Alejandra Bravo es la candidata del NDP y su principal contendiente es la mexicana-canadiense Julie Dzerowicz, actual Miembro del Parlamento
POR FRANCISCO REYES / TORONTO /
A días de las votaciones, analistas políticos afirman que la competencia electoral en el distrito de Davenport, en Toronto, probablemente el más politizado y de mayor concentración de portugueses en Canadá y con un alto porcentaje de hispanos, está cerrada entre la chileno-canadiense Alejandra Bravo y la mexicano-canadiense Julie Dzerowicz, quien busca su segunda reelección.
Dado que el Partido Neo Democrático (NDP) ha trabajado por años con las bases comunitarias de Davenport, según las encuestas existe un margen de posibilidades para que Alejandra Bravo alcance la victoria electoral.
La favorece el hecho de hablar español, inglés, portugués, italiano y francés, por la necesidad de comunicarse con las personas que participan en organizaciones populares con las que ha trabajado en su demarcación electoral, y “es a partir de conocer sus necesidades, sus realidades, lo que me ha motivado a luchar junto con ellas, con las más olvidadas y marginadas, para construir un programa de acción política”, expresó.
Su infancia se remonta a los días sangrientos del golpe de estado ocurrido en Chile en 1973. Con apenas dos años de edad, rememora, “vi cuando mi madre cubrió con su cuerpo a mi hermano y a mí, mientras se producían bombardeos al Palacio de la Moneda, a pocas cuadras de donde vivíamos. Cada año que se realiza el ‘Show Aéreo de Toronto’ los aviones de guerra me hacen recordar aquellos días traumáticos de mi niñez”.
Temiendo a la persecución política de la dictadura de Pinochet, sus padres se refugiaron en Canadá, siendo Alejandra una niña. Aquellos recuerdos fueron determinantes para su inserción en las luchas sociales con organizaciones cívicas de Toronto.
Estudió Humanidades en la Universidad de Toronto, con especialidad en “Estudios Latinoamericanos y Africanos”. El mismo día en que se hizo el llamado a estas elecciones, Alejandra entregó su tesis de “Maestría en Educación de Adultos y Desarrollo Popular” cursada en el Ontario Institute for Studies in Education (OISE), de dicha universidad.
En el campo de las luchas sociales y políticas, Alejandra ha decidido “ser voz de quienes no tienen voces”. En efecto, “eso es lo que he hecho en mi carrera política, en mi carrera profesional y en mi trabajo voluntario”, precisó.
“Siendo adolescente empecé a trabajar como voluntaria en ‘Solidaridad Internacional’. Participé en el Movimiento Antirracista cuando hubo aquí un resurgimiento de los nazis. Pero en términos de mi integración política local fue cuando mi hija ingresó al colegio, durante el gobierno provincial del conservador Mike Harris, quien recortó el presupuesto para la educación y cerró escuelas. Me convertí en dirigente de los padres de familias de este distrito electoral”, abundó.
Fue miembro de la junta directiva del Congreso Hispano Canadiense, donde dirigió programas de educación cívica y política no partidaria. También Trabajó en la “Fundación Maytree”, donde creó y fundó programas similares, “para integrar a los refugiados, los inmigrantes y las personas de color”. Ahora, en los últimos seis años, trabaja como directora de liderazgo y entrenamiento del “Instituto Broadbent”, del NDP.
En dos ocasiones ha sido sin éxito candidata a concejal en su distrito electoral, “pero lo más importante ha sido el trabajo para conocer los líderes de las organizaciones de en esta zona”, justificó.
Alejandra ha sido una fuerte opositora a la venta del terreno de la Oficina Postal de Canadá ubicada en Queen Street West, cerca de Dufferin St. Considera que ese terreno, en lugar de ser vendido a desarrollistas, debe ser utilizado para la construcción de viviendas accesibles a las clases trabajadoras, “ahora que hay una gran crisis habitacional”.
Al referirse a su participación como candidata a diputada federal por el NDP dijo que, cuando el exdiputado Andrew Cash dio a conocer que no participaría en las próximas elecciones, “decidí que era el momento para lanzar mi candidatura, por la crisis que estamos viviendo. No solo de la pandemia, sino de viviendas, de desigualdad, de degradación del medioambiente en Canadá”, reveló con optimismo.
Enfatizó que, “después de la llegada de la pandemia, no podemos contribuir con la desigualdad social. Tenemos que exigir a los más ricos, a las corporaciones que han hecho ganancias con el COVID-19, que paguen más impuestos. Los ricos son cada vez más ricos y no hay opción de otros partidos para cambiar esa situación”.
En lo que respecta a la participación de los hispanos en los procesos de votación, destacó que en esta campaña electoral muchos jóvenes se han integrado a su candidatura. “La mayoría no tiene derecho al voto por ser menores de 18 años. Lo que nos están diciendo es que ‘voten por nosotros, que no tenemos derecho al voto, pero en las decisiones que están tomando está nuestro futuro’. Incluso mi hija ha venido desde Montreal para integrarse a mi campaña”.
Reconoció que el voto hispano vale. “Lo que yo sugiero es que la gente vote con el corazón y la cabeza, y no por lo que temen. Los liberales en cada elección movilizan el miedo de un gobierno conservador”.
Además de los problemas específicos de su distrito electoral, Alejandra Bravo, quien podría ser la primera diputada federal de origen chileno-canadiense en Ontario, promete luchar por la plataforma del NDP, de ampliar los servicios universales de salud e incluir el servicio de cuidado dental.