La Iglesia Católica y su incumplimiento con los sobrevivientes indígenas de las escuelas residenciales

POR ALEXANDRA CRESPO / TORONTO /

Según la Real Academia Española de la Lengua, genocidio es una aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos. Ahora bien, si comparamos este término con lo sucedido a los pueblos indígenas en Canadá por más de 150 años esto fue un genocidio y según el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación publicado en el año 2015 se determinó que las escuelas residenciales para indígenas fueron la principal arma que se utilizó para este genocidio.

Los últimos hallazgos de las casi mil tumbas en dos escuelas residenciales católicas Kamloops en British Columbia y la Primera Nación Cowessess en Saskatchewan han abierto nuevamente los ojos de los canadienses que ya se estaban cerrados a este lado obscuro de la historia de este país. También se ha puesto sobre la mesa una vez más el silencio de la iglesia católica y de un Papa que se niega a pedir disculpas a los pueblos indígenas y sumado a esto una Iglesia Católica que tampoco ha sido capaz de cumplir con un simple acuerdo que se llegó con los sobrevivientes de las residencias para reparar en algo el inmenso daño que se cometió en contra de ellos.

En este Acuerdo de Resolución de Escuelas Residenciales Indígenas (IRSSA por sus siglas en inglés) se reconoció el daño causado, la Iglesia Católica se comprometió a pagar a los sobrevivientes 29 millones de dólares en efectivo y 25 millones en servicios en especie; pero, este pago no llegaría ni a 4 millones sin embargo y en una investigación del medio de comunicación canadiense CBC News demuestra cómo millones de dólares que debieron ser destinados a los sobrevivientes fueron gastados en abogados y en gastos administrativos.

El factum escrito por los abogados Alexander Gay y Anne McConville y otros documentos que forman parte del expediente judicial en el caso 2015 obtenidos por CBC News se enumera algunos de los gastos del dinero que debía ser destinado a los sobrevivientes, entre estos gastos están 2.7 millones a abogados por trabajo legal, 2.3 millones en gastos administrativos; además, la Iglesia Católica dedujo más de 8 millones por las cantidades pagadas a los sobrevivientes antes de que se llegara al acuerdo del 2005.

CBC News dijo también que funcionarios de la corte de Regina se han negado a divulgar el archivo de 2015, sin embargo expertos legales dicen que no están de acuerdo ante esta negativa ya que el archivo es público y debería estar disponible de inmediato y que los sobrevivientes tienen derecho a verlo.

Desde el 2005 la Iglesia Católica ha gastado casi 300 millones de dólares en renovación y construcción de catedrales y otros edificios, solamente en la renovación de la Basílica de la catedral de San Miguel en Toronto se gastó 128 millones, por lo que no se puede entender cómo es que la Iglesia Católica, que se ve que dinero no le falta, dice haber hecho sus mejores esfuerzos para ayudar a los sobrevivientes, pero según esta le ha sido difícil reunir el monto acordado y no ha sido capaz de pagar lo ofrecido.  

Después de los últimos descubrimientos de las tumbas en las residencias, la arquidiócesis de Toronto prometió que se uniría con otros grupos católicos para una nueva recaudación para este otoño del 2021, a lo que los sobrevivientes dijeron que era una responsabilidad tardía ya que tuvieron 15 años para hacer lo correcto y no están seguros de por qué están comenzando a pensar en ello nuevamente ahora.

Mas de 150 mil niños fueron forzados a separarse de sus familias e ir a 139 escuelas católicas residenciales que se encontraban en todo Canadá. El fin de estas escuelas era erradicar la cultura y el idioma de los pueblos indígenas. Además, se cree que en estas escuelas murieron unos 6 mil niños que fueron enterrados clandestinamente sin que sus familiares supieran lo que sucedió con ellos.

Los sobrevivientes merecen mucho mas que el dinero que se les está negando ellos, merecen saber qué fue lo que pasó con los niños que no tuvieron la misma suerte que ellos de salir vivos de estas residencias. La iglesia católica tiene el deber no solo de pedir disculpas y de indemnizar a cada uno de los sobrevivientes, además tiene que destapar de una vez todo lo que sucedió en estas residencias.