POR OSCAR VIGIL / TORONTO /
El comentario en las calles es que este segundo cierre obligatorio en las principales ciudades de la provincia a causa de la pandemia del coronavirus “no se siente”. ¿La razón? Buses y trenes repletos de pasajeros, supermercados y tiendas aun abiertas llenas de clientes y, sobre todo, altos números de contagiados todos los días en los reportes oficiales.
La provincia de Ontario reportó el martes 3,128 nuevos casos de COVID-19, con otras 51 muertes. El promedio de los últimos siete días es de hasta un récord de 3,065 casos diarios, es decir de 147 casos semanales por cada 100,000 habitantes. Los laboratorios informan de la realización de 35,152 pruebas con un 9,4% de resultados positivos.
A nivel más local, se reportaron 778 nuevos casos en Toronto, 614 en Peel, 213 en la región de York, 172 en Durham, 151 en Middlesex-London y 151 en Hamilton.
Esos números, los mas altos desde que comenzó la pandemia en marzo del 2020, se producen en lo que se podría definir como el pico mas alto de la segunda ola de contagios, y suceden precisamente días después de que se celebraran las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
Quizás para nadie fue una sorpresa encontrar en las redes sociales fotografías de familias completas de hispanos, con amigos incluidos, celebrando la navidad y el año nuevo como si no hubiera pandemia. Juntos el uno al otro, sin mascarillas y con seguridad sin cuarentena. Este tipo de fotos abundaron en Facebook y en Instagram, eran de gente conocida, de amigos a quienes uno considera inteligentes y responsables.
Una usuaria de Facebook, una dirigente muy conocida de la comunidad, incluso se indignó con el espectáculo y trató de llamarles la atención: “Es muy inquietante ver los posts de grupos de personas celebrando la Navidad sentados uno al lado del otro, sin mascarillas, ignorando las reglas y la realidad de la pandemia. Encuentro esas acciones extremadamente irresponsables y egoístas. Si no ponemos de nuestra parte para detener el contagio, estaremos en la misma situación durante años. Los cálidos sentimientos festivos de una noche pueden tener efectos devastadores para nuestra familia, amigos y nuestro futuro”, escribió.
“Si muy cierto, pero hasta que no les toca no entienden, lástima que para ese momento ya contagiaron a muchos más. Pero el ser humano es así de egoísta”, asintió una de sus amigas, mientras que otra agrego: “Totalmente cierto, irónicamente las personas prestan menos atención en sus círculos más cercanos y no solo contagian a aquellos que más deben cuidar, sino que expanden el virus”.
Muchos más comentaron en la misma dirección, mientras que otras decenas asintieron a la crítica.
Entre los jóvenes la situación fue parecida, pero sobre todo en las celebraciones de Año Nuevo, donde las imágenes se vieron brevemente a través de Snapchat, una red social que presenta las tomas durante muy pocos minutos y después las borra, para que no quede rastro. En esta red fueron frecuentes las imágenes de jóvenes en fiestas celebradas principalmente en apartamentos y también en cuartos de hoteles, a donde se hospedaron en grupos para despedir el año sin que aparentemente nadie les recordara las reglas dl periodo de pandemia.
¿El resultado? Los números hablan por sí solos y los muertos gritan en silencio.
Una encuesta publicada esta semana dice que casi la mitad de los canadienses visitaron a familiares o amigos durante el período de las festividades de Navidad y Año Nuevo. Los estudiosos encontraron que el 48 por ciento de los encuestados visitó a personas fuera de su hogar, en comparación con el 50 por ciento que no lo hizo.
El número de casos está aumentando y la encuesta sugiere que el 62 por ciento de los encuestados tiene poca o ninguna confianza en que limitaremos la propagación de COVID-19 en las próximas semanas. Pero el 87 por ciento dijo que apoyaría una prohibición total de los viajes internacionales hasta que haya varios días consecutivos de números reducidos de casos de COVID-19. Irónico, ¿no?