OSCAR VIGIL / TORONTO /
Las estafas migratorias no son nada nuevo en la comunidad, lo nuevo en este caso es que abogados y consultores inescrupulosos están haciendo publicidad abiertamente para engañar personas incautas a que vengan al país a cambio de fuertes cantidades de dinero.
Los países escogidos parecen ser Chile y México. Chile, porque sus ciudadanos no necesitan pedir visa para poder venir a Canadá, y México, porque a partir del próximo mes de diciembre este requisito les será eliminado.
Según organizaciones que trabajan con temas de inmigración, en los últimos meses han aparecido anuncios fraudulentos en diversos países de América Latina, particularmente en Chile y en México, pagados por consultores y abogados de inmigración canadienses, en los que invitan a las personas interesadas en inmigrar a venir a Canadá y pedir refugio.
De acuerdo con las fuentes, en los anuncios se plantea que, aunque la persona no tenga razones fuertes para solicitar la protección del gobierno canadiense, ellos pueden venir, hacer la solicitud, y la compañía que contraten les va a ayudar a escribir una historia de persecución y a prepararlos para pedir refugio en el país.
Hay que recordar que Canadá impuso el requisito de visa a los ciudadanos mexicanos en el año 2009, luego de una fuerte oleada de mexicanos que llegaron buscando refugio al país.
Vilma Filici, catedrática de Seneca College en materias migratorias, ya escuchó sobre ese tipo de anuncios que se están publicando en diversos países de América Latina, y asegura que pedir refugio para venir a trabajar a Canadá, si la persona no es refugiada legítima, es un plan totalmente equivocado.
Las razones que brinda son varias, y una de ellas es que en el momento en que la persona pide refugio, ya sea en el aeropuerto, en un puerto de entrada por tierra o ya estando en Canadá en una oficina de Inmigración, el oficial de Inmigración va a hacer un proceso de elegibilidad para determinar si se le va a permitir presentar su caso ante el tribunal especializado que tiene que tomar la decisión.
“Generalmente un 99 por ciento de las personas tiene éxito en este paso, por lo que son enviadas al Consejo de Refugiados para que escuchen su caso. Pero en esta misma entrevista de elegibilidad, a la persona que está pidiendo refugio se le da automáticamente una orden de salida condicional, y la condición es que, si es aceptada como refugiada, esta orden de salida queda anulada automáticamente, pero si no es aceptada, tiene que abandonar Canadá dentro de un plazo de 30 días después de haber sido rechazada. Si no se va, automáticamente esa orden de salida condicional se convierte en una orden de deportación”, explica.
En esta lógica, la otra razón que es muy importante, dice, es la viabilidad de que particularmente a los nacionales de Chile y México los acepten como refugiados.
“Los casos de las personas que provienen de países que están incluidos en la lista de Países Designados, y ambos, Chile y México se encuentran en esta lista, se procesan de forma muy rápida. Van a tener su audiencia a los 45 días de haber pedido refugio, no tienen derecho a presentar su caso por razones humanitarias ni a pedir una revisión final de cómo serían afectados en su país de origen si son deportados. Estas dos peticiones únicamente pueden ser hechas 36 meses después de haber perdido el caso, y el proceso de inmigración, tal y como está diseñado desde diciembre del 2012, busca concluir los casos lo más pronto posible y sacar a las personas del país inmediatamente después de que son rechazadas”, apunta.
En este sentido, dice que de entrada el solicitante de refugio ya tiene una orden de salida que se convertirá en orden de deportación al finalizar el proceso. “Pero, además, no le dan permiso de trabajo sino hasta que es aceptado como refugiado, lo que significa que los casos que son rechazados nunca van tener un permiso de trabajo”, agrega.
Según organizaciones mexicanas, son miles las personas que anualmente son defraudadas en el país con promesas de inmigración y empleo tanto en Canadá como en los Estadios Unidos, cuando en realidad el único programa que actualmente está vigente y existe legalmente es el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales entre México y Canadá (PTAT), a través del cual alrededor de 22 mil mexicanos vienen cada año a laborar a los campos agrícolas del país.
“Todo lo demás opera en un ambiente desregulado que coloca a las personas que se quieren ir a trabajar al exterior en una situación de mucha vulnerabilidad”, dijo Fabienne Venet, directora del Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración, de México.
Filici está de acuerdo y dice que el proceso no es tan fácil como subirse a un avión, llegar al país y pedir refugio, y explica que los nacionales de México y Chile deberían mejor tratar de aprovechar los diversos programas migratorios que les ofrece Canadá en el marco de los tratados de libre comercio que el país tiene con ambos países, y no hacer caso a la publicidad fraudulenta que se está propagando en estos días en varios países latinoamericanos.