Hay que aprobar a las personas que ya están laborando en el país, con o sin permiso de trabajo

Por Vilma Filici

filici@filici.com

TORONTO. En las últimas dos o tres semanas, el Ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá, Marco Mendicino, ha publicado una serie de tweets en los que habla sobre lo importante que son para la inmigración canadiense las personas que ya se encuentran en Canadá en estos momentos. Uno de los tweets por ejemplo dice que en nuestro país hay una verdadera sed de inmigrantes y un deseo de buscar nuevas e innovativas vías para atraer a nuevos inmigrantes que sean trabajadores y que quieran dar sus esfuerzos a la causa de construir este país.

En otro tweet dice que la mayoría de los 401 mil inmigrantes que Canadá necesita para el 2021 ya están trabajando en Canadá, y en otro más, relacionado a los estudiantes internacionales, dice que no queremos que los estudiantes internacionales simplemente vengan a estudiar, queremos que se queden en el país.

Estos son algunos de los tweets que aparecen en la cuenta de Twitter del Ministro de Inmigración, pero lamentablemente, hay una desconexión enorme entre lo que el Ministro de Inmigración y el Parlamento Federal quieren y lo que en realidad está sucediendo con los Oficiales de Inmigración que trabajan no solamente aquí en Canadá, sino que también con los Oficiales de Visa, con los agentes de los servicios fronterizos, etc., es decir con toda la parte ejecutiva de lo que es el Departamento de Inmigración. Además, como que el Ministro de Inmigración recién se está dando cuenta de lo valiosas que son las personas que se encuentran ya en el país.

Cuando el Ministro de Inmigración dice que no queremos que los estudiantes internacionales vengan solo a estudiar, sino que también queremos que se queden, lo que expresa es un sentimiento que se viene escuchando desde hace años en el país de parte de los distintos ministros de inmigración y de los distintos partidos políticos que han estado en el poder. Es un hecho que en Canadá se les da preferencia a los estudiantes internacionales, y se les da dicha preferencia porque son importantísimos para la economía canadiense dado que traen 21 billones de dólares anualmente al país. Además, porque una vez que terminan de estudiar ya están bien establecidos y por tanto es mucho más fácil el establecimiento para ellos en comparación con una persona que se encuentre fuera del país, procesa su tramite y llega a Canadá a iniciar su vida.

Los estudiantes internacionales tienen que pagar tres veces más que lo que paga un estudiante canadiense y efectivamente son la clase preferida, ya que entendemos que se establecen mejor en Canadá por lo cual su inmigración es mucho más económica para el gobierno. Pero lamentablemente me parece que aquí hay un problema de justicia.

Porque esto significa que las personas que califican pero que les falta un poco de puntaje para poder aplicar para la residencia en Canadá, y que no pueden pagar esas cantidades para venir a estudiar al país, pueden mejorar su puntaje para poder inmigrar. Por ejemplo, una familia compuesta de cuatro personas tiene que demostrar que tiene por lo menos 40 mil dólares canadienses disponibles para venir, pagarse los estudios y vivir durante un año. Quienes tienen dinero obviamente pueden acceder a esta oportunidad para subir el puntaje, pero las personas con recursos mas limitados no pueden acceder. Y ese es un problema y de hecho es una de las injusticias del sistema.

El otro problema es que estamos viendo como muy valiosas a las personas que ya están trabajando en Canadá con un permiso de trabajo y que sus permisos de trabajo caen bajo las categorías “0”, “A” o “B” del Diccionario de Clasificaciones del Departamento de Recursos Humanos de Canadá. Pero tenemos también cientos de personas que se encuentran en Canadá trabajando, ya sea con permiso o sin permiso de trabajo, que son tan valiosas como las personas que son trabajadores calificados.

Si la pandemia nos enseñó algo es precisamente que hay personas que normalmente no son valoradas por el tipo de trabajo que hacen, pero que durante una crisis han resultado ser esenciales para detener el contagio o para mantener la economía activa. Han probado ser indispensables.

En este sentido, me parece que lo lógico sería que, dado que tenemos la necesidad de inmigrantes, y dado que reconocemos que ya tenemos suficientes personas dentro del país que pueden llenar la cuota que nos faltó el año pasado (que fueron 185 mil), la que necesitamos llenar este año (que son 401 mil), y probablemente la que necesitaremos para el 2022 (que la proyección es de 411 mil inmigrantes), se debería permitir que todas las personas que ya están trabajando en Canadá, que son personas que ya están establecidas y que tienen trabajos necesarios, y que demuestren que han trabajado todo el tiempo, ya sea legal o ilegalmente, que soliciten la residencia permanente. Porque aunque lo hagan ilegalmente son trabajadores necesarios, ya que de otra manera no tendrían trabajo.

El gobierno no debería procesar solamente las solicitudes de las elites para que obtengan la residencia permanente, sino que debería también permitir a las personas que son esenciales en Canadá, como ya se ha demostrado, que puedan obtener su residencia permanente.

Para lograr esto hay varias cosas que puede hacer el gobierno, como, por ejemplo, aprobar a las personas que están solicitando la residencia por razones humanitarias y de compasión. Si pueden demostrar que ya están establecidas en Canadá y que a pesar de que no tienen estatus migratorio son excelentes ciudadanos, los oficiales de inmigración deberían aceptarlos sin andar buscando excusas para rechazarlos. Y digo esto porque recientemente me llegó una decisión sobre una familia que tiene un negocio en el que les da empleo a cinco canadienses, paga impuestos, etc., y el Oficial de Inmigración a cargo del caso dice que es admirable que hayan trabajado pero que lo han hecho forma ilegal, cuando dicho programa ha sido creado precisamente para ayudar a las personas que no cumplen con los requisitos legales. Si esta familia no fuera indocumentada obviamente no necesitaría pedir la residencia a través de este programa de razones humanitarias. Obviamente estamos apelando la decisión y estamos convencidos de que vamos a obtener una respuesta positiva de la corte.

Otra cosa que el gobierno puede hacer es crear un programa de regularización que incluya a las personas que están pidiendo refugio, a quienes están como estudiantes internacionales o como trabajadores, a quienes se encuentran indocumentados, etc. Que estas personas puedan comprobar que están establecidas en el país, que están trabajando, que no tienen récord criminal y que no van a ser una carga para el país, y sobre esa base otorgarles la residencia permanente.

Este es el momento preciso para hacer algo así ya que estamos hablando de que en los próximos años vamos a necesitar un millón 200 mil inmigrantes, y yo le agregaría otros 200 mil para cubrir el déficit del año pasado, lo que significa que vamos a necesitar alrededor de un millón 400 mil inmigrantes. Esto nos obliga a establecer un programa masivo a través del cual se les dé la residencia permanente a las personas que ya se encuentran en Canadá y que se la merecen.

No basta poner tweets alabando a las personas que se encuentran en Canadá. Como dicen en inglés es hora de que el Ministro “put his money where his mouth is”