Atleta latino-canadiense gana la primera medalla olímpica de plata en vóleibol para Canadá

Melissa Humana-Paredes es hija de padres chilenos que llegaron a Canadá en la década de los años 70 como exiliados políticos

POR OSCAR VIGIL / TORONTO /

Su nombre real debería ser Melissa Humaña-Paredes, pero como en inglés no existe la “ñ”, es mundialmente conocida como Melissa Humana-Paredes. De 31 años e hija de padres chilenos pero nacida en Toronto, Mel, como la conocen su familia y amigos, es una de las personalidades latino-canadienses más celebradas en las últimas semanas.

Melissa Humana-Paredes es la estrella del vóleibol de playa que acaba de traer a casa la medalla de plata para Canadá durante los Juegos Olímpicos de 2024 en París, junto a su pareja Brandie Wilkerson. Y para ella esta es una inspiración personal, ya que está siguiendo los pasos de su padre, Hernán Humaña, quien jugó para el equipo nacional de vóleibol de Chile antes de emigrar a Canadá huyendo de la dictadura militar de Augusto Pinochet.

Como dice el refrán, “de tal palo, tal astilla”, así es que Melissa ha sido una apasionada del vóleibol desde que era una niña, y como fondo de pantalla de su teléfono móvil tiene una foto de ella misma, a los 3 años, sosteniendo una medalla de bronce de los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, cuando su padre entrenaba al equipo canadiense de vóleibol de playa.

Esa medalla de 1966 había sido, hasta la semana pasada, la única medalla olímpica de vóleibol de playa que Canadá había ganado en toda la historia de los juegos olímpicos.

El padre de Melissa, Hernán, viajó a Paris para verla jugar y al final para compartir con ella el momento del triunfo, imagen que quedó guardada para la historia con ella en el terreno de juego y él en las graderías apreciando el trofeo producto de años de esfuerzo.

Ahí, en las graderías del Estadio de la Torre Eiffel, Hernán Humaña no cabía de orgullo al ver a su hija, que nació en 1992 en Toronto, y que una vez le dijo que verlo viajar a él por el mundo en busca del voleibol de playa le dio a ella la motivación para seguir sus pasos.

“Fue algo que he estado recordando mucho, de hecho, eso ha guiado mi carrera”, dijo Melissa Humana-Paredes a la prensa con relación a la influencia que ha tenido su padre en su carrera. “Me da esperanza y me inspira sobre lo que es posible. Y él siempre me enseñó que todo es posible. No creo que hubiera podido estar aquí sin su experiencia y su fe”, apuntó.

La campeona chileno-canadiense de vóleibol de playa comenzó su carrera en el vóleibol de playa a los 11 años y rápidamente se enamoró de este deporte. Cuando tenía 15 años representó a Canadá en el Campeonato Mundial Sub-19 en Turquía. Durante su tiempo en la Universidad de York, compitió en el equipo de vóleibol York Lions, donde fue premiada como Atleta Femenina del Año en 2012 mientras se especializaba en Comunicaciones.

Su primer contacto con los Juegos Olímpicos fue en Río en 2016, donde representó al Equipo de Canadá como compañera de entrenamiento, es decir que está de guardia por si un atleta no puede competir. No fue llamada a la arena, pero se fijó un sueño olímpico propio.

Melissa, que ahora tiene 31 años, en los primeros días de su carrera obtuvo tres medallas en campeonatos mundiales de categorías por edad. Cuando tenía solo 18 años, ganó una plata en el Campeonato Mundial Sub-21 de la FIVB 2011 junto con Victoria Altomare. Ese año hizo su debut en el Circuito Mundial de Vóley Playa de la FIVB. En 2013 y 2014, Melissa Humana-Paredes y Taylor Pischke obtuvieron dos medallas de bronce en el Campeonato Mundial Sub-23 de la FIVB. En esos años, Melissa obtuvo sus primeros podios internacionales de nivel sénior en la gira continental NORCECA.

Los papas de Melissa Humana-Paredes son dos refugiados políticos chilenos. La mama, Myriam Paredes, fue bailarina de ballet, y su papa, Hernán Humaña, fue jugador de voleibol que formó parte del equipo nacional de Chile y, una vez en el exilio en Canadá, entrenó a los canadienses John Child y Mark Heese para ganar la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de 1996.

Ella habla perfecto español, inglés y francés, y es la menor de dos hermanos. Su hermano, Felipe, fue también un atleta del equipo nacional de vóleibol de playa de Canadá.

“Sin duda, si tengo 24 horas en casa, me encontrarás paseando por Roncesvalles. Crecí principalmente en el West End, cerca de High Park y Roncesvalles, por lo que esa zona tiene un lugar especial en mi corazón. He visto la transformación de la comunidad de Roncesvalles y es uno de mis lugares favoritos para visitar después de largos períodos de viaje. Roncy está lleno de negocios locales y me encanta apoyarlos. Tienen excelentes restaurantes y siempre hay uno nuevo para probar”, les dijo Melissa a los periodistas al hablar sobre su tiempo libre.

También, explicó que todas sus experiencias personales “Le han dado a este viaje y a mi vida mucho más significado. Los sacrificios y las dificultades de mi familia me han brindado oportunidades increíbles, principalmente por haber nacido en Canadá, pero también por brindarme acceso a los deportes (en particular, el vóley playa). Mis padres comenzaron una nueva vida con muy poco y sacaron algo de provecho de ello. En los días difíciles, pienso en ellos y mis problemas parecen triviales en comparación. Me siento muy agradecida de poder vivir mi vida al máximo. Me dieron la oportunidad de soñar al dejar atrás una vida que ellos conocían”.