“La enfermedad está aquí y nuestra comunidad sale a trabajar todos los días. Es muy importante que confiemos en la vacuna”, dice Diana Gallegos
POR OSCAR VIGIL / TORONTO /
Este es el momento en que la situación de la pandemia en Canadá, y particularmente en Ontario, puede verse como un vaso medio-vacío o como un vaso medio-lleno: Medio-vacío porque los casos están aumentando desproporcionadamente, y medio-lleno porque la campaña de vacunación avanza aceleradamente.
El martes de esta semana la provincia de Ontario confirmó la existencia de 2,336 casos más de COVID-19, una tendencia diaria que se ha mantenido durante las últimas semanas. Ante este panorama, el Premier Doug Ford dijo estar extremadamente preocupado por la situación y advirtió a la ciudadana: “No hagas planes para la Pascua”.
Ese mismo día, el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que la empresa Pfizer-BioNTech acordó adelantar la entrega de cinco millones de dosis de su vacuna COVID-19 que estaba programada para ser entregada a Canadá finales del verano, para junio, lo que significa que ahora el país espera recibir 9,6 millones de dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech en ese mes.
Adicionalmente, se espera que lleguen más de 3,2 millones de dosis solo esta semana, con lo que el número total de dosis entregadas a Canadá desde que comenzaron las vacunaciones en diciembre hasta el final de esta semana totalizará 9,5 millones.
Todo esto sucede en momentos en que muchas provincias han relajado las medidas preventivas en un afán de tratar de aliviar las graves consecuencias económicas que la pandemia ha provocado sobre todo los pequeños negocios, y cuando aproximadamente el 12% de la población ha recibido ya una primera dosis de cualquiera de las tres vacunas autorizadas y distribuidas en Canadá.
Ese mismo martes, trabajadores comunitarios del FCJ Refugee Centre, quienes diariamente atienden a personas necesitadas de asesoría en sus casos de inmigración y refugio, recibieron su primera dosis de la vacuna Moderna, lo cual les permitirá continuar trabajando ahora con más seguridad.
Diana Gallegos adquirió el virus en enero de este año, por lo que dice que ser vacunada para ella es toda una celebración: “Después de haber tenido COVID y de haberlo experimentado sé lo difícil que es tener la enfermedad, y como el virus y la pandemia siguen, quería protegerme y proteger también a los que yo amo, a la gente con que yo trabajo, a la gente con que me encuentro cuando voy al mercado, quiero proteger a los otros porque no quiero que experimenten lo que yo experimenté cuando tuve el COVID en enero, eso es algo muy fuerte que no se lo deseo nadie”.
Dice que una de las cosas que mas le preocupa es que ve que mucha gente de nuestra comunidad hace comentarios en las redes sociales diciendo que no creen en la vacuna, diciendo que les da miedo, y algunos incluso negando la existencia de la pandemia. A estas personas ella les dice que “la enfermedad está aquí y nuestra comunidad es una comunidad que sale a trabajar todos los días, es la que nos estamos exponiendo y es muy importante que la tomemos en serio y que confiemos en la vacuna para que nos proteja a todos y podamos recuperar nuestras vidas y podamos volver a disfrutar de Toronto y Ontario que es tan lindo”.
Su esposo Luis Mata, también trabajador comunitario y quien tuvo la enfermedad en la misma fecha, dice que hay un antes y un después de la vacuna. “Tenerla es un privilegio muy enorme y para mí es una celebración de vida, tengo mucha gratitud con el lugar donde trabajo que es donde pudimos tener acceso a esta posibilidad, y también tengo gratitud con la ciencia y con la gente que ha hecho un esfuerzo enorme por producir algo que proteja a la humanidad”.
Mata dice que avala la ciencia y considera una lástima que Canadá no esté trabajando juntamente con otros países que también están produciendo vacunas efectivas, como es el caso de Rusia (Sputnik V), China (Coronavac) y Cuba (Soberana 02), “las cuales podrían estar llenando esos vacíos que tenemos de vacunas. Eso es injusto con la población, todas deberían de estar aquí porque deberíamos estar unidos como humanidad contra esta enfermedad”.
“Esta pandemia nos rebasó y siendo un país del primer mundo hemos descubierto que aún no estamos preparados para enfrentar una situación de estas dimensiones, y hay que ser honestos y ser humildes, Canadá, una de las 7 naciones más poderosas y ricas del mundo, no tenía la preparación para enfrentarse a una situación de esta dimensión, y tampoco las provincias. El sistema de salud se ha visto limitado y rebasado, es hora de que Canadá haga los ajustes necesarios”, dijo Mata.
Finalmente, hizo un llamado a la comunidad, “a mis amistades y a la gente en general, que debemos ponernos la vacuna para protegernos todos y todas y de esa manera salir adelante de este gran reto que tenemos”.