OSCAR VIGIL / TORONTO /
Dice un periodista de origen latino que al Premier Doug Ford se le puede acusar de muchas cosas, excepto de ser discriminativo. Y esto explica, ¡porque su gobierno conservador está atacando a todos los sectores de la provincia por igual, sin ninguna distinción!
Pero bueno, talvez la afirmación no sea del todo cierta a la luz de algunos analistas políticos, quienes explican que quienes sí efectivamente han sido dejados de lado por los ataques, principalmente en materia económica y política, han sido los grandes empresarios de la provincia, para quienes el tema de los impuestos no ha sido abordado.
Lo que sí no cabe duda es que las medidas impuestas por el gobierno provincial de Doug Ford han servido como catalizador para que miles de personas salgan semanalmente a las calles a protestar, cada uno por lo que le afecta, en diferentes lugares, días y horas, pero siempre bajo la misma molestia.
El miércoles de la semana pasada, 1 de mayo, fecha en que se celera el Día Internacional del Trabajo en la mayoría de los países del mundo, fue el escenario propicio para que los trabajadores de la provincia mostraran su rechazo a los diversos recortes en el presupuesto provincial que ya se están traduciendo en merma de servicios y muy pronto en despidos.
A las 12 de la media las protestas se dieron frente al Parlamento Federal. Aquí fueron los empleados de las diversas organizaciones comunitarias que funcionan en la provincia quienes denunciando que muchos fondos para proyectos han sido congelados, que otros han sido reducidos y que muchos más ya no estarán disponibles a partir de este año.
Una verdadera catástrofe, decían los oradores, quienes alternaron con grupos musicales en una jornada bulliciosa pero tranquila.
En el lugar podían verse rostros de todos los colores, edades y condiciones sociales, incluso llegaron personas usando muletas y en sillas de ruedas, haciendo uso del servicio de transporte especial de la ciudad, para mostrar su enojo con muchas de las medidas tomadas por el gobierno conservador.
No lejos de dicho lugar, pero esta vez a las cinco de la tarde, otros miles de ciudadanos de Ontario desafiaron la lluvia y recorrieron las calles del centro de la ciudad. Se concentraron en el City Hall y desde ahí caminaron hasta Dundas Square portando las pancartas con los slogans más diversos que pueden observarse.
Los trabajadores, quienes fueron escoltados por agentes de la Policía de Toronto que les abrieron el paso ante el pesado tráfico de esa hora, denunciaron recortes hechos por el gobierno conservador en el área de educación, salud, guarderías, inmigración, autismo, vivienda subsidiada, programas de arte, etc., etc., etc.
“Ni siquiera en el gobierno de (Mike) Harris se vio tanta saña en contra de los trabajadores”, dijo uno de los manifestantes, dejando salir todas sus emociones ante la mirada afirmativa de quienes estaban a su alrededor.
El día anterior habían protestado, frente al Parlamento Provincial, los trabajadores de la salud, y el día siguiente, protestaron los de educación. Esta semana hicieron lo suyo las clínicas legales y la cuenta sigue aumentando, en una espiral que deja claro que la adrenalina en los tradicionales pasivos trabajadores de la provincia ha sido fuertemente alterada.