetición, especialmente después de que la administración Trump anunció que pondrá fin al estado de protección temporal de aproximadamente 200,000 inmigrantes salvadoreños en los Estados Unidos, aunque el cambio no ocurrirá sino hasta septiembre del 2019.
“No puedes venir a Canadá, cruzar la frontera y quedarte allí por el resto de tu vida”, le dijo al periódico Los Angeles Times Pablo Rodríguez, miembro del Parlamento Federal canadiense y enviado del gobierno a los Estados Unidos. “Queremos evitar una crisis humanitaria a lo largo de la frontera”, explicó.
Rodríguez, un inmigrante que llegó a Canadá como refugiado político de Argentina, es uno de varios legisladores y dignatarios canadienses enviados a Estados Unidos por el primer ministro Justin Trudeau en los últimos meses para combatir la desinformación sobre la obtención de asilo en suelo canadiense.
Recientemente le dijo a una docena de abogados de inmigración y líderes de derechos de los inmigrantes en California que, si bien Canadá da la bienvenida a inmigrantes y refugiados, cualquier entrada debe hacerse legalmente.
“Queremos tener una conversación honesta y transparente”, dijo Rodríguez. “Canadá es un país muy abierto, pero hay reglas”.
El mensaje de Rodríguez no es tan diferente de la retórica empleada por los intransigentes de inmigración en los Estados Unidos, incluido el presidente Trump; sin embargo, se considera que Canadá tiene un gobierno mucho más liberal que es más acogedor con los refugiados.
Pero incluso esa percepción puede estar cambiando. Después de una de las órdenes ejecutivas de prohibición de viajes propuestas por Trump el año pasado, el primer ministro Justin Trudeau tuiteó en enero: “para aquellos que huyen de la persecución, el terror y la guerra, Canadá los recibirá independientemente de su fe”. Pero en el verano, Trudeau estaba predicando sobre “procesos adecuados” “para una migración” ordenada”.
Luis Álvarez, quien se desempeñó como asistente legal en Toronto antes de mudarse al Condado de Orange, en California, Estados Unidos, hace unos meses, dice que Canadá tiene múltiples rutas más allá de buscar asilo para que las personas permanezcan legalmente. Dijo que para aquellos que no califican, hay procesos de apelación y otros recursos legales como la residencia canadiense por motivos humanitarios y compasivos.
“Para mí, creo que es una buena solución para mucha gente”, dijo. “Sólo necesita saber cómo funciona el sistema y contratar a un buen abogado. Si hubiera perdido mi solicitud de asilo aquí y estuviese a punto de ser deportado, me aseguraría de llegar hasta Canadá”.
“Conozca los hechos y tome una decisión basada en los hechos antes de dejar su trabajo y sacar a sus hijos de la escuela e ir a Canadá esperando quedarse allí para siempre”, dijo Rodríguez. “Porque si no calificas … serás regresado, y en este caso no a los Estados Unidos. Habrás perdido tu estado y serás regresado a tu país de origen”, apuntó.